Piazzolla nació en Mar del Plata, Argentina en 1921, hijo de Vicente Piazzolla y Asunta Manetti (ambos nacidos en Mar del Plata, hijos de padres italianos). El nombre Astor no existía en ese entonces, su padre se le puso en homenaje a su amigo Astore Bolognini, corredor de moto y primer violonchelista de la Orquesta Sinfónica de Chicago. Piazzolla vivió gran parte de su niñez con su familia en Nueva York, donde desde muy joven entró en contacto tanto con el jazz como con la música barroca de Bach.
Era un barrio violento, porque existía hambre y bronca. Crecí viendo todo eso. Pandillas que peleaban entre sí, robos y muertes todos los días. De todas maneras, la calle Ocho, Nueva York, Elia Kazan, Al Jolson, Gershwin, Sophie Tucker cantando en el Orpheum, un bar que estaba en la esquina de casa... Todo eso, más la violencia, más esa cosa emocionante que tiene Nueva York, está en mi música, están en mi vida, en mi conducta, en mis relaciones.
Astor Piazzolla
Mientras vivió allí, aprendió a hablar fluidamente cuatro idiomas: castellano, inglés, francés e italiano. Comenzó a tocar el bandoneón en 1927 cuando su padre, nostálgico de su Argentina natal, le compró uno usado en una casa de empeños por 18 dólares.14 En 1932 compuso su primer tango, La Catinga, que nunca difundió.15 En 1933 tomó clases con Bela Wilda, un pianista húngaro discípulo de Serguéi Rajmáninov, de quien señaló Piazzolla: “Con él aprendí a amar a Bach.”14
Piazzolla conoció a Carlos Gardel en Manhattan en 1934, al llevarle un presente realizado por su padre. A Gardel le cayó muy bien el joven, y le resultó muy útil para realizar sus compras en la ciudad, ya que el joven conocía muy bien la ciudad, además que dominaba el inglés, idioma que Gardel desconocía totalmente. Al año siguiente el cantor lo invitó a participar en la película que rodaba en esos días, El día que me quieras, como un joven vendedor de diarios. Piazzolla cuenta que después de escucharlo tocar el bandoneón, Gardel le dijo: «Vas a ser grande pibe te lo digo yo... el fuelle lo tocás bárbaro, pero al tango lo tocás como un gallego».
Gardel invitó a Piazzolla a unirse en su gira por América, pero su padre decidió que éste era aún muy joven, su lugar fue reemplazado por el boxeador argentino José Corpas Moreno. Esta temprana desilusión probó ser una suerte en la desgracia, ya que fue en esta gira en la que Gardel y toda su banda perdieron la vida en un accidente aéreo. En 1978, en una carta imaginaria a Gardel, Astor bromearía al respecto sobre ese hecho:
... Jamás olvidaré la noche que ofreciste un asado al terminar la filmación de El día que me quieras. Fue un honor de los argentinos y uruguayos que vivían en Nueva York. Recuerdo que Alberto Castellano debía tocar el piano y yo el bandoneón, por supuesto para acompañarte a vos cantando. Tuve la loca suerte de que el piano era tan malo que tuve que tocar yo solo y vos cantaste los temas del filme. ¡Qué noche, Charlie! Allí fue mi bautismo con el tango.
Primer tango de mi vida y ¡acompañando a Gardel! Jamás lo olvidaré. Al poco tiempo te fuiste con Lepera y tus guitarristas a Hollywood. ¿Te acordás que me mandaste dos telegramas para que me uniera a ustedes con mi bandoneón? Era la primavera del 35 y yo cumplía 14 años. Los viejos no me dieron permiso y el sindicato tampoco. Charlie, ¡me salvé! En vez de tocar el bandoneón estaría tocando el arpa.
Volvió a Argentina en 1937, donde el tango estrictamente tradicional aún reinaba. Mientras tanto, Astor tocaba en clubes nocturnos con una serie de grupos, incluyendo la orquesta de Aníbal Troilo, considerado en ese momento el mejor bandoneonista y líder en Buenos Aires.
Se le aconsejó estudiar con el compositor Alberto Ginastera y posteriormente con Raúl Spivak. Introducido en grabaciones de Stravinsky, Bartók, Ravel, entre otros, iba cada mañana a oír la orquesta del Teatro Colón, mientras continuaba tocando tango de noche.
En 1942 se casó con Dedé Wolf y del matrimonio nacieron sus hijos Diana en 1943 y Daniel en 1944.
En 1950 compuso la banda de sonido de la película Bólidos de Acero.
