La biotecnología se refiere a toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. Dichos organismos pueden estar o no modificados genéticamente por lo que no hay que confundir Biotecnología con Ingeniería Genética. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico define la biotecnología como la «aplicación de principios de la ciencia y la ingeniería para tratamientos de materiales orgánicos e inorgánicos por sistemas biológicos para producir bienes y servicios». Sus bases son la ingeniería, física, química, biología, medicina y veterinaria; y el campo de esta ciencia tiene gran repercusión en la farmacia, la medicina, la ciencia de los alimentos, el tratamiento de residuos sólidos, líquidos, gaseosos, la industria y la agricultura.
Probablemente el término fue acuñado por el ingeniero húngaro Károly Ereki, en 1919, cuando lo introdujo en su libro Biotecnología en la producción cárnica y láctea de una gran explotación agropecuaria.
Según el Convenio sobre Diversidad Biológica de 1992, la biotecnología podría definirse como «toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos».
El Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del Convenio sobre la Diversidad Biológica define la biotecnología moderna como la aplicación de:
La biotecnología ambiental se ocupa de la aplicación de los procesos biotecnológicos para proteger y mantener la calidad del medio ambiente.
En la actualidad, las principales aplicaciones concretas de la biotecnología para la mejora del medio ambiente son las siguientes:
Diversas técnicas biotecnológicas permiten resolver, de diferentes y novedosas maneras, el problema de la contaminación ambiental. Se pueden utilizar diversos microorganismos para afrontar problemas de tratamiento y control de la contaminación química en Icis ecosistemas, ya que algunos de ellos, principalmente bacterias, tienen la capacidad de eliminar del medio o degradar con enzimas gran número de compuestos tóxicos y peligrosos.
En la actualidad en los laboratorios se están creando bacterias, levaduras y enzimas específicas para conseguir la degradación de los residuos mediante las siguientes técnicas:
Los iones metálicos de los elementos pesados (por ejemplo, manganeso, mercurio, cinc, níquel, cobre, plomo) movilizados por la acción humana en distintos ecosistemas constituyen el tipo de contaminación más grave del planeta. Los efectos contaminantes de los metales pesados superan en cuantía la suma de todos los demás tipos de contaminación química. Gracias a la ingeniería genética se han desarrollado bacterias que pueden vivir en presencia de metales pesados y eliminarlos mediante diversas reacciones químicas.
Se llama marea negra al vertido masivo de petróleo debido a un accidente. Estos accidentes suelen suceder durante el transporte del petróleo en grandes barcos, por lo que se produce un vertido al mar de miles de toneladas de crudo cuyas consecuencias son muy negativas en los ecosistemas, incluso a largo plazo.
Es posible utilizar bacterias que digieren los hidrocarburos que forman el petróleo y los transforman en sustancias químicas nada o menos contaminantes. Aunque generalmente cada tipo de bacteria utiliza una clase de hidrocarburo, se intenta combinar las características de varias bacterias para conseguir una bacteria recombinante capaz de transformar muchos hidrocarburos diferentes.
Las personas necesitamos obtener energía de la naturaleza y, además, esta necesidad va unida al deseo de buscar fuentes energéticas no contaminantes. Una de estas fuentes es el gas metano.
Es posible producir metano utilizando como materia prima aguas residuales, algas y bacterias.
Las aguas residuales se acumulan en charcos poco profundos, donde crecen las algas. Las algas se cosechan de vez en cuando y se colocan en un contenedor llamado digestor. Dentro del digestor las bacterias se alimentan de las algas y producen metano.
Otra posibilidad consiste en cultivar algas marinas en tierra firme, en el interior de reactores transparentes que utilizan la energía solar. Así se pueden aprovechar ciertos productos elaborados por las algas, como oxígeno y ácidos grasos.
Tratamiento de aguas residuales
Las aguas residuales pueden provenir de actividades industriales o agrícolas y del uso doméstico. Los tratamientos de aguas industriales son muy variados, según el tipo de contaminación, y pueden incluir precipitación, neutralización, oxidación química y biológica, reducción, filtración, ósmosis, etc. En el caso de agua urbana, los tratamientos suelen incluir la siguiente secuencia.