Cándido López estaba planeando un viaje de perfeccionamiento a Europa cuando estalló la Guerra del Paraguay. Se enroló como teniente en el batallón de Infantería de San Nicolás, a órdenes del coronel Juan Carlos Boerr, de la división del general Wenceslao Paunero.
Cándido López participó en los combates de Paso de la Patria e Itapirú. Durante el tiempo libre entre combates – su regimiento no participó en operaciones ofensivas en ese período – pintó varios paisajes de campamentos militares. Los envió a Buenos Aires, donde fueron vendidos y se hicieron muy populares, ya que la población estaba interesada en cualquier cosa que la acercara a la situación en el frente de combate. Posteriormente participó en las batallas de Estero Bellaco, Yataytí Corá, Boquerón y Sauce.
Cándido López formaba parte de la tercera columna de asalto a Curupaytí, se había incorporado a las fuerzas de la Triple Alianza atraído por la proclama de falso triunfalismo y disparatada de Mitre: “En veinticuatro horas en los cuarteles. En tres semanas en la frontera. ¡En tres meses en Asunción!”. Pero la guerra duraría 5 largos años.
A López le habían otorgado el grado de teniente segundo, pero él, como otros miles que se enrolaron, no era militar, amaba el arte y se había dedicado a la pintura y trabajaba como retratista. Era el único soldado que llevaba en su mochila elementos para dibujar, porque se había propuesto recrear las escenas de la guerra.
Es probable que mientras avanzaba penosamente a través de los pantanos y bajo fuego enemigo, estaría maldiciendo el momento en que se incorporó a las filas. Súbitamente sintió un terrible dolor en la mano derecha y al mirarla comprobó que una esquirla de cañón se la había destrozado. Se sentó al pie de un tronco y con un pañuelo comenzó a vendarse la herida. De regreso al campamento aliado los cirujanos le amputaron la mano antes de que se gangrenara.
Meses más tarde, tras la convalecencia en Corrientes, regresó a San Nicolás , una vez que el muñón cicatrizó, proceso que le llevó semanas de angustia y dolor, Cándido López comenzó a ejercitar su mano izquierda. Se había determinado que la pérdida de la otra, no iba a impedirle proseguir con su mayor placer: la pintura. También se había propuesto recrear los escenarios de las batallas, los campamentos, el cruce de los ríos por la tropa y cuanto detalle había quedado fijado en su prodigiosa memoria.
Con tesón y perseverancia adiestró la mano hasta que logró la misma habilidad que había tenido con la derecha y su primer cuadro bien elaborado fue “Rancho en que vivía el Dr. Lucio del Castillo en el campamento de Tuyutí”. Se lo obsequió a su médico y actualmente se encuentra en el Museo Enrique Udaondo de Luján.
En 1872 se casó con Emilia Magallanes con quien tuvo doce hijos y para mantener a esta extensa prole trabajó como puestero en las distintas estancias de la familia de su esposa en San Antonio de Areco y Baradero.
En 1885 decidió exhibir sus 29 óleos de la guerra del Paraguay y allí, la comisión de arte designada para evaluar su obra dictaminó que: “…además de sus buenas condiciones artísticas tienen un elevado e indisputable valor histórico”.
A partir de entonces, Cándido López inició una larga y fatigosa gestión para que el Estado argentino le comprara sus obras. Hasta que el 22 de septiembre de 1887 se autorizó al Poder Ejecutivo a pagar la suma de once mil pesos por la adquisición de los veintinueve óleos.
Sus pinturas han sido consultadas por historiadores, escuelas de guerra y analistas del conflicto de la Triple Alianza, debido a que tienen valor documental y sus títulos mencionan las fechas de los acontecimientos. En sus obras predomina la visión aérea a fin de obtener una mayor profundidad de la perspectiva. Volcó en los lienzos todo lo que vio, sin que nada escapara al campo visual de sus observaciones, reconstruyendo los hechos hasta en los detalles más insignificantes. Los momentos de las batallas, los desembarcos y los desplazamientos terrestres de los soldados, están desplegados en formatos horizontales en una proporción de uno a tres que permite abarcar varios escenarios.
Gran parte de estas obras aparecen con la firma Zepol, seudónimo que corresponde a la reversión de su apellido. Pasó sus últimos años en un campo que había alquilado en Baradero, provincia de Buenos Aires, donde falleció el último día de 1902.
Sus restos fueron localizados en el Panteón de los Guerreros del Paraguay en el Cementerio de la Recoleta.
La mayoría de las obras de Cándido López están en el museo de Bellas Artes la características son una relación 3 a 1 en el ancho con respecto al alto una medida típica es >50,5 x 149,7 cm hay en el Museo más de 25 cuadros de las diferentes batallas de la Guerra del Paragauy