En 1952 compuso La Epopeya Argentina, un movimiento sinfónico para narrador, coro y orquesta con texto de Mario Nuñez, que sobrevive en una transcripción para piano del compositor, publicada en 1952 por Editorial Saraceno. Es un panegírico al gobierno peronista de esos años, donde la rítmica es cuadrada, predominan los acordes por cuartas y las figuras modales. La voz del narrador no lleva notación. El coro alterna entre la vocalización.
También en esa década continuó con la composición de obras de música tales como Rapsodia porteña, Sinfonietta y Buenos Aires (tres movimientos sinfónicos). Por esta última ganaría el premio Fabien Sevitzky, por lo que el gobierno francés le otorgó una beca para estudiar con Nadia Boulanger en París, en 1953.
Nadia Boulanger fue una pieza muy importante en su carrera, ya que hasta su encuentro con ella, Piazzolla se debatía entre ser un músico de tango o un compositor de música clásica. Boulanger lo animó a seguir con el tango, pero si hasta ese momento todo era o tango o música clásica, a partir de entonces sería tango y música clásica.
Varios aspectos de la relación de Piazzolla con Boulanger no son muy claros, entre ellos como el músico argentino tomó contacto con Boulanger, ni quién se la recomendó. Según Simon Collier y María Susana Azzi, el propio Alberto Ginastera le recomendó a Piazzolla contactarse con alguién, pero no especificaron concretamente con quién. Natalio Gorin afirmó que el bandoneonista le confesó que: "Casi tomo clases con Olivier Messiaen".
Por otro lado, su hija Diana dijo que su padre recién arribado a París se enteró que Boulanger estaba dando clases muy cerca de donde se alojaba él. Para ser aceptado como alumno le tuvo que mostrar algo de lo que había compuesto, tampoco esta claro cual fue la pieza que le enseñó, ya que por un lado según Diana fue la Sinfonietta, mientras que Collier y Azzi aseguran que fueron los Tres movimientos sinfónicos de Buenos Aires.
Los biografos de Piazzolla están de acuerdo en que Boulanger notó la carencia de algo en su música, lo que Piazzolla años más tarde denomino "sentimineto". Un día Boulanger indagando sobre que música hacía en Buenos Aires, él con algo de timidez le confesó que componía tangos y que tocaba el bandoneón, entonces fue allí cuando le pidió que tocase al piano uno de sus tangos, Piazzolla tocó "Triunfal" y antes de terminarlo su profesora le tomo las manos para decirle: "No abandone jamás esto. Ésta es su música. Aquí está Piazzolla".
También en París, tuvo la oportunidad de escuchar al octeto del saxofonista Gerry Mulligan y quedó impresionado por su improvisación y por el distendimiento con el que tocaban los músicos.
Estudió 11 meses con Boulanger, pero al mismo tiempo formó una orquesta de cuerdas con músicos de la Ópera de París, con Lalo Schifrin y Martial Solal alternándose en el piano, y grabó el álbum Two Argentineans in Paris (1955) con temas como «Picasso», «Luz y sombra» y «Bandó».
Años más tarde Piazzolla recordaría a Boulanger diciendo:
Ella me enseñó a creer en Astor Piazzolla, en que mi música no era tan mala como yo creía. Yo pensaba que era una basura porque tocaba tangos en un cabaré, y resulta que yo tenía una cosa que se llama estilo.
Astor Piazzolla.
En 1955 volvió a Buenos Aires, donde formó una orquesta de cuerdas con músicos argentinos, en la que cantó Jorge Sobral (para esta formación compone Tres minutos con la realidad, obra síntesis entre el tango y la música de Stravinsky y Bartók), y el famoso Octeto Buenos Aires, conjunto considerado como el iniciador del tango moderno, tanto por su instrumentación (incluía por primera vez una guitarra eléctrica en un conjunto de tango), como por sus novedades armónicas y contrapuntísticas (acordes con 13as. aumentadas, seisillos y fugas).
En 1958 disuelve ambas formaciones y se marcha a los Estados Unidos, donde graba los dos únicos discos de lo que él llamó el jazz-tango (los cuales actualmente son muy difíciles de encontrar).
En 1959, durante una actuación en Puerto Rico, junto a Juan Carlos Copes y María Nieves, recibe la noticia de la muerte de su padre, Vicente Nonino Piazzolla. Astor vuelve a Nueva York, donde vivía con su familia, y allí compuso «Adiós Nonino», su obra más célebre, que conservaría la sección rítmica del anterior tango «Nonino», más una sentida elegía de despedida, que se convertiría en un sinónimo de Piazzolla a lo largo de los años.
