Este año otra vez la diplomacia argentina da la nota. En Río de Janeiro, en la Tercera Reunión de Consulta de Cancilleres, Estados Unidos y Brasil se esfuerzan por convencer a Chile, y sobre todo a la Argentina, para declarar una ruptura conjunta de los países hemisféricos con el Eje. Pero el neutralismo de Castillo es firme: el canciller Enrique Ruiz Guiñazú sólo acepta una recomendación, que deje a salvo la potestad de los Estados. Para Estados Unidos, la opción es transigir o perder la unanimidad. Summer Wells, que califica a Ruiz Guiñazú de figura calamitosa, opta por lo primero, y acepta una declaración blanda, que permite postergar sin fecha la ruptura. Pese al desaire infligido, Ruiz Guiñazú aprovecha la ocasión para pedirle que vendan armas a la Argentina. El secretario de Estado Cordel Hull amonesta por teléfono a Wells: ha comprometido al gobierno estadounidense en un «acuerdo imprudente».
Ya han pasado doce años desde que la Revolución se propuso terminar con los males de la República y a juzgar por los resultados, cuando faltan pocos meses para elegir un nuevo presidente, no podemos sino concluir que aquellas ilusiones se han esfumado.
Las fuerzas oficialistas no encuentran su rumbo y el presidente Castillo parece estar decidido a utilizar todas las maniobras fraudulentas necesarias para asegurar una sucesión controlada en las elecciones del año próximo.
De esta manera, espera imponer el predominio total de los conservadores en los restos ya deshechos de la Concordancia. Algunas voces sostienen que su candidato sería el doctor Robustiano Patrón Costas, si esto fuera cierto, la desvencijada alianza estallará en mil pedazos.
Por su parte, la UCR también marcha a la deriva. Marzo no ha sido un buen mes para el partido: a su mal desempeño electoral en los comicios legislativos (ha sido derrotada incluso en aquellos distritos en los que el voto popular no ha sido falseado) se sumó la muerte de su líder, el doctor Alvear.
Algunos rumores que se dejan oír con insistencia aseguran que muchos dirigentes estarían dispuestos a secundar la candidatura del general Justo, contra quien, estiman, el presidente Castillo difícilmente se atrevería a cometer un fraude. Esta alternativa no goza de una simpatía unánime en el partido, pero, de convertirse en realidad, señalaría una curiosa vuelta del destino: el creador del fraude sistemático sería la mejor garantía de que la voz del ciudadano Juan Pueblo no será burlada.
Por supuesto, el general Justo no espera que los radicales lo proclamen candidato para hacer saber que sus aspiraciones políticas para una segunda presidencia son serias: los comités independientes que proclaman sus candidaturas ya se hacen ver en todas las ciudades como hongos después de una lluvia. Fiel a su estilo, el general Justo sigue detalladamente las conversaciones de los radicales, pero no por eso deja de aceitar sus contactos con grupos conservadores, buscando vaciar de apoyos a cualquiera que sea propuesto por el Presidente. Mientras tanto sus ampulosos gestos de apoyo a la causa aliada dejan muy mal parado al presidente Castillo.
Es que, para este último, el sostenimiento de la neutralidad se ha convertido en una condición ineludible para que los militares nacionalistas y notorios simpatizantes del Eje, liderados por el flamante ministro de Guerra general Ramírez, sigan respaldando a su gobierno.
Los socialistas, por su parte, parecen estar dispuestos a aceptar algún tipo de acuerdo electoral con los radicales, al estilo de los frentes antifascistas de Europa.Sin embargo, cualquier decisión que ponga al general Justo al frente de la fórmula de este partido seguramente abortará esta posibilidad. Este confuso escenario es, en buena medida, la consecuencia de los callejones sin salida que se han construido durante la última década. Y el principal pilar de ese callejón es, a todas luces, el fraude electoral. Siendo presidente, el general Justo pudo aparecer como el fugaz campeón del voto limpio sólo mientras la UCR se mantuvo en la abstención electoral.
La elección de 1931 y la de 1934 no fueron especialmente turbias, no, al menos, si las comparamos con las costumbres políticas a las que el yrigoyenismo nos tenía acostumbrados.
