Tuvo asimismo larga actuación en la docencia superior en las universidades de Buenos Aires y La Plata; en la primera fue profesor suplente de derecho comercial (1907-1918) y luego profesor titular; actuó como consejero de la facultad, delegado al consejo superior y decano (1923-28). En su condición de decano tuvo que afrontar los efectos de la insurgencia estudiantil en ocasión de la visita al país del príncipe Umberto de Savoia, que asistió al curso que dictaba en la facultad de derecho el profesor Orlandi, que hizo el elogio de la casa reinante en Italia, en pleno florecimiento del fascismo de Mussolini. Los estudiantes acusaron al decano ante el Consejo directivo de la casa de estudios; la universidad le había conferido al príncipe el doctorado honoris causa. Otro incidente ruidoso fue la disertación del mayor Enrique Rotjer en la facultad de derecho, acto interrumpido por gritos, silbidos y ruptura de vidrios, el 13 de agosto de 1927. Defendió su conducta en el Consejo superior, en el que Alfredo L. Palacios se declaró en disconformidad. La facultad fue clausurada a causa de los disturbios y los estudiantes declararon el boicot contra ocho profesores acusados de conducta antidemocrática; la clausura duró tres meses. En su decanato se procedió al traslado de la facultad a un nuevo edificio, en la avenida Las Heras.
En la facultad de ciencias jurídicas de La Plata dictó las cátedras de derecho comercial y de derecho comparado (1911-22). Su especialidad fue la legislación sobre quiebras y contribuyó como profesor y legislador a la reforma con la ley 11.719 del antiguo sistema. Su libro en dos tomos, La quiebra en el derecho argentino, concentra su pensamiento sobre ese tema (1940).
En 1929 fue elegido presidente de la Bolsa de valores y el gobierno del 6 de septiembre de 1930 le encomendó la intervención en la provincia de Tucumán. Posteriormente por tres años fue senador por Catamarca con el auspicio del partido demócrata nacional y en 1936 se le confió la cartera de justicia e instrucción pública en el gobierno del general Justo, y desempeñó interinamente las funciones de ministro de relaciones exteriores y culto.
Caricatura realizada por Valdivia de Castillo como Senador aparecida en Caras y Caretas.
Desde su función ministerial creó la Escuela profesional de mujeres de su provincia, autorizó el desdoblamiento de grados en las escuelas normales; creó el liceo nacional de señoritas que funciona anexo al colegio nacional; creó la escuela de adaptación regional de San Isidro; reorganizó la escuela de Santa María; creó la de artes y oficios de Tinogasta, reorganizó la de tejidos y telares de Belén; pero también se ocupó de otras provincias y creó escuelas para obreros en la capital, como la de la industria del hierro en Barracas, la de la industria de la madera en San Cristóbal, la de las industrias eléctricas en Puerto nuevo, la de las industrias de la construcción en Flores; creó asimismo la escuela industrial de artes y oficios en Rosario y la de Villa Diego; la de Añatuya, en Santiago del Estero; la de Córdoba; la de La Carlota; la de Güemes, en Salta; las escuelas de artes y oficios y manualidades en General Villegas, Laboulaye, Paso de los Libres.
Suya fue también la iniciativa de la publicación de las obras de Bartolomé Mitre; el proyecto de ley de nacionalización de la escuela provincial de comercio de Santa Fe "Domingo G. Silva"; la organización del museo y biblioteca de la Casa del acuerdo de San Nicolás; la creación de la Academia nacional de bellas artes, la Comisión nacional de cooperación intelectual; la aprobación del plan de estudios de la carrera de bacteriólogo en la universidad de La Plata; la creación del museo regional del Palacio de San José, en Concepción del Uruguay; la aplicación de nombres de personalidades descollantes a establecimientos de enseñanza secundaria.
Discurso de Ramon Castillo en la facultad de derecho en el acto lo acompañan Vicente Gallo Agustin Matienzo , Juan Rébora , Guillermo Rothe y Luis Linares .
En 1937 integró con Roberto M. Ortíz la fórmula presidencial y desde el 3 de julio de 1940 fue vicepresidente en ejercicio del poder ejecutivo por enfermedad del titular y presidente efectivo de la Nación desde junio de 1942 hasta el 4 de junio de 1943, fecha en que un movimiento militar puso fin a sus funciones. Había llegado al alto cargo más como magistrado y profesor de derecho que como político
Era doctor honoris causa de las universidades de Río de Janeiro y de Heidelberg y miembro de la Academia española de jurisprudencia. Autor de monografías sobre la ley de quiebras, de artículos y ensayos sobre temas jurídicos y de un Tratado de derecho comercial.
De la probidad y austeridad personal de Castillo, da un testimonio Martín Aberg Cobo al referirse a la revolución de 1943: "El presidente y la gran mayoría de sus colaboradores, se destacaba por su modestia y probidad, al extremo de que —doloroso contraste con episodios recientes— al fallecer el doctor Castillo, pocos meses después de la revolución, lo hizo en digna pobreza, al punto de arrojar su cuenta bancaria un saldo de $ 47,25 m/n. Por no aceptarse las exequias que ofreció el gobierno de facto, las pertinentes erogaciones tuvieron que ser sufragadas por un grupo de amigos".