Jorge Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de 1936, en el barrio porteño de Flores, siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Mario José Bergoglio (1908-1959) (contador, empleado en el ferrocarril), nacido en Portacomaro, provincia de Asti, que tuvo que emigrar de Italia debido al avance del fascismo; y Regina María Sívori (1911-1981), ama de casa, nacida en Buenos Aires, hija también de inmigrantes procedentes del Piamonte y Génova.1617 María Elena Bergoglio es la única de sus hermanos todavía con vida.
Durante su infancia, Jorge Bergoglio creció en un hogar arraigado a los orígenes italianos y católicos de su familia.
Sus padres lo bautizaron el día de Navidad de 1936 en la Basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos Aires. Durante su infancia estudió en el colegio salesianoWilfrid Barón de los Santos Ángeles de la localidad de Ramos Mejía.
Tuvo una estrecha relación con sus abuelos, especialmente con su abuela Rosa Vasallo. El propio papa Francisco ha comentado que ha sido «la mujer que mayor influencia» ha tenido en su vida. La periodista Lucía Capuzzi, basándose en documentos y actas oficiales, y habiendo entrevistado personalmente a varias personas que la conocieron y que convivieron con ella en el Piamonte y la Liguria.
Posteriormente estudió en la escuela secundaria industrial (ETN n.º 27) Hipólito Yrigoyen, en la que se graduó como técnico químico,202 tras lo cual estuvo trabajando en el laboratorio Hickethier-Bachmann, realizando análisis bromatológicos destinados a controlar la higiene de productos alimenticios. Ya en esa época sentía una fuerte vocación religiosa.
En su juventud, una enfermedad hizo que fuese sometido a una operación quirúrgica en la que le fue extirpada una porción de pulmón. A pesar de ello, según los médicos, el tejido que le falta a su pulmón no tiene impacto significativo en su salud.
La única preocupación sería una disminución en la reserva de la respiración si llegara a padecer una infección respiratoria.
Con 21 años, en 1957 decidió convertirse en sacerdote. Ingresó al seminario del barrio Villa Devoto y al noviciado de la Compañía de Jesús. Después de dos años de noviciado, culminó sus estudios en el juniorado Jesuita de Santiago de Chile, ubicado en la casa de retiro de San Alberto Hurtado, donde ingresó al curso de Ciencias Clásicas y profundizó sus estudios de historia, literatura, latín y griego, bajo la instrucción del carismático Carlos Aldunate. De 1964 a 1966 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en el Colegio del Salvador de Buenos Aires.
En 1966 Jorge Bergoglio y varios jesuitas de la Universidad del Salvador eran directores espirituales de los jóvenes integrantes católicos que ingresaron a la agrupación juvenil peronista Guardia de Hierro después de la Noche de los Bastones Largos. Guardia de Hierro era una organización surgida durante la Resistencia peronista con actividad política en varios frentes, que se disolvió formalmente en 1974.
Entre 1967 y 1970 cursó estudios de teología en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José, en el Partido de San Miguel.
Allí recibió las enseñanzas del teólogo jesuita Juan Carlos Scannone, fundador de la Filosofía de la liberación y de la Teología del pueblo (corriente autónoma argentina de la Teología de la liberación), que influirán profundamente en su pensamiento.30 Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembrede 1969, a los casi 33 años de edad.
Entre 1970 y 1971 realizó en la ciudad española de Alcalá de Henares la tercera probación de su noviciado, la última prueba necesaria para ingresar definitivamente en la Compañía de Jesús. En los años 1972 y 1973, fue maestro de novicios en la residencia Villa San Ignacio, de Villa de Mayo.
El 31 de julio de 1973 fue nombrado provincial de los jesuitas argentinos, cargo que ocupó hasta 1979.
