Como consecuencia del desastre de la batalla de Huaqui, el ejercito realista al mando de Goyeneche se apoderó de La Paz. Saliendo de Oruro el 9 de julio, Castelli y González Balcarce arribaron a Chuquisaca el 19 de julio de 1811 y se encontraron con Pueyrredón.
Los restos desorganizados del Ejército del Norte retrocedieron en precipitada retirada hacia Chuquisaca. Pueyrredón decidió aprovechar las facilidades de defensa que ofrecía Potosí, ciudad cuyo cabildo le había enviado un regidor pidiéndole que la defendiera, pero Castelli decidió formar el cuartel general en Chuquisaca. Desde allí envió al coronel Luciano Montes de Oca hacia Tarija en busca de refuerzos y a Eustoquio Díaz Vélez hacia Cochabamba, destacando 300 soldados hacia Potosí. Goyeneche se apoderó de Cochabamba el 13 de agosto de 1811 luego de la Batalla de Amiraya (o primera Batalla de Sipe Sipe), donde fueron derrotados Díaz Vélez y Francisco de Rivero.
En esas circunstancias Pueyrredón se retiró a Potosí con 600 soldados y una compañía de granaderos de 140 hombres que voluntariamente se había formado en Chuquisaca para conducir la artillería y los pertrechos. Estas fuerzas ingresaron en Potosí el 4 de agosto de 1811.
Chuquisaca fue ocupada por el coronel realista Campero, por lo que los restos del Ejército del Norte al mando del general Díaz Vélez se replegaron desde Potosí hacia el sur, concentrando sus menguadas fuerzas de unos 500 hombres en la posta de Cangrejos, en el actual territorio jujeño.
En Tupiza Castelli recibió la orden de su destitución, habiendo llegado allí con González Balcarce sin pasar por Potosí, reuniéndose con restos del ejército en Caisa. Luego de que las tropas indígenas del cacique Mateo Pumacahua y otras fuerzas destacadas desde el Perú lograran ahogar la insurrección de los partidos de Omasuyos, Pacajes y Larecaja, que se había extendido hasta ocupar La Paz y Oruro, Goyeneche pudo continuar su marcha sobre Potosí.