Para evitar los conflictos gremiales se puso en práctica, con éxito discutible, el mismo procedimiento que había aplicado en España el general Primo de Rivera con los jurados mixtos obrero patronales.
Al efecto se designó una comisión asesora para dictaminar acerca de las posibilidades de adaptación automática de los salarios a las fluctuaciones del costo de la vida; fue integrada por el ingeniero Alejandro Bunge y Francisco Valsecchi, como economistas; Luis Colombo y Roberto Fraser, como patronos, y Camilo Almanza y Lorenzo Cerruti como obreros.
Con ese instrumento se dio solución a algunos problemas laborales, evitando los inconvenientes de las huelgas y paros obreros.
De la misma época es la ley 1 2.713 sobre trabajo a domicilio, en cuya elaboración intervino monseñor Miguel de Andrea, que tuvo algunos beneficios para una gran masa de trabajadores.
La Federación agraria argentina aplaudió por su parte las medidas tomadas por el gobierno para el fomento y el desarrollo de las actividades agropecuarias, como la compra de las cosechas para disminuir los efectos de la crisis causada por la restricción del comercio internacional.