Veinte días antes de su nombramiento como provincial, el general de los jesuitas, Pedro Arrupe, le encargó transferir la administración de la Universidad del Salvador de la Compañía de Jesús a una agrupación de laicos, lo cual hizo confiando en personas que conocía en la agrupación Guardia de Hierro. Por ello, en 1974designó rector a Francisco José Piñón, quien ejerció el cargo hasta 1980, y en los demás cargos a exintegrantes de Guardia de Hierro.
En 1976 comienza una nueva dictadura militar en la Argentina en el marco de la cual varios sacerdotes fueron víctimas de secuestros, torturas y muerte, especialmente los vinculados al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. En este escenario, Francisco, como provincial de los jesuitas, tuvo diálogo con sacerdotes en peligro de secuestro y con otros religiosos que habían sido liberados. Desde 1980 hasta 1986, fue rector del Colegio Máximo de San Miguel y de las Facultades de Filosofía y Teología de esa casa de estudios, así como primer párroco de la Parroquia del Patriarca San José, ubicada en el humilde barrio San José del partido bonaerense de San Miguel.
Entre 1990 y 1992 Bergoglio fue destinado por la Compañía de Jesús a la ciudad de Córdoba, viviendo en la Residencia Mayor que la orden posee en el centro de esa ciudad. La transferencia de Bergoglio para que obre de sacerdote en Córdoba ha sido considerado como una especie de castigo por los estudiosos de su vida y él mismo ha definido ese momento como de «purificación interior» y «como una noche, con alguna oscuridad interior».
Luego de una gran actividad como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado obispo titular de Oca (Auca, en latín) el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires. Fue consagrado obispo el 27 de junio de 1992 en la catedral de Buenos Aires. Cuando la salud de su predecesor en la Arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a debilitarse, Francisco fue designado arzobispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997.
Al fallecer Quarracino lo sucedió en el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998, cargo que lleva añadido el título de primado de la Argentina, y el de gran canciller de la Universidad Católica Argentina. El 6 de noviembre de 1998 fue nombrado también ordinario para los fieles orientales desprovistos de un ordinario de su propio rito en Argentina.
Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, san Juan Pablo II lo creó cardenal con el titulus de San Roberto Belarmino. El mismo Bergoglio, una vez investido como papa y en el marco del consistorio del 22 de febrero de 2014 designó como titular del mismo a su sucesor en el arzobispado porteño, el cardenal Mario Aurelio Poli.
Como cardenal formó parte de la Comisión para América Latina, la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Por ser arzobispo de Buenos Aires también era miembro de la Conferencia Episcopal Argentina, de la que fue presidente en dos períodos consecutivos desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011, no pudiendo ser reelegido una vez más por no permitirlo el artículo 61 de los estatutos. El 8 de noviembre de 2011 los obispos electores de ese organismo designaron para reemplazarlo al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, primo hermano del fallecido expresidente argentino Raúl Alfonsín y hasta entonces vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal. Integró también el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
En 2005, el cardenal Bergoglio, ya siendo presidente de la Conferencia Episcopal, autorizó la tramitación de la causa para la beatificación de los seis miembros de la sociedad de vida apostólica de los Padres Palotinos, que fueron asesinados en 1976 en la conocida masacre de San Patricio.
Al mismo tiempo, Bergoglio ordenó investigar la masacre en sí, que se le atribuye mayoritariamente al régimen militar argentino.
Las polémicas por la legalización de los matrimonios homosexuales y el aborto, entre otros temas, enfrentaron a Jorge Mario Bergoglio, primero con Néstor Kirchner y luego con su esposa, la mandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner, así como con organizaciones políticas, sociales, de derechos humanos, feministas, LGTB y amplios sectores de la población con posturas a favor de esas decisiones. Por estos temas Bergoglio también se enfrentó con la mayoría de los obispos argentinos, cuando sugirió la conveniencia de que la Iglesia católica propiciara la unión civil de las personas homosexuales, postura que fue rechazada.
