Se recibió de contador público nacional en la Universidad de Buenos Aires, donde también se doctoró en ciencias económicas.
Comenzó su carrera administrativa en la Dirección de Réditos del Ministro de Economía.
Fue presidente del Banco Central de la República Argentina entre 1949 y 1952, y simultáneamente ejerció como Ministro de Finanzas. También fue ministro de Asuntos Económicos durante todo el segundo gobierno del general Juan Domingo Perón, entre junio de 1952 y septiembre de 1955. Durante su gestión, ante la caída de la producción industrial y – sobre todo –agropecuaria, aumentó las tasas de interés de los créditos bancarios, disminuyendo la presión inflacionaria pero frenando el rápido crecimiento de la participación de los sueldos en la producción total.3Llevó adelante un "Plan Económico de Coyuntura", además de iniciar la búsqueda de inversiones de capital extranjero en el sector petrolero.
En 1955 fue detenido por la dictadura de la Revolución Libertadora y confinado en la cárcel de Ushuaia, prisión que había sido cerrada por el peronismo, luego fue trasladado a Río Gallegos donde estaban detenidos varios dirigentes peronistas, entre ellos: John William Cooke, Alejandro Leloir, Héctor José Cámpora, Guillermo Patricio Kelly, Oscar Albrieu, Jorge Antonio, Ramón Cereijo. El alcance de la represión se pudo apreciar en toda su dimensión cuando Aramburu firmó un decreto por el cual se rehabilitaba a 92.000 trabajadores, quedaban excluidos de esta medida quienes hubiesen ocupado algún cargo en la CGT o sindicatos entre 1952 y 1955.
Tras el regreso de Perón del exilio a la Argentina, fue nombrado nuevamente presidente del Banco Central por el presidente Héctor José Cámpora, en 1973.
El 21 de octubre de 1974 fue nombrado Ministro de Economía de la Nación. Su antecesor, José Ber Gelbard, había llevado adelante un plan de aumento de los salarios en términos reales, para fortalecer el mercado interno. Diversas razones, entre ellas la desconfianza de los empresarios para invertir a largo plazo, había debilitado la estabilidad de su política económica, y la creciente influencia de José López Rega en el gobierno de María Estela Martínez de Perón determinó el desplazamiento de Ber Gelbard.
En su lugar fue electo un economista más ortodoxo, Gómez Morales, que aplicó un plan económico liberal, que causó una pérdida del poder adquisitivo de los salarios, y la baja de la participación de los mismos en el total del Producto Bruto Interno.[cita requerida] También llevó adelante una devaluación cambiaria, llevando el valor del dólar estadounidense de $10 a $15.
No obtuvo los resultados esperados, ya que la actividad económica no dio muestras de vigorizarse, mientras la presión de la CGT para obtener aumentos de sueldos se hacía cada vez más evidente. También se amplió la "brecha cambiaria", esto es, la diferencia entre el valor nominal de las monedas extranjeras para las operaciones que se hacían con el Estado y el valor real de las mismas en el mercado de divisas.
En los últimos días de mayo de 1975, Gómez Morales presentó su renuncia, que le habría sido pedida por López Rega. Fue reemplazado por Celestino Rodrigo, que aplicó de inmediato un severo "plan de ajuste", conocido popularmente como el "Rodrigazo", y que generó un pico de inflación y un aumento de los conflictos sociales de niveles nunca antes vistos durante gobiernos del Partido Justicialista.
Pasó el resto de su vida dedicado al ejercicio privado de su profesión de contador. En 1986 recibió el Premio Konex por su trayectoria en política económica de la Argentina. Falleció en Buenos Aires en 1990.