Pero cuando en enero de 1935 la UCR comprendió que el llamado a la abstención había fracasado y decidió volver a las lides electorales, el general Justo quedó ante una alternativa de hierro: perder el poder o trampear los comicios.
Así se instaló en la Argentina el fraude como sistema, pero recién ahora somos conscientes de que esta decisión arrojó a los principales partidos políticos a un laberinto sin salida. Para la UCR, porque avala con su
presencia un régimen que la condena a no poder gozar de los lugares que su popularidad debería garantizarle.
Para la Concordancia, porque el fraude se convirtió en un boomerang, dado que al depender de los humores del presidente de turno es ya una poderosa arma para sus luchas internas.
De hecho, el malogrado presidente Ortiz puso en riesgo la alianza concordancista al pretender eliminar todo rastro de fraude; incluso su propio vicepresidente y actual presidente se convirtió en un apenas disimulado enemigo. Pero el propio Castillo no logra complementar su decidido apoyo al fraude con un firme control de ese mecanismo. Es justamente para poder garantizarse esta posibilidad que el Presidente ha puesto su destino en manos de la fracción nacionalista del Ejército, pero Castillo no parece comprender que, si estos oficiales no simpatizan con el general Justo, tampoco tienen mayor apego por su figura.
Como lo demuestra la clausura intempestiva del Concejo Deliberante porteño en octubre del año pasado por decreto presidencial, las condiciones de ese acuerdo parecen ser demasiado leoninas para el futuro político del Presidente. Nadie sabe bien hoy cómo se desatará el nudo gordiano de la política argentina, pero caben pocas opciones para ser optimistas sobre el futuro de la República.
A doce años del golpe de Uriburu, que instaló la trampa electoral como modalidad, bajo la sombra del fraude se perfilan las candidaturas para las presidenciales del año próximo.
El buque tanque Victoria incorporado el 23 de Noviembre de 1941 a la flota de Mihánovich, con un porte bruto de 12.600 ton y capacidad de tanques de 17.059 m3 comprado en Nueva York, zarpó desde Rosario cargado de lino hacia Nueva York, pero a unas 300 millas al este del Cabo Hatteras es atacado sin previo aviso el 17 de abril por un submarino alemán, con dos torpedos. Aunque averiado, el buque pudo ser mantenido a flote y arribó a destino, pasando a reparaciones pasando nuevamente a bandera norteamericana el 31 de Julio de 1942 con el nombre de "Culpepper".
El 22 de junio de 1942, en la costa oriental de los Estados Unidos, a 120 millas de Nueva York, fue torpedeado y hundido el vapor argentino “Río Tercero” en lo que fue el más trágico de los episodios entre buques argentinos y submarinos alemanes, rodeado, además por una leyenda negra que puso en duda la conducta de la tripulación del mercante.
El Río Tercero retornaba del puerto de Nueva York donde habian descargado cereales. Estaba al mando del Capitán Luis Pedro Scalese y de regreso traía carga general, pero nada que pudiera considerarse bélico y justificara el ataque sufrido. Llevaba un solo pasajero: el medico Francisco Arumbarri. Se fue a pique inmediatamente, con él se trago a cinco tripulantes: los carboneros Clemente Alvarez, Roberto Emilio Giménez y Luis Santiago Protto; fogonero Angel Elfi, y el marinero Justino José Aguilar. El ataque a un barco neutral y a las cinco muertes provocaría un serio incidente diplomático, aunque finalmente no se rompieron las relaciones entre Argentina y Alemania. El radiotelegrafista del buque, Roque Volpe, preciso que el ataque se perpetro sin previo aviso y los tripulantes del Río Tercero solo pudieron ver al submarino atacante luego de que los hundió.
“Yo pedí el S.O.S. – relato Volpe – me atendieron enseguida los norteamericanos. A la hora y media ya nos sobrevolaba el avión bombardero que nos habían mandado. Quedaron 39 náufragos repartidos en dos botes, rescatados por la noche y llevados primero a Estados Unidos. Pero antes de que esto ocurriera, estuvieron a un paso de que los submarinistas los despacharon a tiros. El submarino que los había atacado emergió poco después junto a los botes de los náufragos. Tenia escrito en la torreta: U-Boat, un numero y la inscripción “Innsbruck”.