Papá nos pidió que lo dejáramos solo durante unas horas. Nos metimos en la cocina. Primero hubo un silencio absoluto. Al rato, oímos que tocaba el bandoneón. Era una melodía muy triste, terriblemente triste. Estaba componiendo Adiós Nonino.
Daniel Piazzolla.
En 1990, durante una entrevista declaró que: «El tango número uno es 'Adiós Nonino'. Me propuse mil veces hacer uno superior y no pude».25 Se registran más de 170 versiones de «Adiós Nonino» de distintos músicos.
Frustrado por el intento del jazz-tango, vuelve a Buenos Aires en 1960 y forma la agrupación que definiría su estilo musical definitivamente, que sería la base de agrupaciones posteriores y a la que volvería cada vez que se sentía frustrado por otros proyectos: el Quinteto Nuevo Tango, formado en su primera versión, por Piazzolla en el bandoneón, Jaime Gosis en piano, Simón Bajour en violín, Kicho Díaz en contrabajo y Horacio Malvicino en guitarra eléctrica.
Con esta agrupación daría a conocer Adiós Nonino y todas las composiciones que dieron forma a su estilo y que serían las más recordadas: Las Estaciones (Verano Porteño, Otoño Porteño, Invierno Porteño y Primavera Porteña), La Serie del Ángel (Introducción al ángel, Milonga del ángel, Muerte del ángel y Resurrección del ángel), La Serie del Diablo (Tango diablo, Vayamos al diablo y Romance del diablo), Revirado, Fracanapa, Calambre, Buenos Aires Hora Cero, Decarísimo, Michelangelo ´70 y Fugata, entre otros. Esa última pieza está basada en la obra del compositor alemán Johann Sebastian Bach.
En 1963, forma el Nuevo Octeto, para el cual compuso Introducción a «Héroes y tumbas», con letra de Ernesto Sabato. En ese año también gana el Premio Hirsch por su «Serie de tangos sinfónicos», estrenados bajo la dirección de Paul Klecky.
En 1965, junto al Quinteto, una orquesta formada ad hoc, y con las voces de Luis Medina Castro como recitante y Edmundo Rivero como cantante, graba el disco El tango, que contiene temas con letras de Jorge Luis Borges, incluido Hombre de la esquina rosada, suite para canto, recitado y doce instrumentos.
Precisamente en el citado año, Piazzolla cobró por 754.000 pesos (una suma alta para la época) de regalías por parte de la SADAIC, los álbumes del quinteto se vendían razonablemente bien, lo que le permitió negociar con los sello condiciones que no fueran abusivas para él.
En 1966 se separa de Dedé Wolff y en 1967 empieza su colaboración con el poeta Horacio Ferrer, con quien compuso la operita María de Buenos Aires, que se estrenaría al año siguiente, con la cantante Amelita Baltar. Por otra parte, Piazzolla inicia con Baltar una relación sentimental que durará cinco años.
En 1969, Piazzolla y Ferrer componen la exitosa Balada para un loco, que supondría una popularidad súbita para Piazzolla.
En 1970 retornó a París donde nuevamente junto a Ferrer, creó el oratorio El pueblo joven, estrenado poco después en 1971 en Saarbrücken, Alemania. Al año siguiente fue invitado por primera vez a presentarse en el Teatro Colón en Buenos Aires, junto con otras importantes orquestas de tango. También en 1972, Piazzolla compone, para su Conjunto 9 el «Concierto de Nácar, para nueve tanguistas y orquesta filarmónica», primer antecedente de sus obras sinfónicas para bandoneón posteriores.
En 1973 sufre un infarto que lo obliga a reducir su actividad, por lo que se instala en Italia, en donde permaneció grabando durante cinco años. Durante esos años, formó el Conjunto Electrónico, un octeto integrado por bandoneón, piano eléctrico o acústico, órgano, guitarra, bajo eléctrico, batería, sintetizador y violín (el cual posteriormente fue reemplazado por una flauta traversa o saxo). La formación fue integrada por reconocidos músicos italianos como Pino Presti en bajo eléctrico y Tullio De Piscopo en batería.
Tiempo más tarde, Astor incorporaría al octeto al cantante José Ángel Trelles.
En 1974 se separó de Amelita Baltar, y ese mismo año graba, junto a una orquesta de músicos italianos, los álbumes Summit, con Gerry Mulligan, y "Libertango", cuyo éxito lo hace conocido en Europa. Al año siguiente, el Ensemble Buenos Aires graba su obra Tangazo para orquesta sinfónica.
