Enloquecido y acorralado, López veía enemigos y traidores en todas partes y a fines de 1868 se descubrió un presunto complot para asesinar al Mariscal en el cual estaba gente de su confanza,
Luego de la caida de Humaita Lopez acampo en San Fernando, que es una localidad a orillas del río Tebicuary en la que acampó el Marisca López en 1868 tras abandonar Humaitá.
En dicho campamento se descubrió un presunto complot para asesinar al Mariscal y organizar un nuevo gobierno para acordar la paz con los Aliados.
Se supone que Benigno López, hermano del Mariscal estaba encabezando esta conspiración desde Asunción, y se trataba de asesinar a Francisco Solano para tomar el gobierno y poner fin a la guerra, sin embargo, el complot (Si es que existió) fue descubierto y los implicados llevados desde Asunción a San Fernando.
Se iniciaron los tristemente célebres procesos, con el uso consabido de la tortura, por medio de la cual se extraía cualquier tipo de información de los condenados.
En San Fernado ordenó fusilar en San Fernando a su hermano Benigno, al obispo Palacios, a su cuñado el general Barrios, al coronel Alén, a la esposa del coronel Martínez, el héroe de Humaitá, al canciller Bergés y al general santafesino Telmo López, que traicionando a su patria se había pasado al enemigo.
Más de 353 personas fueron fusiladas y lanceadas por orden de López, en el campamento de San Fernando, entre julio y diciembre de 1868, acusados de traidores. El coronel Alén, que estaba herido, fue fusilado sentado en el suelo. La madre de López, Juana Carrillo, y sus dos hijas, fueron azotadas y encerradas en un carreta.
No sería la única conspiración, posteriormente se descubrió un nuevo complot en San Estanislao, supuestamente iban a asesinar al Mariscal por envenenamiento. Esta vez se vieron implicadas las propias madre y hermanas de Solano López, así como sus dos cuñados, el Gral. Vicente Barrios y el tesorero Saturnino Bedoya, y muchos otros. De nuevo los Tribunales de Sangre actuaron, y tanto la tortura como los lanceamientos se hicieron frecuentes. López mandó fusilar al joven Coronel Vicente Mongelós, solo por haber sido descubiertos conspiradores dentro de su batallón.
El otro hermano del dictador, Venancio, murió en 1869 después de haber sido torturado. Al final de la lucha y poco antes de ser muerto, López firmó la orden de fusilamiento para su madre y sus dos hermanas, orden que no se cumplió por la llegada de las tropas brasileñas. En diciembre de 1869 ordenó dar muerte a lanzazos a la hermosa Pancha Garmendia, de quien estuvo enamorado mucho tiempo atrás. Acusada de querer envenenar a López, fue ejecutada al amanecer al pie de la cordillera, a orillas del río Aguaray.
Benigno López terminó sus días ajusticiado por traición a su hermano el Mariscal, en los procesos de San Fernando, el 21 de Diciembre de 1868 y su esposa. María del Carmen Agüero Uriarte no corrió mejor suerte, y fue lanceada el 03 de Mayo de 1869,
Más de 353 personas fueron fusiladas y lanceadas por orden de López, en el campamento de San Fernando, entre julio y diciembre de 1868, acusados de traidores. El coronel Alén, que estaba herido, fue fusilado sentado en el suelo. La madre de López, Juana Carrillo, y sus dos hijas, fueron azotadas y encerradas en un carreta.
No sería la única conspiración, posteriormente se descubrió un nuevo complot en San Estanislao, supuestamente iban a asesinar al Mariscal por envenenamiento. Esta vez se vieron implicadas las propias madre y hermanas de Solano López, así como sus dos cuñados, el Gral. Vicente Barrios y el tesorero Saturnino Bedoya, y muchos otros. De nuevo los Tribunales de Sangre actuaron, y tanto la tortura como los lanceamientos se hicieron frecuentes. López mandó fusilar al joven Coronel Vicente Mongelós, solo por haber sido descubiertos conspiradores dentro de su batallón.
El otro hermano del dictador, Venancio, murió en 1869 después de haber sido torturado. Al final de la lucha y poco antes de ser muerto, López firmó la orden de fusilamiento para su madre y sus dos hermanas, orden que no se cumplió por la llegada de las tropas brasileñas. En diciembre de 1869 ordenó dar muerte a lanzazos a la hermosa Pancha Garmendia, de quien estuvo enamorado mucho tiempo atrás. Acusada de querer envenenar a López, fue ejecutada al amanecer al pie de la cordillera, a orillas del río Aguaray.
El Mariscal Lopez estaba enamorado de la Pacha Garmendia pero ella nunca lo aceptó como novio ni se convirtió en su amante, fue culpada de intentos de envenenar al Mariscal y fue muerta a lanzasos el 11 de diciembre de 1869 en los juicios de San Fernando