“Al capitán Scalese se le ocurrió decirles a los alemanes que no habíamos pedido auxilio y que no teníamos con nosotros ningún libro de navegación. Entonces lo metieron en el submarino. Finalmente, Scalese termino por darles el libro y el submarino se alejo, pero al poco rato volvió junto a los botes. Los alemanes nos apuntaron desde la torreta con dos ametralladoras.“Todos pensamos que los submarinistas, creyeron que no habíamos alcanzado a pedir auxilio, habían decidido matarnos para eliminar cualquier indicio del ataque a un barco de un país neutral. En aquel dramático momento, un bombardero norteamericano arrojo cuatro bombas que levantaron grandes columnas de agua cerca del submarino. Este rápidamente desapareció bajo el agua.
El 17 de abril, frente a la costa de Estados Unidos, el petrolero argentino Victoria fue atacado por submarinos alemanes.
El 9 de junio la Cancillería argentina emitió un comunicado fijando la posición oficial. La Cancillería alemana reconoció el ataque y declaró que fue cometido por error. Luego, el 22 de junio, otro submarino alemán hundió al buque argentino Río Tercero. El 26 la Embajada argentina en Berlín presentó una protesta. El 30 el gobierno del Reich envió al argentino una nota expresando su disposición a pagar los daños y señalando que el ataque se debió a que la tripulación del submarino no identificó debidamente a la nave argentina.
El gobierno norteamericano se niega a vender o arrendar armamentos; solicita sin éxito a Inglaterra que interceda por la entrada argentina en la guerra; los funcionarios ingleses declaran que e prefieren la neutralidad entonces el gobierno hace gestiones para comprar armamentos en Alemania, sin éxito.
Se aumenta la conscripción a 100.000 hombres y se convoca a los reservistas se produces ensayos de oscurecimiento y defensa antiaérea en Buenos Aires.
La Comisión de Actividades Antinazis denuncia acciones de espionaje; habría una base de espías alemanes cerca de La Plata. La Cámara de Diputados vota por la ruptura de relaciones con Alemania; Senadores no trata el asunto; para el Presidente es cuestión privativa del Ejecutivo. División de la CGT: comunistas y socialistas se oponen al secretario general Domenech, y reclaman menos complacencia con el gobierno y más militancia en la lucha antifascista. Homenaje al presidente Roosevelt. Se levanta un petitorio a favor de la neutralidad, con un millón de firmas: han intervenido autoridades provinciales, militares y eclesiásticas; la acción habría sido coordinada por la embajada alemana. Opiniones de los católicos: monseñor De Andrea viaja a los Estados Unidos y Juan Carlos Goyeneche, director de Sol Luna, visita a Franco, Mussolini y Von Ribbentrop; el obispo de Salta reúne el Congreso de la Hispanidad.
El 23 de marzo de 1942, fulminado por una crisis cardíaca, falleció Marcelo Torcuato de Alvear al lado de su esposa Regina Pacini en su casa de Don Torcuato. Una importante cantidad de gente se trasladó hasta la localidad para dar el último adiós al viejo mandatario, pese a que había llovido durante gran parte del día. Al día siguiente fue trasladado a la Casa Rosada y velado por las autoridades «oficiales», precisamente por quienes le habían cerrado el acceso a la presidencia por medio del fraude electoral. Varios dirigentes que habían ganado gracias al fraude, como Roberto Marcelino Ortiz, Agustín Pedro Justo y Rodolfo Moreno, brindaron palabras elogiosas a Alvear.209 Durante su funeral se produjeron incidentes cuando una multitud de personas sustrajeron por la fuerza el féretro de la liturgia funeraria oficial celebrada en la Casa Rosada; el cajón fue llevado por la gente cantando consignas contra el gobierno hasta el Cementerio de la Recoleta. Marcelo T. de Alvear, había nacido el 4 de octubre de 1868. Abogado y político, fue miembro destacado de la Unión Cívica Radical. Participó en la Revolución del Parque contra el gobierno de Miguel Juárez Celman y ocupó diversas funciones de gobierno. Fue diputado, presidente del Comité de la UCR de la provincia de Buenos Aires, embajador en Francia y presidente de la Nación entre 1922 y 1928.
El 8 de octubre falleció Julio Argentino Pascual Roca, fue diputado nacional, senador por Córdoba y gobernador de esa provincia y fue vicepresidente del general Agustín P. Justo y coautor del Pacto Roca-Runciman y firmante del mismo en Londres, en febrero de 1933.
