Los radicales

El radicalismo vuelve a la lucha electoral

La presencia de Alvear, con Yrigoyen en Martín García o en franca declinación, sirvió a la reagrupación de las fuerzas radicales. Los alzamientos armados de inspiración radical, por falta de eco popular o por defecto de organización, fueron fácilmente sofocados. Y muchos de los antiguos antipersonalistas comenzaron a acercarse a Alvear para constituir una fuerza política que pudiese tener posibilidades de gravitar como fuerza de oposición. Los confinados en Ushuaia, entre los que figuraban personalidades dirigentes de gran influencia en el radicalismo, fueron devueltos a Buenos Aires en abril de 1934. Víctor Juan Guillot narró episodios de la permanencia de los radicales en Ushuaia. Pero entretanto había hecho su aparición una generación nueva, con una visión no siempre coincidente con la de los jefes tradicionales del movimiento. 

Creación de FORJA

FORJA fue creada dos años después de la muerte de Hipólito Yrigoyen, y en momentos que la Unión Cívica Radical decidía levantar la abstención electoral decidida en 1931 en oposición al sistema de elecciones fraudulentas, con el fin de impulsar una postura política "yrigoyenista" que realizara una dura crítica de los gobiernos que asumieron el poder a partir del golpe de estado del 6 de septiembre de 1930, y que se conoció como la década infame.

Creación de FORJA

Entre esos jóvenes, que no consideraban la dirección de Alvear adecuada para continuar la tradición revolucionaria del radicalismo, figuraban los que en junio de 1935 formaron la Fuerza de orientación radical de la joven argentina (F.O.R.J.A.), que tenía por lema: "Somos una argentina colonial; queremos ser una argentina libre", y declaraba: "El proceso argentino en particular y latinoamericano en general, revela la existencia de una lucha permanente del pueblo en procura de su soberanía popular, para la realización de los fines emancipadores de la revolución americana, contra las oligarquías como agentes de los imperialismos en su penetración económica, política y cultural, que se oponen al total cumplimiento de los destinos de América", concluyendo su enunciación metodológica: "Por el radicalismo a la soberanía popular; por la soberanía popular a la soberanía nacional; por la soberanía nacional a la emancipación del pueblo argentino". Sus animadores fueron Arturo Jauretche, Gabriel del Mazo, Luis Dellepiane, Amable Gutiérrez Díaz, Jorge del Río, Gabriel del Mazo y muchos otros, entre ellos Raúl Scalabrini Ortiz, que no era afiliado radical y se incorporó luego; también algunos militantes obreros.

Denunciaba F.O.R.J.A. el carácter de la gestión del gobierno del general Justo y la ineficacia de las oposiciones parlamentarias, y acusaba al oficialismo de la Unión cívica radical de mantener silencio ante la gravedad de los siguientes problemas:

1) Creación del Banco Central de la República Argentina y del Instituto movilizador de las inversiones bancarias
2) Preparativos para la Coordinación de transportes
3) Creación de Juntas reguladoras de distintas ramas de industria y comercio
4) Unificación de impuestos internos
5) Tratado de Londres
6) Sacrificios económicos impuestos al pueblo en beneficio del capitalismo extranjero
7) Régimen de cambios
8) Política petrolera
9) Intervenciones militares arbitrarias
10) Restricciones a la libertad de opinión 
11) Arbitrios discrecionales en el manejo de las rentas públicas
12) Sujeción de la enseñanza a organizaciones extranjeras
13) Incorporación a la Liga de las naciones
14) Supresión de las relaciones con Rusia
15) Investigaciones parlamentarias sobre armamentos y comercio de carnes
16) El crimen del Senado
17) Aplicación de censuras previas contra la libertad individual.

"Todos los aspectos de la vida nacional que se pasa a examinar, demuestran que ya se ha impuesto a la República una tiranía económica, ejercida en beneficio propio por capitalistas extranjeros a quienes se ha dado derechos y bienes de la Nación Argentina; y que, por las facultades extraordinarias que este congreso y los jueces han dado al gobierno nacional y por la supresión de derechos individuales, se han echado las bases para establecer de inmediato una dictadura política que asegure y consolide aquella tiranía" (fragmento del manifiesto de fundación).

Corriente yrigoyenista

Otra corriente con cierta autonomía dentro del radicalismo fue la encabezada en nombre de la tradición yrigoyenista por Amadeo Sabattini desde Villa María, Córdoba.

Después de haberse atenido a la abstención en respuesta al veto que Uriburu había impuesto a los candidatos radicales, en 1931, acordaron los radicales volver a la lucha electoral. Gabriel del Mazo explica los motivos que llevaron a los radicales a levantar la abstención el 3 de enero de 1935: "Las direcciones' que habían propiciado el levantamiento de la abstención radical manifestaban su plan en tres objetivos:

1º Poner a prueba la sinceridad de la invitación insistente del gobierno, para coparticipar en el orden legislativo, bajo promesa solemne de limpios comicios
2° Organizar parlamentariamente una oposición que pusiera coto al manejo todopoderoso e impune que el gobierno tenía en todos los aspectos de la administración pública;
3°  Ir tomando posiciones en los cuerpos deliberativos para que, en 1938, cuando la Unión cívica radical llegara al gobierno ejecutivo del país, tuviese mayorías experimentadas"...

En Córdoba los radicales participaron en la contienda electoral en 1936 y la fórmula Amadeo Sabattini-Alejandro Gallardo triunfó sobre la encabezada por el conservador José Aguirre Cámara y asumió el mando en la provincia (19361940). El conservatismo en Córdoba, alentado por una tendencia liberal progresista, rehuyó el recurso al fraude, el habitual de la oligarquía y el adjetivado como patriótico.

En la renovación.. de las Cámaras, los radicales llevaron buen número de sus candidatos a las bancas del Senado y de la Cámara de diputados.