En 1975, después del fallecimiento de Aníbal Troilo, Astor compone en su memoria una obra en cuatro movimientos a la que llamó Suite Troileana, la cual grabó junto al Conjunto Electrónico. Al año siguiente, en 1976 conoce a Laura Escalada, quien sería su esposa definitiva. En diciembre de ese año presenta junto al Conjunto Electrónico en el teatro Gran Rex en Buenos Aires su obra 500 motivaciones. Meses después ofrecería otro concierto en el Olympia de París junto a una formación similar a la que tocó en Buenos Aires, la cual sería su última presentación junto a una formación de carácter eléctrico.
A partir de 1978 volvió a trabajar junto al quinteto Nuevo Tango y retomó la composición de obras sinfónicas y piezas de cámara.
En 1982 escribe Le Grand Tango, para chelo y piano, el cual estuvo dedicado al chelista ruso Mstislav Rostropóvich. En 1985 fue nombrado Ciudadano ilustre de Buenos Aires, obtuvo el Premio Konex de Platino como el mejor músico de tango de vanguardia de la historia en Argentina y estrenó en Bélgica su Concierto para Bandoneón y Guitarra: Homenaje a Lieja. En 1985 regaló al grupo «Nuevos aires» su partitura «500 Motivaciones» que fue interpretada en la Sala A y B del Centro Cultural General San Martín en su homenaje al ser nombrado «Ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires».
En 1987 viaja a Estados Unidos, donde graba en vivo en el Central Park junto a la Orquesta de St. Luke's, dirigida por Lalo Schifrin, sus obras Concierto para Bandoneón y Tres Tangos para Bandoneón y Orquesta. Durante esta etapa en los Estados Unidos también tuvo la oportunidad de grabar Tango Zero Hour, Tango apasionado, La Camorra, Five Tango Sensations (junto al Kronos Quartet) y Piazzolla con Gary Burton entre otros.
En 1988 fue operado del corazón en un cuádruple baipás y a principios del año siguiente formaría su último conjunto, el Sexteto Nuevo Tango formado por dos bandoneones, piano, guitarra eléctrica, contrabajo y violonchelo.
El 4 de agosto de 1990 en París, sufrió una trombosis cerebral cayendose en el baño de un apart-hotel parisino. Fue internado con un infarto cerebral del que no se recuperó. Lo transladaron a Buenos Aires el 12 de agosto, de la que finalmente fallecería dos años después en Buenos Aires el 4 de julio de 1992, a los 71 años.
Sus restos están inhumados en el cementerio Jardín de Paz, en la localidad de Pilar.
En sus últimos diez años, escribió más de 300 tangos, unas cincuenta bandas musicales de películas, entre las cuales se encuentran: Henry IV de Marco Bellocchio, Lumière de Jeanne Moreau, Armaguedon de Alain Delon, Sur, El exilio de Gardel de Fernando Solanas.2910 En febrero de 1993, Piazzolla fue nominado de manera póstuma para los Premios Grammy 1992 en Los Ángeles por Oblivion en la categoría Mejor Composición Instrumental.
Entre los músicos contemporáneos de quienes Piazzolla tenía como fuente de inspiración y admiraba se encuentran Alfredo Gobbi y, fundamentalmente, Osvaldo Pugliese. Este último con sus composiciones Negracha, Malandraca y La yumba se adelantó a lo que Astor luego realizaría. Básicamente en la música de Piazzolla la marcación rítmica está basada en el tango Negracha compuesto por Pugliese en 1943 y grabado en 1948. Siempre hubo entre ellos una relación de respeto y admiración mutua.
Pugliese hizo versiones de tangos de Piazzolla como El cielo en las manos en 1951, Marrón y azul en 1956, Nonino entre 1961 y 1962, Verano porteño en 1965, Balada para un loco en 1970 y Zum en 1976. Piazzolla a su vez grabó de Pugliese: Recuerdo en 1966 y Negracha en 1956. Compartieron un recital juntos en el teatro Carré de Ámsterdam, el 29 de junio de 1989. Cerraron el recital tocando juntos sus éxitos más populares: La yumba y Adiós Nonino. Ambos en una entrevista previa manifestaron su admiración y respeto mutuos y lamentaron el hecho que ese recital no se realizase en Argentina.
Entre las influencias de la música europea, podemos también citar a Johann Sebastian Bach (del periodo barroco) de quien queda notoriamente marcado su influjo en lo tocante al desarrollo de patrones armónicos, fugas y el uso del contrapunto,27 como así también a Bela Bartok (contemporáneo). Según el baterista José Luis Properzi, su música también tiene puntos en común con la obra de los estadounidenses George Gershwin y Brian Wilson.
Por otro lado, tuvo una gran admiración y conoció personalmente a Igor Stravinsky.