Al retirarse de la vida pública, se radicó en su estancia "La Larga", ubicada en al oeste del Partido de Daireaux a una distancia de 17,95 kilómetros en línea recta desde la Plaza San Martín de Daireaux y sobre las vías del Ferrocarril del Sud; establecimiento recibido en herencia a la muerte de su padre.
Agustín P. Justo apuesta al antifascismo y tiende puentes hacia los radicales, que han perdido a su jefe, y se declara a favor de los Aliados. Ofrece su espada al presidente Getulio Vargas, que ha roto con el Eje, y viaja a Brasil. Al retorno es aclamado. Pero se cruza el destino: el 26 de diciembre muere su esposa; Ana, y él la sigue, quince días después.
El 23 de marzo, a los 73 años, murió en su residencia de Buenos Aires el ex presidente radical Marcelo T. de Alvear y el 8 de octubre falleció Julio Argentino Pascual Roca, hijo de Julio Argentino Roca.
En enero último, ante la agresión japonesa, Estados Unidos y Chile propusieron una reunión de consulta a realizarse en Río de Janeiro. Las tres naciones americanas que habían roto las relaciones con el Eje sin declarar la guerra (México, Colombia y Venezuela), introdujeron una resolución que, con el aval norteamericano, hace extensible la ruptura de relaciones al resto de los países de la región y consideran todo acto de agresión por parte de un Estado no americano como un acto de agresión contra todas ellas.
La salud del Presidente Ortiz empeoró progresivamente, quedando ciego completamente, por lo que presentó su renuncia definitiva al cargo de presidente 27 de junio de 1942.
Ortíz falleció el 15 de julio de ese año, asumiendo la presidencia Ramón S. Castillo, quien dejaría de lado las políticas reformistas de Ortiz y afianzaría el retorno de los conservadores a los puestos políticos claves de la administración.
Hay un retroceso de la UCR en las elecciones de Diputados: en la Capital es derrotada por los socialistas y hay un avance de la Concordancia, que utiliza la figura de Castillo.
Son intervenidas las provincias de Corrientes y Tucumán; aquí habían ganado los radicales concurrencistas. Los socialistas y demoprogresistas proponen la formación de Unión Democrática y una discusión en la UCR: se forma un fuerte núcleo intransigente.
La UCR, Junta Reorganizadora, lanza la candidatura de Justo con oposición del presidente Castillo que desplaza al general Tonazzi,y es remplazado por el general Pedro Pablo Ramírez, y a otros funcionarios partidarios de Justo, y propone a Robustiano Patrón Costas.
Se instalan las empresas norteamericanas Gillette y Helena Rubinstein, se inauguran talleres Coghlan elabora maquinaria y equipos para fábricas textiles. SIAM Di Tela fabrica heladeras bajo licencia Westinghouse. Más exportaciones industriales: la proporción sobre el total cuadruplica la de 1939. Se inaugura la Primera Exposición de Química Industrial. Ola de huelgas: duplica las del año anterior; importante movimiento metalúrgico, encabezado por los comunistas. El gobierno expropia el Puerto de Rosario, explotado por una compañía francesa.
Inauguración del Hipódromo, en el parque Nueve de Julio de Tucumán. Se habilita el gasoducto La Plata Buenos Aires y se inaugura el Puente de la Noria, sobre el Riachuelo. La Comisión de Monumentos Históricos declara como tales entre otros, a la Casa de Gobierno, la Pirámide de Mayo, el antiguo Congreso, el Cabildo y la iglesia de Santo Domingo. Se fundan el Museo Yrurtia, en la casa del artista, y el Municipal Cornelio Saavedra.
El 30 de septiembre se sancionó la Ley 12.824, por la cual fue reformada la casona del barrio de Belgrano. El senador Alfredo L. Palacios fue el autor del proyecto de ley que aceptó la transferencia al Estado del inmueble donde vivían los artistas Rogelio Yrurtia y Lía Correa Morales, su esposa. En 1921, la Municipalidad de Buenos Aires les había otorgado el Premio de Arquitectura, por ser una vivienda en óptimo estado de conservación y por la ornamentación. La donación del matrimonio Yrurtia incluyó el mobiliario y las obras de arte que ellos conservaban en distintos espacios: las esculturas de Rogelio y las naturalezas muertas, esbozos de bailarinas y retratos elaborados por Lía. Además, como suele suceder entre artistas, en la colección había cuadros de Martín Malharro, Benito Quinquela Martín,
Cesáreo Bernaldo de Quirós, Eduardo Sívori, entre otros. También una obra de Picasso que Yrurtia compró en París.
