La candidatura de Yrigoyen

Hubo en algunos la esperanza de que, al no haber proclamado los personalistas su candidato para las elecciones presidenciales, pudiera lograrse una fórmula que uniese a las dos fracciones del radicalismo. 

El desinterés de Yrigoyen, que había rechazado siempre su candidatura y no había identificado el triunfo de sus principios con el triunfo de su persona, era conocido; y además se sumaba en aquellas circunstancias el hecho de haber alcanzado una edad, 76 años, poco propicia para asumir la primera magistratura de un país en un clima agitado por las pasiones mas encontradas.

Se había manejado para la sucesión el nombre del exministro de obras públicas Pablo Torello, y el del gobernador de Buenos Aires, Valentín Vergara, que contaba también con la simpatía de Alvear. Honorio Pueyrredon también creyó serlo. Según el embajador Bliss, de Estados Unidos, fue ésa la causa de su actitud en La Habana. Yrigoyen se había distanciado de él por haber aceptado la embajada en los Estados Unidos sin consultarle.

Pero esta vez Yrigoyen quería ser presidente, y todo anticipaba que lo sería: las elecciones de Córdoba y Santa Fe, el peso aplastante de la opinión popular que confiaba en el jefe radical y volvía la espalda a los conservadores y a sus aliados, los antipersonalistas

Marcelo T. de Alvear votando, elecciones de abril de 1928 foto del Archivo General de la Nación.

Marcelo T. de Alvear votando, elecciones de abril de 1928 foto del Archivo General de la Nación.

El 14 de marzo de 1928 se reunió el comité nacional de la Unión cívica radical; su mesa directiva fue integrada así: Pablo Torello, presidente; José María Martínez, de Córdoba, y Jorge Raúl Rodríguez, vicepresidentes; Francisco L. Albarracín y Silvio Bonardi, secretarios. La convención nacional para proclamar la fórmula presidencial fue convocada para el 22 del mismo mes y se reunió en el teatro de la Opera. Estuvieron presentes en la inauguración de sus debates 175 convencionales. A propuesta de Jorge Raúl Rodríguez, en homenaje a los radicales de Salta, fue designado presidente de la asamblea el delegado de esa provincia, Alberto Durand; para la vicepresidencia fueron designados Eulogio Torres, de Tucumán, y Augusto Boero, de Córdoba. Actuaron como secretarios Raúl Arballo, Carlos M. Puebla, Francisco M. Guerrico y Amancio González Zimmermann. El 24 de marzo debían ser proclamados los candidatos a la presidencia y vicepresidencia de la Nación en las elecciones del 1º de abril. Leopoldo Bard pidió que fuese aclamado como candidato a presidente Yrigoyen y esa solución fue explosivamente aplaudida. No hizo falta proceder a una votación normal, no cabía otro candidato. Para la vicepresidencia Francisco Beiró recibió 142 votos y otros candidatos se repartieron otros 25 votos. Los dos aceptaron la proclamación hecha por la convención nacional del partido.

En estas elecciones los antipersonalistas, sino también a los conservadores, que se unieron detrás de la Confederación de las Derechas, liderada por Julio Argentino Pascual Roca. El gobernador de la importante provincia de Córdoba, Roca, era hijo del General Julio Argentino Roca, dos veces Presidente de la Nación y líder del Partido Autonomista Nacional, dominante de la vida política argentina durante el período conservador u oligárquico, y para sus partidarios traía recuerdos nostálgicos del antiguo régimen. La Unión Cívica Radical Antipersonalista, apoyada por Alvear, presentó a Leopoldo Melo como candidato a la presidencia, apoyado por al Confederación de las Derechas. Melo subrayó la inclinación conservadora de su campaña al nombrar al senador Vicente Gallo como su compañero de fórmula. Gallo era miembro fundador de la Liga Patriótica Argentina, y había dimitido como Ministro del Interior del gobierno del Presidente Alvear después de cabildear sin éxito para lograr la intervención federal de un gobernador yrigoyenista​ El socialismo, por su parte, se dividió en dos candidaturas, la de los Socialistas Auténticos, con Mario Bravo como candidato a la presidencia, y el Partido Socialista Independiente, que presentó a José Nicolás Matienzo.

Yrigoyen hizo al día siguiente donación de sus sueldos, como en la primera presidencia, a la Sociedad de beneficencia, en caso de ser elegido. Llegaron las elecciones del 1º de abril y la fórmula Yrigoyen-Beiró obtuvo 838.000 sufragios contra 414.000 de la de Melo-Gallo. He aquí el cuadro de la jornada electoral:

Distritos electorales Votantes
Capital Federal 278.252
Buenos Aires 367.026
Santa Fe 187.734
Entre Ríos 105.989
Corrientes 63.775
Córdoba 149.765
San Luis 29.156
Tucumán 68.052
Salta 30.983
Jujuy 14.317
Catamarca 19.370
La Rioja14.227
San Juan28.918
Mendoza54.211

Candidato a Presidente Partido Votos Porcentaje

Hipólito Yrigoyen UCR 839.140 61,68%

Leopoldo Melo UCR-A 365.080 26,83%

Mario Bravo PS 65.660 4,83%

José N. Matienzo PSI 6.001 0,44%

Otros

84.4686,21%
Votos válidos
1.360.34993,07%

Votos anulados o blancos
101.2566,93%

Total de Votos
1.461.605100%

El 12 de junio de 1928 se reunieron los colegios electorales y eligieron como Presidente de la Nación a Hipólito Yrigoyen y como Vicepresidente a Francisco Beiró, pero el fallecimiento de este último ocurrido el 22 de julio de ese año planteó una situación institucional inédita ante la cual se reunieron nuevamente los colegios el 6 de agosto y eligieron Vicepresidente a Enrique Martínez, quien había asumido el cargo de gobernador de la provincia de Córdoba el 17 de mayo de 1928, por lo que renunció a la gobernación. El día 12 del mismo mes la Asamblea Legislativa proclamó los resultados: 245 electores para Yrigoyen, 71 para Melo, 3 para Matienzo y 57 en blanco o anulados.