Como arzobispo y cardenal, Bergoglio fue conocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y su compromiso con la justicia social. Optó por promover el diálogo y acercarse a los distintos colectivos sociales, fuesen o no católicos; así como por reforzar la tarea pastoral en las parroquias, aumentando la presencia de sacerdotes en las villas (barrios marginales). Esto hizo que fuese conocido como «el Obispo de los pobres».
El sociólogo Fortunato Mallimaci indicó que «tuvo mucha presencia en actos contra la trata de personas, en favor de las víctimas de accidentes de tránsito o de las tragedias de la discoteca Cromañón (2004) y de la estación ferroviaria de Once (2012)». Presidió misas con prostitutas, visitó las cárceles y dio libertad para que actuaran los sectores progresistas de la Iglesia. Un estilo de vida sencillo ha contribuido a la reputación de su humildad: vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia palaciega episcopal, renunció a su limusina y a su chofer en favor del transporte público, y cocinaba su propia comida.
Disfrutaba de la ópera, el tango, y el fútbol; es hincha y socio activo simple del Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
En 2008, la cúpula de la Iglesia argentina tuvo un rol protagónico. En medio del paro agropecuario patronal en Argentina de 2008, se había reunido con las autoridades del agro. Bergoglio le había reclamado a Cristina Kirchner que tuviera un “gesto de grandeza” que permitiera destrabar el tenso conflicto
Es también un apasionado lector de Fiódor Dostoievski y Jorge Luis Borges, además de autores clásicos.
Bergoglio, antes de ser elegido papa, presentó su renuncia como arzobispo al cumplir los 75 años, de acuerdo al Derecho canónico. Tenía previsto jubilarse una vez fuese nombrado su sucesor y retirarse a un hogar para los sacerdotes mayores o enfermos, donde ya tenía reservada una habitación; para después llevar una vida de oración y de dirección espiritual, alejada del gobierno eclesiástico.
Al fallecer Juan Pablo II, eran 117 los cardenales menores de 80 años en condiciones de votar para elegir un nuevo papa, entre los cuales se encontraba el entonces cardenal Bergoglio, considerado papable, y de quien se dice que logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido, es decir, el segundo lugar detrás del cardenal Joseph Ratzinger, quien fue elegido y se convirtió en Benedicto XVI, 265.º papa hasta febrero de 2013.
Se ha dicho que Bergoglio competía en número de votos con Ratzinger durante la elección hasta que hizo una súplica emotiva pidiendo a los cardenales que no votaran por él.56 Sin embargo, puesto que existe obligación de secreto absoluto para los asistentes al cónclave (Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de 22 de febrero de 1996, cap. II, n.º 48) bajo pena de excomunión reservada al sumo pontífice (Código de Derecho Canónico, canon 1399), este dato debe tomarse como mera especulación. Antes, había participado en el funeral de san Juan Pablo II y actuado como regente junto al Colegio Cardenalicio, gobernando la Santa Sede y la Iglesia católica durante el periodo de interregno de la sede vacante.
Antecedentes inmediatos
Culminada la histórica renuncia papal de Benedicto XVI y cerrada la sede vacante, se dio comienzo el cónclave de 2013 en que se lo consideró a Jorge Bergoglio como un candidato reformista, con edad y capacidad para reformar la curia romana. A pesar de ello, no figuraba entre los papables más sonados Pero antes de que se hiciese efectiva su renuncia, Benedicto XVI había tenido un gesto hacia Jorge Mario Bergoglio: lo había designado como miembro de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), lo que se interpretó como un mensaje implícito de confianza.
Fue el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, quien dio a conocer un documento único con la ponencia de Jorge Mario Bergoglio ante los cardenales inmediatamente antes del cónclave. Este documento incluye cuatro puntos:
Elección
A las 19:06 del 13 de marzo de 2013, en la quinta ronda de votaciones del segundo día del cónclave, el cardenal Bergoglio fue elegido sucesor de Benedicto XVI.