En La guerra gaucha, Ulyses Petit de Murat y Homero Manzi adaptan los barrocos relatos de Lugones sobre la gesta de Güemes, y Lucas Demare dirige a Enrique Muiño, Francisco Petrone, Ángel Magaña, Sebastián Chiola y Amelia Bence; Lucio Demare compone la música. Es el primer gran éxito de Artistas Argentinos Asociados.
Amoldo Raskovsy, Enrique Pichon Riviére, Ángel Garma, Celes Ernesto Cárcamo y Marie Langer fundan la Asociación Psicoanalítica Argentina, de inmediato reconocida por la Asociación Psicoanalítica Internacional. Raskovsky y Pichon, que son médicos, ya venían estudiando a Freud, pero no tienen la formación requerida. Los inicia Garma, exiliado español que llega en 1938 y ha estudiado en Berlín. También están habilitados Cárcamo, que estudió en Francia, y la joven Marie Langer, formada en la mismísima Viena, antes de iniciar un periplo militante en la Guerra Civil española. Al núcleo inicial, que tiene mucho de amical y familiar, pronto se suman Matilde Wencesblat y Arminda Aberastury, esposas de Raskovsky y Pichon.
Termina 1942, Homero Manzi escribe con Troilo “Barrio de tango” y el otro Homero Expósito, “Farol”, estrenado por Pugliese. Uno revelando la nostalgia de la clase media frente a las transformaciones sociales que modifican el paisaje urbano y el otro reflejando un “arrabal humano” que alberga “los sueños de un millón de obreros”.
La voz del joven estudiante de medicina Alberto Castillo es aplaudida en clubes y milongas, desde que el año pasado los futuros médicos organizaron un baile para el cual contrataron una orquesta típica. El conjunto estaba dirigido por el maestro Ricardo Tanturi. Los organizadores le comentaron a éste que tenían un colega que cantaba muy bien y preguntaron si podía acompañarlo en algún tema, a lo que éste aceptó de buena gana.
De inmediato el músico reconoció las condiciones vocales del joven cantor, así como su afinación perfecta . A los pocos meses Tanturi y Castillo grabaron juntos varios tangos y milongas.
Qué saben los pitucos, lamidos y shushetas?, canta Alberto Castillo. Con Alberto Tanturi y la orquesta Los Indios, el cantor se destaca por el timbre metálico y la afinación, pero sobre todo por el aire cachador del fraseo y los gestos. Estudia medicina, pero conserva el estilo de su barrio, Mataderos. En los bailes, el público se identifica, salvo algunos pitucos, que se dan por aludidos; más de una vez el baile termina en gresca, y en la comisaría.
El sorteo de la Lotería Nacional del 24 de julio resultó ser una estafa. El engaño fue perpetrado por los niños cantores. Uno de ellos se había puesto en contacto con Sabino Lancellotti, un oficial tornero que podría fabricar una bolilla de madera idéntica a la utilizada en los sorteos oficiales, para ser cambiada por ellos en el momento preciso para obtener el premio mayor. Así fue que salió el número 31.025, beneficiado con la suma de 300.000 pesos, el billete comprado por los niños cantores.
La Cámara de Diputados, ante la sospecha de que los “niños” no estaban solos, formó una comisión presidida por el diputado Agustín Rodríguez Araya, que descubrió graves irregularidades en el funcionamiento del organismo oficial. De todas maneras, los únicos sancionados fueron los niños cantores Navas, López, Tambore, Sitemberg, Praino, Laddaga y Mañana y el tornero Lancellotti, que recibieron penas de tres a cuatro años de prisión, y los casuales compradores del 31.025, que se quedaron sin cobrar su premio porque el sorteo fue anulado.
