Se rodeó el presidente de un grupo de colaboradores prestigiosos Eduardo Wilde, en el ministerio del interior, y en relaciones exteriores fue designado Norberto Quirno Costa, que ya se había distinguido como parlamentario y diplomático; Filemón Posse fue encargado del ministerio de justicia e instrucción pública y el general Eduardo Racedo fue designado ministro de guerra y marina, pero como era entonces gobernador de Entre Ríos, no se hizo cargo de sus funciones hasta cumplir su mandato en febrero de 1887, desempeñándolas entretanto Nicolás Levalle.
Este primer gabinete sufrió alteraciones después de la crisis económica y política que halló su culminación en julio de 1890.
Desde su embajada en España, Miguel Gané observa con poca simpatía la formación del gabinete. José C. Paz le escribió desde Buenos Aires para calmar su desconfianza y su nerviosidad: "Veo que el nuevo ministerio no le ha hecho buena impresión. Creo que esto es porque Ud. se conserva más optimista que yo respecto de ministerios. Yo lo he encontrado, si no bueno, aceptable: Y le diré por qué.
Ha mucho tiempo perdí la fe en el criterio de nuestros gobernantes para elegir secretarios de Estado, y desde entonces considero cada ministerio como una caja de susto ... Además, tengo la convicción de que hemos de marchar bien. Nuestro país es rico y posee tanta vitalidad que no lo detienen en su progreso ni los mayores desaciertos de sus directores".
En enero de 1889 renunció Eduardo Wilde, y" su puesto fue ocupado por el ministro de hacienda, Wenceslao Pacheco, cuyo cargo pasó a Rufino Varela; en agosto renunció Varela; Pacheco volvió al ministerio de hacienda y la cartera del interior fue llenada por Quirno Costa, el ministro de relaciones exteriores, siendo encomendada esta última a Estanislao S. Zeballos en setiembre: En abril de 1890, cuando ya se advertía el empuje de la oposición, los ministros presentaron la renuncia colectiva y se reorganizó el gabinete con Salustiano J. Zavalía en el ministerio del interior; Roque Sáenz Peña en relaciones exteriores; Francisco Uriburu en hacienda; Amancio Alcorta en justicia, culto e instrucción pública y Nicolás Levalle en guerra y marina.
Pero los nuevos ministros tuvieron corta existencia como tales; renunciaron en junio Uriburu y Alcorta y fueron reemplazados por Juan Agustín García y José M. Astigueta; el 4 de agosto lo hicieron Sáenz Peña y Juan Agustin García, y el 5 de agosto Zavalía y Astigueta; quedó solamente en su puesto el general Levalle. Admitió Juárez Celman las renuncias y presentó la suya al Congreso.