En 1919, durante la primera presidencia de Yrigoyen los trabajadores de La Forestal construyeron una sólida organización sindical afiliada a la FORA del 9º Congreso y declararon una huelga general que finalizó con la firma de un avanzado convenio colectivo.
El 10 de marzo de 1874, embarcaron en el buque "Gassendi" desde el puerto de Liverpool con destino Santa Fe treinta y siete cajas de hierro en las cuales había 180.187 libras esterlinas. Ese monto era el total de un empréstito celebrado por la firma londinense Murrieta & Cia y el gobierno de la provincia santafesino con el objetivo de conformar el capital inicial del Banco Provincial de Santa Fe.
El crédito se había firmado el 22 de junio de 1872 y el apoderado de la prestamista era el doctor Lucas González, quien luego también arbitraría de representante del Estado santafesino a la hora de saldar la deuda. En julio de 1881, la deuda era de 110.873 libras esterlinas y 3 chelines, es entonces cuando la provincia, a sugerencia del polifuncional Lucas González, decidió pagar ese compromiso con tierras fiscales, entonces se le otorgaron, entonces, 668 leguas de territorio. Fue por medio de una ley de la propia legislatura santafesina sancionada el 5 de octubre de 1880.
"Los capitalistas de Londres cumplían a conciencia con su función, como que eran hombres de una nación imperialista; la responsabilidad debemos buscarla -a esta altura del estudio que realizamos- en tierra argentina, y a ella es ajena el pueblo, gobernado por el régimen de una democracia permanentemente escamoteada", escribió Gastón Gori en su imprescindible "La Forestal. La tragedia del quebracho colorado", editado en 1965.
La escritura debía ser firmada por el mismísimo Juan Bautista Alberdi que intervenía a nombre del gobierno, pero no lo pudo hacer por problemas de salud. Lo reemplazó un inglés, Federico Woodgate. Junto a Lucas González, firmaron "la entrega del Chaco santafesino en una extensión de 1.804.563 hectáreas".
El gobierno cobró 1.002.594 pesos, pero devolvió en juicios reivindicatorios la suma de 3.212.190 pesos y así nació la Santa Fe Land Company, después Compañía de Tierras, Maderas y Ferrocarriles La Forestal Limitada, después La Forestal Argentina Sociedad Anónima de Tierras y Maderas y Explotaciones Comerciales e Industriales.
En 1915, un diputado provincial de Santa Fe, Romeo Saccone, salió en defensa de La Forestal diciendo que "pretender gravar con un sistema impositivo elementos primordiales del progreso, cuando precisamente el Congreso Nacional para ayudar toda iniciativa privada, suprimió totalmente los derechos a la importación de rieles, no sería digno de una provincia que pretende y con razón ser uno de los exponentes más firmes del adelanto y de la civilización en este país". Esos eran los empleados de la empresa.
La empresa tuvo su propia bandera, su policía brava, sus ciudades, puertos y ferrocarriles, moneda propia y más de 20 mil trabajadores, entre los que no se contabilizaron los diputados, comisarios, jueces de paz y otros influyentes funcionarios que recibían distintos favores de la empresa, como queda dicho.
Hubo poblaciones que recibieron los nombres de algunos presidentes del directorio de la empresa, como sucedió con Patrick Ogilvie Campbell, que le prestó su apellido al lugar .Mientras tanto le pagaba a la provincia 300 mil pesos en moneda nacional pero tributaba casi 9 millones de pesos a la corona británica, según el balance del año 1916.
La Forestal tenia moneda propia, era un estado dentro de estado Argentino con su moneda propia obligaban a los obreros a comprar en sus propios comercios a precios mas caros y ademas como eran los que construyeron los pueblos no tenian competencia porque eran los únicos que podían aceptar el dinero por ellos creados. Era un sistema de seudo esclavitud uno podia trabajar años y siempre estarian igual en la pobreaza
La organización fabril era de dos grandes figuras obreras, estaba el operario de fábrica y el hachero u obrajero . Esta última está dividida en una serie de funciones, desde el hachero propiamente dicho hasta el labrador-pulidor, que limpiaba el árbol ya cortado y le daba forma al rollizo. También estaba el carrero, que transportaba los rollizos hasta el ferrocarril. En el mundo de la fábrica, existía el operario con sus distintas calificaciones: cocinador, aserrinero, peones y sirvientes, etcétera. También estaban los obreros del ferrocarril privado y los marítimos de La Forestal, ya federados en la década de 1910. Además, los empleados administrativos, con gran diferencia salarial y de trato respecto de los operarios, y los empleados jerárquicos. Puede hablarse de veinte mil personas que dependían de La Forestal.
