En su primer mensaje al Congreso, el 7 de mayo de 1923, declaró Alvear su posición independiente: «No ha de faltarme la energía de carácter que demande el mantenimiento de la alta dignidad de mi investidura. Mi gobierno no desea encontrar en su camino una unanimidad enfermiza de opinión». . . Una declaración de principios y de conducta que respondía a una realidad de su tiempo.
El antipersonalismo, propiamente el antiyrigoyenismo, que hizo irrupción explosiva durante la presidencia de Alvear, tenía firmes raíces en el pasado y se había expresado de diversas maneras como discrepancia con la conducción política de Yrigoyen, dentro del partido y, a través del partido, en la esfera nacional.
El grupo disidente tenía actuación destacada en la vida parlamentaria y en la universitaria; Víctor M. Molina fue presidente de la comisión de presupuesto; Arturo Goyeneche había sido presidente de la Cámara de diputados; Vicente C. Gallo y Leopoldo Melo, eminentes juristas, eran senadores nacionales; gravitaban en la opinión también hombres como Roberto M. Ortiz, Rogelio Araya, Diógenes Taboada, Mario M. Guido y muchos otros radicales que no toleraban el personalismo del jefe del partido; hubo gobernadores que se atrevieron a declararse adversos a la omnipotencia de Yrigoyen, como Joaquín Castellanos, en Salta, y Miguel Laurencena, en Entre Ríos.
Todos ellos querían dar a la agrupación partidaria la tónica de una fuerza orgánica impersonal, principista.
En mayo de 1923 triunfó en San Juan el "bloquismo" contra el radicalismo "personalista" y resultó electo gobernador de la provincia Federico Cantoni, a quien el gobernador interino, Aquiles Castro, se negaba a entregar el mando. Cantoni instaló entonces el gobierno en Concepción y la provincia fue conmocionada por los choques sangrientos entre las facciones.
El presidente Alvear debía decidir el pleito sanjuanino y dio el poder a Cantoni, que había sido electo por mayoría de sufragios. Esa decisión agudizó el enfrentamiento de los yrigoyenistas . contra la política de Alvear.
Además en el Senado se había decidido privar al presidente del cuerpo de la facultad de designar las comisiones internas el mismo, con lo cual perdió la posibilidad de integrarlas con partidarios del presidente anterior. Tal decisión fue respaldada por senadores radicales como Melo, Gallo, Torino, Fernando Saguier, Yarlus y Paz Posse.
En las elecciones para cubrir una vacante en el Senado por la capital federal, ganó la banca un candidato socialista.
Un grupo de senadores "personalistas" de la provincia de Buenos Aires se declaró contra Fernando Saguier, que representaba a esa provincia en la Cámara alta y lo acusó de un "feo contubernio" con los conservadores por haber votado a favor de la privación al presidente del Senado de la facultad de designar las comisiones internas, en documento fechado en junio de 1923. La palabra contubernio era empleada por Yrigoyen para definir las coincidencias o alianzas con sectores no radicales, con los conservadores.
Federico Cantoni en 1923 Federico Cantoni resultó elegido gobernador por primera vez y volverá a serlo en 1931; en 1934 fue derrocado por un sangriento golpe de estado local, en el que resultó seriamente herido. Su hermano Aldo, a su vez, resultó electo gobernador en 1926.
Contra acusaciones como la promovida a Saguier se levantaron algunos senadores radicales y denunciaron a su vez un "plan destinado: . . a quebrar la independencia y menoscabar la dignidad de un grupo de senadores nacionales que cumple con sus deberes constitucionales y practica la mis austera de las normas morales del radicalismo". . . Sostenía el manifiesto: "Fue doctrina de Alem, que justificó la revolución del 26 de julio de 1890, la existencia de un Congreso unánime y sin discrepancia de opiniones en el que únicamente se discute la sumisión y la obediencia pasiva". Y condenó el incondicionalismo, el unicato, como sistema de gobierno. Hay allí alusiones directas a Yrigoyen y a su influencia personal en el partido. "No nos consideramos infalibles ni nos sentimos asistidos por ninguna inspiración divina de ningún apostolado; nos hallamos, pues, expuestos al error, pero en el error o la verdad no reconocemos a nadie el derecho de discutir la sinceridad de nuestro radicalismo y la integridad con que lo practicamos como senadores y ciudadanos" .. "La solidaridad no es sumisión a jefaturas ni abdicación de la voluntad, sino armonía fecunda de derechos y deberes recíprocos".
El antídoto de ese gesto de independencia fue un diluvio de cartas y telegramas de adhesión a Yrigoyen; sin embargo la escisión del partido estaba marcada. Grupos de intelectuales jóvenes comenzaron a formar agrupaciones y comités al margen de los comités y convenciones del partido, para dar a su prédica un sentido en consonancia con la nueva realidad del mundo; se hacían oir voces jóvenes como las de Diego Luis Molinari, Jorge Raúl Rodríguez, Mario Jurado y muchos otros con una tónica independiente.
Pero las dos corrientes más fuertes que se perfilaron nítidamente tomaron el nombre de antipersonalista, una,. que usó los retratos de Alem y Alvear como símbolos, y la personalista o yrigoyenista, la otra, con los retratos de Alem e Yrigoyen.