Vicente C. Gallo fue el reemplazante de Matienzo como ministro del interios, ya tenía una larga trayectoria política y parlamentaria y polarizaba la corriente antipersonalista de los radicales disidentes. Fue pronto, por ello, centro de una apasionada agresividad de los yrigoyenistas.
El 31 de diciembre de 1923 se decretó la intervención en Jujuy a causa del funcionamiento anormal de los poderes; el Senado provincial había declarado nula la organización de la cámara de diputados por falta de garantías constitucionales. Fue designado interventor Carlos F. Gómez.
En La Rioja se produjo un alzamiento armado bajo la dirección de Hermenegildo Vitale y José López González; los revolucionarios ocuparon la jefatura de policía y la cárcel y sitiaron al gobernador Dávila San Román. Intervino el gobierno nacional en defensa del orden constitucional y nombró interventor al general Ricardo Solá, jefe de las tropas nacionales de La Rioja. El poder ejecutivo, después de una amplia información de los hechos, ordenó reponer en sus funciones al gobernador.
La intervención en" Santiago del Estero, a cargo de Rogelio Araya, fue la que desató más enconos y más ataques contra el ministro del interior, a quien los yrigoyenistas acusaron de tratar de organizar un partido oficialista a espaldas de Alvear y de apoyar la candidatura de Domingo Medina para la gobernación de la provincia.
Se distinguieron en esos debates los radicales jóvenes, Diego Luis Molinari, Jorge Raúl Rodríguez, Valentín Vergara. Fueron exhibidas arbitrariedades en las intervenciones a Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán, y se reveló la conducta amistosa con. el gobierno de Córdoba a cargo de Julio A. Roca, de filiación conservadora.
Gallo respondió a los ataques: "Ha llovido y tronado esta noche sobre la cabeza del ministro del interiór. Ha llovido y tronado a propósito de Santiago del Estero, de Jujuy, de La Rioja y de Córdoba, pero no ha caído ni caerá sobre su cabeza el rayo que fulmina, porque estoy acorazado por la vida anterior de ciudadano y miembro de un partido".
Los nuevos gobernadores de Córdoba, Mendoza, Tucumán y Salta; caricatura de Sirio. En Caras y Caretas.
Los debates no hicieron sino ahondar las diferencias entre las dos fracciones del radicalismo; los jóvenes radicales apelaban a una interpretación histórica que no siempre se ajustaba a la verdad de los hechos, pero que gravitó en la acción futura del conjunto. El 1° de septiembre de 1924, en las decisiones internas del Congreso, triunfaron los antipersonalistas. La escisión del radicalismo se volvió, a consecuencia de todo ello, definitiva.
Las primeras manifestaciones concretas de la división partidaria se manifestaron en la provincia de Buenos Aires, promovidas por Mario M. Guido, representante de Bahía Blanca, que organizó en febrero de 1924 el comité provisional de la disidencia, contra el exclusivismo personalista. En torno a ese comité se agruparon Ricardo J. Davel, Alberto de Bary, Adolfo Farías Alem, Isaías R. Amado. Fue una de las primeras expresiones concretas de la escisión, pero en lo sucesivo se multiplicaron los motivos y manifestaciones del mismo proceso. Se formaron comités en pugna, el grupo yrigoyenista en torno a Pedro Podestá y Héctor Bergalli, el antipersonalista en torno a Alfredo Scarano y José P. Tamborini. Este último sostenía que la crisis se debía a "la lucha que ha trabado el radicalismo entre las fuerzas impersonalistas que desean gobernarse por las autoridades legítimas y las que pretenden sustituirlas por la voluntad de un jefe único, aclamado en hermosas proclamas, de todos conocidas", y que había que elegir "si debemos renunciar a los principios, si somos una democracia orgánica o un rebaño servil".