Debido a las relaciones de dominación existentes, de una gran crueldad hacia la clase obrera, lo que va a surgir es un movimiento «muy explosivo y repentino» del que casi no hay información previa al estallido del conflicto, aunque uno puede intuir que subterráneamente debe haberse gestado un cierto nivel organizativo y se estaba pensando en alguna acción de envergadura.
Durante toda la década de 1910, uno va encontrando algunos pequeños registros de organización o de reclamo, como por ejemplo, la creación de las asociaciones de socorros mutuos en Villa Guillermina y Villa Ana, que La Forestal intenta controlar y por eso desplaza a algunos activistas que considera más radicalizados como es el caso de Teófilo Lafuente, quien luego será uno de los principales protagonistas del conflicto en 1919.
En 1916, encontramos un reclamo-petitorio en Villa Ana, que hace un trabajador en nombre de varios, entonces la empresa lo despide y lo expulsa del pueblo. La primera huelga de la que hay registro es en agosto de 1918, en Villa Guillermina, donde ya se habla de la Federación. La explosividad de este movimiento creo que explica en parte la dura respuesta que va a dar La Forestal.
La fuerzas represivas que actuaron fueron fuerzas provinciales y nacionales, en esos momentos al gobierno nacional lo encabezaba el Hipólito Yrigoyen y al provincial, Rodolfo Lehmann, también de la UCR santafesina, entonces muy dividida, ademas estaba la policía provincial local, con escasos efectivos y subvencionada por la compañía. La Forestal también tenía su seguridad privada, una guardia pretoriana conformada por capataces y mayordomos, como el caso de Marcelino Sandoval, una suerte de «patotero» muy mencionado durante la huelga. También participarán los escuadrones de seguridad y guardiacárceles de la provincia. A nivel nacional intervendrá el Regimiento 12 de Infantería y sobre finales del conflicto se creará la Gendarmería Volante, con financiamiento de la compañía.
El movimiento huelguístico que llevaron adelante en el trienio 1919- 1921 los obreros del complejo fabril de capitales británicos La Forestal, en la Cuña Boscosa santafesina, marcó un hito en la ya larga historia del movimiento obrero argentino.
Hay una privatización del aparato represivo para disciplinar la fuerza de trabajo y defender los intereses del capital ingles pocas veces tan explícito como en el decreto de creación arranca diciendo: “Agradécese a La Forestal las sumas destinadas para financiar la Gendarmería Volante”.
Contrariamente a lo que sucedió en la Semana Trágica, en enero de 1919, y en las jornadas de las huelgas patagónicas de 1921, donde los cuadros obreros más activos estaban encuadrados en la Fora V Congreso (anarco-comunista), en las luchas de La Forestal parecen haber tenido un papel preponderante los militantes de la Fora IX Congreso (sindicalista)...
En los pueblos se arman pequeñas seccionales que se organizan y piden su adhesión y un respaldo nacional a la Fora IX Congreso y bajo ese paradigma se organizan y desarrollan los primeros conflictos en La Forestal.
Pero se trata de un sindicalismo «revolucionario», que despliega una acción radical y desde su prédica habla del «fin del capitalismo» y de la organización desde los sindicatos hacia una sociedad comunista. Es decir, es una mixtura de las posiciones de las dos vertientes anarquistas preponderantes en la Argentina por esos años.
