Miguel Luis Piedrabuena nacio el 24 de agosto de 1833 en Carmen de Patagones, el poblado más austral de la entonces provincia de Buenos Aires que formaba parte de la Confederación Argentina, siendo hijo de Miguel Jerónimo de Piedrabuena y de Vicenta Sabina Rodríguez
La vivienda en donde residió desde el nacimiento era una amplia casa colonial de grandes adobes, ventana con rejas y techo de tejas tipo español. La misma estaba situada al pie del barranco que coronaba en aquel entonces la fortaleza, donde hoy está la iglesia parroquial.
Ya desde muy temprana edad se sintió atraído por el mar. Su relación con tres hombres de mar en la infancia, jalonaron su vida de marino. Fue uno de estos, el capitán ballenero estadounidense G. Lemon con quien navegó de muy joven, desde Patagones hasta Buenos Aires. Posteriormente, un viejo amigo de su padre, el capitán y excorsario James Harris quien lo recibió en su casa en Buenos Aires, lo inscribió en una escuela primaria y más tarde lo hizo frecuentar un establecimiento superior de especialidades náuticas. Al regresar a Patagones, cinco años después, continuó piloteando embarcaciones hasta lograr construir su propio cúter.
Desde temprano, con goleta propia. trabajó comerciando con los tehuelches, cazando lobos marinos y trasportando mercadería.
En 1859 instala una factoría en isla Pavón próxima a la desembocadura del río Santa Cruz, y habilita un puesto de apoyo en puerto Cook en la isla de los Estados, frente a Tierra del Fuego.
Incansable defensor de los derechos argentinos en la Patagonia austral, en 1863 escribió sobre un peñasco del Cabo de Hornos: «Aquí termina el dominio de la República Argentina. En la isla de los Estados (Puerto Cook) se socorre a los náufragos. Cap. Piedrabuena». Cinco años más tarde (1868), el gobierno otorga las primeras concesiones de tierra en el sur, entregando en propiedad a Piedrabuena la isla Pavón y la isla de los Estados.
En sus anuales visitas en invierno a Buenos Aires tiene entrevistas con los presidentes Mitre, Sarmiento y Avellaneda de quienes recibe el más fuerte apoyo moral. Es, además, asesor de Félix Frías, plenipotenciario argentino en Santiago. Su factoría en Pavón y Puerto Cook en isla de los Estados, ambos enarbolando la bandera argentina desde mediados de siglo, son poderosos argumentos esgrimidos por Argentina en la definición del trazado de frontera con Chile.
A este embajador «sui generis» se le daban sólo instrucciones verbales y se le pagaba con honores y concesiones que nada cuestan. Su nombre figura sólo en 4 decretos oficiales. en 1864 es nombrado Capitán Honorario de la Marina Nacional. En 1868 por decreto recibe en propiedad la isla Pavón y la isla de los Estados. En 1875 se le concede una línea de navegación subpatagónica, y en 1878 le dan el grado de teniente coronel de la Marina, por decreto de Julio A. Roca.
En 1881, tras 22 años de su permanencia en la Patagonia austral, Argentina y Chile firman un tratado de límites.
Piedrabuena fue promotor incansable de la Patagonia austral y llamó siempre la atención de las autoridades argentinas con respecto a la necesidad de poblarla. Pero no pudo ser testigo del proceso de ocupación en Santa Cruz, que se inició dos años después de su muerte.