El pasionismo condujo a un duelo entre Diego Luis Molinari y el ministro de agricultura Tomás Le Bretón, en el que ambos resultaron heridos; el lance se realizó en el Círculo militar el 6 de octubre. Molinari desafió también a duelo a los diputados Leónidas Anastasi y Manuel Pinto Amuchástegui.
Agravó el encono interno el triunfo de Domingo Medina en Santiago del Estero en las elecciones del 22 de octubre, en las que obtuvo siete electores contra tres de su contrincante, Manuel Gallardo.
Otro suceso importante del año 1924 fueron las elecciones municipales en la capital federal, el 16 de noviembre. Se desplegó en ellas por parte del yrigoyenismo la propaganda más impresionante y ganaron la mayoría los socialistas con 57.1 59 sufragios contra 55.700 de los yrigoyenistas y 35.751 de los antipersonalistas. Estos últimos, que ya .contaban en el concejo deliberante con buen número de bancas, se convirtieron en la fracción mayoritaria a raíz de los recientes comicios. En Salta triunfó la Unión provincial por 9.800 votos contra 8.900. de los radicales yrigoyenistas, siendo consagrada por consiguiente la fórmula que encabezaba Joaquín Corvalán.
A fines de 1924 fue intervenida la provincia de Mendoza; encargado de cumplimentar la intervención fue Enrique M. Mosca.
Cantilo y Moreno, candidatos a gobernador de la provincia de Buenos Aires, caricatura de Alvarez. En Caras y Caretas
La causa de la medida fue la parcialidad política del gobierno provincial y su crisis financiera; entre sus desaciertos figuraba la emisión de letras de tesorería en función de moneda. Realizadas las elecciones, triunfó Carlos Washington Lencinas por 20.000 votos contra 14.000 de sus adversarios. Fue evidente el peso de los votos obreros, a quienes se había prometido el retiro de vejez, la jornada de ocho horas y el salario mínimo, plataforma del lencinismo desde la época de su fundador.
La intervención en Córdoba fue propuesta por Yrigoyen al congreso al finalizar su presidencia, pero no logró que fuese tratada. Alvear no tomó ninguna .iniciativa para que hubiese al respecto un pronunciamiento legislativo; se limitó a no mantener relaciones oficiales con el gobernador Julio A. Roca. Los yrigoyenistas encontraron oposición en el Congreso para resolver la intervención; los antipersonalistas hicieron causa común con
los conservadores y de ese modo el Senado contó con una mayoría contraria a la intervención. Alvear permaneció pasivo ante ese debate; las próximas elecciones en Córdoba podían ser decididas de conformidad con los planes de los conservadores. El propio Yrigoyen se dirigió a Córdoba para contribuir con su presencia al triunfo de los candidatos radicales, pero no logró alterar la situación, pues las elecciones dieron el triunfo a Ramón J. Cárcano, candidato conservador; aunque su triunfo se debió a la exigua cantidad de 231 votos de mayoría.
Carlos Washington Lencinas asumió en 1922 el gobierno de Mendoza, durante su gobierno impulsó una legislación social de avanzada, y por su cercanía con los sectores populares fue conocido como "el gauchito Lencinas".Al mismo tiempo, junto con su padre, José Néstor Lencinas, a quien había sucedido en la gobernación, desarrollaron su propia corriente interna dentro de la Unión Cívica Radical, el "lencinismo" enfrentada a Hipólito Yrigoyen. En ese año, en que el radicalismo se divide entre los "personalistas", partidarios de Yrigoyen y los "antipersonalistas" nucleados alrededor de Marcelo Torcuato de Alvear, el lencinismo se alinea con los segundos. Pero poco habrá de durar la alianza, en especial porque las políticas sociales del lencinismo (jornada de ocho horas, ley de salario mínimo, creación de cajas de jubilaciones y pensiones) chocaban con el sesgo conservador del "antipersonalismo": el gobierno provincial es intervenido por el gobierno federal de Alvear en 1924.