Es el primer papa de procedencia americana y el primero que no es nativo de Europa, Oriente Medio o el norte de África. También destaca por ser el primer pontífice no europeodesde el año 741, año en el que falleció Gregorio III, que era de origen sirio. Además, es el primer papa perteneciente a la Compañía de Jesús. Tomó el nombre de Francisco y, en su primera aparición pública, elevó una oración por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI Acto seguido, dijo que comenzaba «un camino», y pidió a los fieles que rezaran «unos por otros para que haya una gran fraternidad». «Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea fructífero para la evangelización», añadió. Además, pidió una oración en silencio por él para que Dios le ayudara en su labor.
Hermanos y hermanas, buenas tardes. Sabéis que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo; pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja. (Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre). Y ahora, comenzamos este camino: obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi cardenal vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí... Ahora daré la bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. (Bendición). Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.
Tras el nombramiento, cientos de fieles se congregaron ante la catedral metropolitana de Buenos Aires para celebrar la elección y posteriormente se celebró una misa en el templo con ese motivo.6566 La elección del papa Francisco fue también uno de los temas más comentados en las redes sociales, acaparando en Twitter más de 130 000 mensajes por minuto; siendo hasta la fecha el segundo evento con más repercusión en la historia de dicha red social, sólo superado por los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2012 en las que Barack Obama se proclamó ganador.
Primeros actos
El 14 de marzo de 2013, un día después de ser elegido, celebró su primera misa como pontífice en la Capilla Sixtina. Lo hizo alternando latín e italiano sin la ayuda de escritos, con un tono didáctico y gesticulando abundantemente. Respecto a los asuntos que trató, hizo un llamamiento a proclamar el mensaje de Jesucristo, para evitar ser considerados simplemente como una «ONG compasiva». Además, destacó la necesidad de que la Iglesia se aleje de lo mundano edificándose sobre el Evangelio y la piedra angular de Cristo, y no «como los castillos de arena que hacen los niños que se derrumban fácilmente».
En su segundo día de pontificado, el viernes 15 de marzo, recibió en audiencia a todos los cardenales en la Sala Clementina de Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano. Francisco agradeció el apoyo recibido en el cónclave papal, y alabó la labor realizada por su antecesor Benedicto XVI, del que dijo sentir «una gran gratitud y afecto por mi predecesor, quien revigorizó la Iglesia con su fe, sus conocimientos y su humildad». También manifestó que «todos nosotros vamos a tratar de responder con fe para llevar a Jesucristo a la humanidad y para traer a la humanidad a regresar a Cristo, a la Iglesia».
El sábado 16 recibió a los periodistas en audiencia en el Aula Pablo VI, a quienes bendijo y agradeció por el trabajo realizado durante los días del cónclave. En dicho acto el papa habló por primera vez desde que fue elegido en idioma español: «Muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica y otros no son creyentes, pero respetando la conciencia de cada uno, os doy mi bendición sabiendo que cada uno de vosotros es hijo de Dios. ¡Qué Dios los bendiga!». Ese mismo día restableció provisionalmente en su cargo a todos los miembros de la Curia Romana cuyos puestos habían quedado suspendidos por la sede vacante, lo cual efectuó donec aliter provideatur (‘hasta que se disponga lo contrario’).
El domingo día 17 de marzo presidió el rezo del Ángelus desde el balcón del apartamento papal del Palacio Apostólico, ante unas 150 000 personas. Durante el rezo, habló de la «misericordia de Dios [...] que nunca castiga» y también mencionó un libro escrito por el teólogo Walter Kasper.
Ese día escribió su primer tuit: «Queridos amigos, os doy las gracias de corazón y os ruego que sigáis rezando por mí».84 Antes del rezo del Ángelus celebró una misa en la capilla de Santa Ana, y a la salida saludó personalmente a todos los presentes.