Continúa el boicot económico impuesto a la Argentina por los Estados Unidos, iniciado en febrero. Acaban de ser rechazadas las licencias para la exportación a nuestro país de máquinas de acero, repuestos y material rodante para ferrocarriles, productos químicos y equipos para petróleo, hierro y acero, carbón, aceite de quemar, ceniza y soda cáustica, hojalata, etc.
Esto se complementa con la continua interferencia en el comercio argentino con los países de la región tratando de impedir la exportación de caucho boliviano y brasileño, estaño y quinina bolivianos, carbón brasileño, cobre chileno, etc. a la Argentina. A la vez, se presiona a Gran Bretaña para que disminuya sus exportaciones a nuestro país.
Termina 1942, Homero Manzi escribe con Troilo “Barrio de tango” y el otro Homero Expósito, “Farol”, estrenado por Pugliese. Uno revelando la nostalgia de la clase media frente a las transformaciones sociales que modifican el paisaje urbano y el otro reflejando un “arrabal humano” que alberga “los sueños de un millón de obreros”.
Las clases medias de Manzi siguen soñando con la casa propia mientras están obligadas a alquilar en las nuevas “casas de renta” que permiten el lucrativo negocio de superexplotación de la tierra o a alejarse a nuevos barrios con escasos servicios públicos. Más del 60 por ciento de la población es inquilina y sin otra perspectiva que el mercado privado.
La acción estatal languidece y en la ciudad nadie se acuerda de los barrios obreros de los años 20 ni de las casas colectivas de los 30; mientras, los recientes proletarios se hacinan en cuartos de inquilinatos cada vez más deteriorados.
Casi el 20 por ciento de las familias se amontonan en alojamientos de una sola habitación, superando las cuatro personas por cuarto.
La recientemente inaugurada avenida General Paz limita con los nuevos barrios que la expansión industrial va creando; Villa Lugano y Mataderos de este lado y San Martín, Morón, La Matanza, Lanús del otro son los nuevos nombres del hábitat obrero, lejos del centro, pero cerca de las industrias que encuentran su lugar en el suburbio recién creado. En medio del barro, con escaso transporte, precariamente crece un mundo de “casas chorizo” y “viviendas cajón” que la ciudad portuaria desconoce.
En el Congreso se crea (a propuesta de Alejandro Bunge) una comisión especial de Vivienda y de Natalidad, se debaten proyectos socialistas, para la creación de una Oficina Nacional de la Vivienda Popular, y radicales, para asignar más fondos a la construcción de viviendas.
Ausente de los programas públicos, la vivienda popular y el desarrollo descontrolado de la ciudad preocupan al medio profesional, movilizado después del Congreso Panamericano de Vivienda Social de 1939, con trabajos de Fermín Beretervide, Wladimiro Acosta, Jorge Kalnay, Ernesto Vautier y Antonio U. Vilar. A la discusión se suma la Cooperativa El Hogar Obrero, impulsada por el Partido Socialista, con el concurso para una Casa Colectiva en avenida Rivadavia, acompañando el naciente debate acerca de la necesaria intervención de Estado para solucionar los problemas de vivienda para los sectores de menores recursos.
Los problemas de la vivienda popular en el medio, un gobierno conservador se ignora las condiciones de vida de los nuevos migrantes desalojados de las provincias que llegan detrás de los nuevos empleos industriales.
El 26 de julio murió en Buenos Aires el escritor Roberto Arlt. Hijo de un inmigrante prusiano y una italiana, Roberto Godofredo Christophersen Arlt nació en Buenos Aires, en el barrio de Flores, el 2 de abril de 1900. Publicó El juguete rabioso, su primera novela, en 1926. Por entonces comenzaba también a escribir para los diarios Crítica y El Mundo. Sus columnas diarias, tituladas “Aguafuertes porteñas”, aparecieron entre 1928 y 1935 y fueron recopiladas en un libro.
Se divertía contando acerca de su amistad con rufianes, falsificadores y pistoleros, de donde saldrían muchos de sus personajes. Las aguafuertes pronto se convirtieron en clásicos de la literatura argentina. Entre sus cuentos se destacan “El jorobadito”, “Luna roja” y “Noche terrible”; entre sus piezas teatrales, Saverio el cruel.
Aparte de su actividad como escritor, Arlt buscó hacerse rico como inventor, con singular fracaso. Formó una sociedad, Arna (por Arlt y Naccaratti), y, con el poco dinero que el actor Pascual Naccaratti pudo aportar, instaló un pequeño laboratorio químico en Lanús.