Las grandes huelgas se producen desde agosto de 1918 hasta julio de 1919, con diferentes resultados, en medio del conflicto, en julio de 1919 se crea el Sindicato de Obreros en Tanino y Anexos de La Forestal, que se impone varias misiones, la más importante es emprender una gran huelga en un lapso breve y para ello deciden realizar giras por la región para nuclear a la mayor cantidad posible de obreros, uniendo a todo el espectro gremial que dependiera de La Forestal; lograr el respaldo de la Fora IX Congreso y redactar un petitorio que incluyera a todos y presentarlo a la compañía.
A comienzos de diciembre de 1919, y a través de la Fora IX, se presenta el petitorio a la empresa y a mediados de diciembre, ésta lo rechaza con lo que estalla la huelga. Los puntos del petitorio incluían: jornada de ocho horas, descanso semanal, algunos feriados, mayores jornales para todas las categorías, mejoras de infraestructura edilicia en las viviendas y el último punto, el Nº 35, tal vez el que marcaba el tono del confl icto de clases existente, decía textualmente: “Se les exige a los empleados jerárquicos de La Forestal que exhiban mayor respeto hacia los obreros”. Prácticamente un convenio colectivo de trabajo.
La empresa tuvo su propia bandera, su policía brava, sus ciudades, puertos y ferrocarriles, moneda propia y más de 20 mil trabajadores, entre los que no se contabilizaron los diputados, comisarios, jueces de paz y otros influyentes funcionarios que recibían distintos favores de la empresa, como queda dicho. Hubo poblaciones que recibieron los nombres de algunos presidentes del directorio de la empresa, como sucedió con Patrick Ogilvie Campbell, que le prestó su apellido al lugar .Mientras tanto le pagaba a la provincia 300 mil pesos en moneda nacional pero tributaba casi 9 millones de pesos a la corona británica, según el balance del año 1916. Cuando la empresa se retiro en 1965 habia talado el 90 de los bosques santafecinos y dejado un desierto donde antes había biodiversidad
Entre ellos lideres gremiales el mas importante la figura de Teófilo Lafuente, quien va a ser el secretario general del sindicato taninero y vive en Margarita y por su condición de delegado gremial lo han expulsado de la fábrica, no obstante, y gracias a un sueldo aportado por la organización sindical, se mantiene en la zona y trata de tener una ascendencia sobre los trabajadores y organizar los distintos sindicatos. Lafuente aparece primero con la impronta de la Fora del IX Congreso, siendo atacado duramente por La Protesta, el órgano de la Fora V Congreso. Luego uno lo ve enfrentado con los «sindicalistas» y aliado con los «anarco-comunistas». De hecho la Fora lo expulsa hacia fines de la década e intenta desplazarlo de la conducción del sindicato, es uno de los líderes que sufrió una mayor represión, padeciendo torturas y simulacros de fusilamiento.
El conflicto tuvo cuatro momentos, el primero es el de la «explosión», que va de agosto de 1918 a julio de 1919, donde los trabajadores de varios pueblos se convencen de que pueden reclamar y ganar. Estallan huelgas sucesivas que duran de quince días a un mes y van logrando algunos resultados favorables, aunque algunos obreros son despedidos. En julio del 19, con la creación del sindicato aparece el segundo momento, que es cuando se expande la sindicalización, sobre todo en las fábricas, eso dura seis meses hasta la gran huelga de 1919. Esa gran acción, que corresponde al tercer momento, implicó diez días de gran «radicalidad», con tomas de fábricas, secuestro de empresarios, desfiles armados por los pueblos, choque y ruptura de vagones, quema de rollizos de quebracho y grandes pérdidas materiales para la compañía.
Durante el conflicto hay un Comité de Relaciones, que comanda la huelga y tiene sus delegados en cada localidad, en permanente comunicación. La prensa inventa el tema de los soviets era el argumento de la prensa burguesa, particularmente La Nación, para configurar el miedo social y exigir la represión.
El abogado de la empresa Carlos Gómez salió a decir en La Nación que “se ha instalado un soviet en el Chaco Santafesino”. En realidad, durante la huelga los sindicatos habían «tomado» los pueblos. Esta situación se diluye cuando finalmente el gobierno nacional envía al Regimiento 12 de Infantería.