El 18 de marzo Francisco recibió a la primera autoridad extranjera desde que es papa. En concreto, fue visitado por su compatriota, en ese entonces la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. El encuentro duró cerca de 20 minutos y fue seguido de un almuerzo. En la reunión, la presidenta pidió al papa su intermediación para conseguir dialogar con el Reino Unido respecto Crisis diplomática por la soberanía de las islas Malvinas en los años 2010. También intercambiaron obsequios entre sí.
Inauguración del pontificado
La misa de inauguración del pontificado del papa Francisco tuvo lugar el 19 de marzo de 2013, solemnidad de san José. A la ceremonia acudieron delegaciones oficiales provenientes de 132 países del mundo; y líderes de otras confesiones religiosas. Entre los representantes de otras denominaciones cristianas que acudieron a dicha ceremonia se encontraba el patriarca de Constantinopla Bartolomé I, un hecho insólito que no ocurría desde el Cisma de Oriente, hace casi mil años.
Antes de la misa, el papa se desplazó a bordo de un todoterreno blanco descubierto -en vez del papamóvil blindado- entre la multitud y recorrió durante casi veinte minutos la plaza de San Pedro. Francisco descendió en varias ocasiones del vehículo para besar a niños y saludar a enfermos.
Durante la ceremonia le fue colocado el palio y entregado el anillo del Pescador, que no es de oro como era habitual, sino de plata dorada, y en su homilía, Francisco habló del poder que otorgó Cristo a San Pedro: «Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio», afirmó, considerando la figura del papa como alguien que «debe poner sus ojos en el servicio humilde» y «abrir los brazos para custodiar a todo el pueblo de Dios y acoger con ternura y afecto a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños». Como muestra de esta actitud de humildad, Francisco también dejó de usar algunos elementos de la vestimenta de sus antecesores, como los zapatos rojos —hechos por un zapatero a medida en el caso de Benedicto XVI— por unos de color negro, comunes; rechazó también el uso del sobrepelliz y la muceta roja así como el uso de la cruz pectoral de oro con incrustación de piedras preciosas, reservada a los papas. En cambio, optó por una de plata que recibió como regalo al ser electo obispo en Oca, en 1992.
Se dirigió también a los gobernantes y a aquellos líderes en materia política, económica o social, a quienes les pidió que fuesen custodios de la creación: de las personas más débiles y del medio ambiente, recordando «que el odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida».
Unos días antes a la inauguración, Francisco agradeció mediante una carta las oraciones y las muestras de cariño recibidas por los fieles de Argentina, pero les pidió expresamente que no acudiesen a la ceremonia de inicio de su pontificado, sino que en su lugar destinasen el dinero del viaje a Roma para realizar obras de caridad para los más necesitados.
La ciudad de Buenos Aires, por su parte, decretó asueto escolar en la capital que permitió a todos los alumnos y trabajadores de la educación pública y privada seguir el inicio del pontificado al considerarlo como uno de los «acontecimientos más importantes que se han producido a lo largo de toda la Historia argentina», más allá de lo religioso.
Antes de la misa de inauguración, el papa Francisco realizó una llamada telefónica para agradecer a los miles de fieles que se habían congregado para seguir la ceremonia, y que participaban desde la noche anterior en una vigilia en la catedral.
El 23 de marzo el papa Francisco visitó a su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, en Castel Gandolfo, a donde se desplazó en helicóptero. La visita, de tres horas de duración, tuvo carácter privado. El actual y anterior pontífices oraron juntos en una capilla dedicada a la Virgen de Częstochowa y, aunque Benedicto quiso cederle un puesto preeminente, el recién elegido papa le pidió que se sentase con él, alegando que «somos hermanos». Según el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, Francisco regaló a su antecesor un icono de Nuestra Señora de la Humildad, «en honor a la humildad demostrada» por el anterior papa al presentar su renuncia. Posteriormente, tuvieron una reunión privada en la biblioteca de la residencia papal, y comieron juntos antes del regreso de Francisco a la Ciudad del Vaticano.
Se trató de un hecho insólito ya que nunca antes en la historia de la Iglesia se habían encontrado un papa y su predecesor emérito.