Llegó incluso a patentar unas medias reforzadas con caucho, que no fueron comercializadas, y al decir de un amigo, “parecen botas de bombero”.
En 1935, viajó a España y África enviado por El Mundo, de donde salieron sus “Aguafuertes españolas”. Pero salvo por este viaje, y alguna escapada a Chile y Brasil, permaneció en la ciudad de Buenos Aires, tanto en la vida real como en sus novelas, Los siete locos, y su continuación, Los lanzallamas.
Dos tangos las hacen famosas: los estrenan Aníbal Troilo y Fiorentino, los reyes del Tibidabo. ¿Quiénes son ellas? En un café de la avenida Alvear, Lucio Demare pone música a los versos que le dicta Homero Manzi, dedicados a Malena. Para muchos, era Azucena Maizani, o quizá Nelly Omar: cualquiera de ellas canta el tango como ninguna. La real es Malena Toledo, una argentina a quien Manzi acaba de escuchar en San Pablo. Fue Nelly Omar quien le presentó a José María Contursi, Cotunga, la joven cordobesa a quien llamó Gricel: un breve romance en las sierras, y el largo recuerdo de lo que no fue. Mariano Mores convierte en canción la poesía: Pues nunca... nunca más volví / ¡Qué amarga fue tu pena
La revista Sustancia, que se edita en Tucumán, pasa a ser Tribuna Continental de la Cultura Provinciana. Se propone unir a los obreros de la cultura de todo el país. Integran su comité federativo, entre otros, Alcides Greca, de Santa Fe; Saúl Taborda, de Córdoba; Fausto Burgos, de Mendoza; Juan Alfonso Carrizo, de Catamarca; Orestes Di Lullo, de Santiago del Estero, y Alberto Rougés, de Tucumán. Ricardo Rojas escribe el artículo inaugural, La nueva independencia: es necesario construir un ideal alternativo al de Buenos Aires, único puerto, convertido en metrópoli de una nueva civilización, materialista e internacional.
La Máquina fue un equipo excepcional. Pedernera, centrodelantero retrasado, era el estratega y el lanzador; explotaba el pique demoledor de Labruna y los desbordes de Muñoz y Loustau, mientras Moreno aportaba, atrás y adelante, su fuerza, talento y habilidad. No siempre ganaban, pero durante casi diez años fueron un equipo incomparable.
River es campeón con seis puntos de ventaja sobre San Lorenzo; Rinaldo Martino, goleador. Banderín, en el Gran Premio Nacional. Esteban Fernandino se adjudica el Gran Premio del Sur; Fangio triunfa en la primera edición de la Mar y Sierras.
Junto al lago Wannsee se celebra una conferencia sobre la «solución final de la cuestión judía» en Europa. El jefe de la policía de seguridad y de los servicios de seguridad de las SS, Reinhard Heydrich, ha convocado a esta reunión a representantes de la Dirección General (de Seguridad, de la Dirección de asentamiento y Asuntos Raciales de las SS, así como a representantes del gobierno y de la cancillería. Como secretario actúa el comandante en jefe de las SS, Adolf Eichmann.
El 31 de julio de 1941, Reinhard Heydrich había recibido de Hermann Goking, presidente del consejo ministerial para asuntos militares, la orden de convocar una conferencia para tratar el tema de la deportación masiva y planificada de los judíos en todos los territorios ocupados, así como su posterior eliminación.
En el momento de la celebración de la conferencia, el proceso de eliminación física ya está en pleno funcionamiento. Desde el ataque a la URSS 370.000 judíos de los territorios ocupados ya han sido asesinados por los comandos de las SS. A partir de octubre de 1941, se suma a este hecho la deportación por ferrocarril desde Alemania hasta Riga. Por lo general, los deportados son fusilados por las SS nada más llegar a su destino. En el campo de exterminio polaco de Chelmno (Culm), cerca de Lodz, tienen lugar los primeros asesinatos en masa mediante cámaras de gas. Sólo entre el 8 y el 14 de diciembre, acabarán por estos procedimientos con la vida de 4.375 judíos polacos.