Este no interviene en forma abusiva o represiva, aunque restablece el orden. El pliego que se firma es casi igual al presentado por los obreros. La compañía lo rubrica para que se termine la huelga y desde diarios como La Nación hasta La Protesta, pasando por La Vanguardia (socialista) y el Santa Fe (burgués), dicen que fue un triunfo obrero, pero de todas maneras, La Forestal ya tenía decidido no cumplir con el pliego y reprimir el movimiento de los obreros para disciplinar a la fuerza de trabajo.
El teniente Juan Domingo Perón con tropas a conservar el orden habia sido enviado a La Forestal por primera vez en 1917 para reprimir a los obreros que hacian el primer para por mejoras salariales y condiciones de trabajo. La empresa les corta el suministro de agua y cierra el almacén, esperando que el ejército reprima a los huelguistas. El joven teniente no solo no reprime, sino que obliga a la empresa a restablecer el agua y los víveres. Vuelve con el destacamento 12 y al igual que en 1917, tampoco esta vez reprime, sino que atiende todas las solicitudes de los huelguistas y les permite manifestar y trasladarse de un punto a otro de la localidad. Convive con ellos durante dos meses, rechazando dormir en sus casas. Un huelguista, Oscar Aldrey será amigo suyo y funcionario en su futuro gobierno.
La Forestal y la UCE plantean un dispositivo represivo con varias patas, una intenta conseguir del gobierno nacional la presencia permanente del Regimiento 12 de Infantería, tambien la compañía le pide al gobierno provincial ayuda militar con una respuesta contundente ya que cinco días más tarde, el nuevo gobernador Enrique Mosca (quien luego integraría, en 1946, la fórmula de la Unión Democrática con José P. Tamborini para enfrentar a Juan Perón) firma el decreto de creación de la Gendarmería Volante, los «cardenales» o «colorados», con asiento en Villa Guillermina,Tartagal y Villa Ana.
La tarea de esta fuerza policial va a ser fundamentalmente provocar» a los trabajadores , otra pata determinante plantea la apelación al lock-out patronal, con lo que la compañía logra generar el caos social y quitar sustento a la huelga, herramienta que utilizará de aquí en más y comienza a cundir la desorientación entre los obreros con la aparición de la Gendarmería Volante, con su secuela de muertos y torturados, y el cierre patronal de las fábricas no encuentran una respuesta acorde desde los trabajadores, teniendo en cuenta el nivel de organización alcanzado.
La política de los radicales es una desvergonzada intervención del gobierno elegido por el pueblo para reprimir al pueblo, es interesante, además, leer en los documentos de la Legislatura santafesina que a "los comisarios de los pueblos de La Forestal, el gobierno radical les asigna un sueldo mensual de 150 pesos, pero La Forestal les pasa oficialmente una subvención mensual de 450 pesos mensuales y una partida de 70 pesos para forrajes. La empresa británica, como si fuera poco, les da a los jefes policiales: casa habitación, luz, leña, caballos y armas. En los almacenes de La Forestal los uniformados podían adquirir lo que quisieran a precios muy ventajosos".
Después nos preguntamos de dónde nacen los defectos de nuestra democracia. Estos antecedentes nunca fueron revisados por la Legislatura ni por el gobierno nacional de Hipólito Yrigoyen que justo seguía gobernando después de los fusilamientos de la Patagonia y de la bestial represión de la Semana Trágica.
En diciembre de 1920, cuando la empresa suspende la producción hay un desbande total, con un gran éxodo y apaleamientos salvajes siendo finalmente la resistencia doblegada.
El 29 de enero de 1921 se produce lo que se denomino «la revuelta obrera final», con un grupo de entre 300 y 400 trabajadores, cuya procedencia es muy difícil de determinar, intenta tomar las fábricas que estaban situadas en Villa Ana y Villa Guillermina, y plantea una lucha frontal contra la Gendarmería Volante y pese a que llegaron en tren y armados, son repelidos hacia la espesura del monte y es allí donde se produce la «caza» de los huelguistas y la masacre final, con un número indeterminado de muertos y heridos. Según La Vanguardia, hubo entre 500 y 600 víctimas fatales. Los sindicatos desaparecen hasta finales de la década de 1920, en que resurgen ya con otro nivel de conciencia.