En enero de 1942, a los políticos y funcionarios reunidos en el Wannsee sólo parece interesarles el cumplimiento de un acto administrativo. La terrible crueldad de las SS se ve incrementada por el tono puramente burocrático del acta final de la conferencia. Con fría meticulosidad estadística, Heydrich cifra los judíos afectados por la «solución final» en más de once millones. Los fanáticos racistas de la conferencia del Wannsee niegan el derecho a la vida a los judíos, a los que califican de «sabandijas» y «portadores de enfermedades contagiosas». Aunque el acta evita llamar por su hombre a la eliminación sistemática de los judíos, la terminología de las SS («reducción natural», «peinar», «tratar adecuadamente») revela sus verdaderas intenciones.
Más de seis millones de personas, preferentemente judíos, aunque también gitanos y otras minorías,son víctimas de este delirio racista, y sólo unos 300.000 sobreviven al genocidio.
Al llegar los trenes con los deportados, se lleva a cabo una implacable «selección». Todos aquellos que los vigilantes o médicos del campo de concentración consideran útiles, son destinados a trabajos forzados, pero dadas las condiciones infrahumanas y la debilidad física de los elegidos, este destino también significa una condena a muerte. La mayoría de los recién llegados son conducidos a las «duchas», donde se les aplica el pesticida Zyclon B, un gas letal. Los cadáveres son posteriormente incinerados en crematorios.
La acción del Zyclon B se ensayó por primera vez el 3 de septiembre de 1941 en el campo de Auschwitz, al mando de Rudolf Hóss, donde, desde junio de 1941 hasta la liberación por el Ejército Rojo en enero de 1945, murieron cuatro millones de personas.
En numerosos casos, los médicos nazis empleados en los campos de concentración y de exterminio utilizan a los judíos y a otras minorías consideradas «inferiores» en experimentos; se les esteriliza, se les somete a dolores inaguantables y, a menudo, se les mata.
Josef Mengele, desde el 30 de mayo jefe médico de Auschwitz, «selecciona» a sus pacientes a su llegada al andén. Oficialmente, sus experimentos, que costaron la vida a miles de personas, iban dirigidos a estudiar rasgos raciales y anomalías como el gigantismo o el enanismo, pero también experimenta con gemelos. En el campo de Dachau, Sigmund Rascher experimenta el efecto del frío y del calor en las personas.
Con frecuencia, los ocupantes cometen atrocidades contra la población civil inocente. Los nombres de las poblaciones se convierten en sinónimos de los crímenes contra la humanidad.
Como represalia por el atentado perpetrado contra Reinhard Heydrich gobernador de Bohemia y Moravia, unidades de la policía de seguridad arrasan por completo la aldea de Lidice, cerca de Praga.
Todos los varones mayores de quince años, 199 hombres en total, mueren fusilados; las mujeres y los niños son internados en campos de concentración. La masacre se justifica aduciendo que los aldeanos han dado cobijo a los autores del atentado.
Reinhard Heydrich, comandante en jefe de las SS desde septiembre de 1941, resulta herido de gravedad el 27 de mayo por una bomba lanzada por dos checos exiliados y muere el 4 de junio. El organizador de la Conferencia del Wannsee era considerado uno de los nazis más abominables, por su papel como organizador de las mayores atrocidades.
En la primavera de 1940, soldados soviéticos fusilan a 4.443 oficiales polacos. Moscú responsabiliza primero a los invasores alemanes pero posteriormente, soldados alemanes descubren las fosas comunes en un bosque cerca de Katyn .
La investigación establece finalmente que los oficiales habían sido ejecutados por unidades del Ejército Rojo.
Como represalia por un atentado con explosivos contra una unidad de la policía en Roma, que cuesta la vida a 33 personas, 335 rehenes italianos inocentes son fusilados por orden directa de Adolf Hitler. Herbert Kappler, jefe de la policía de Roma, dirige personalmente este fusilamiento en masa en las Cuevas Ardeatinas, próximas a la ciudad. Finalizada la masacre, la entrada de la gruta es dinamitada.
Tras el sabotaje de la resistencia francesa, el 1 de abril de 1944, contra un tren militar alemán cerca de Lille, las SS fusilan a 120 civiles inocentes.
Como represalia por el secuestro de un oficial de las SS llevado a cabo por la resistencia francesa, agentes del regimiento Führer de las SS asesinan a los 642 habitantes de la aldea y seguidamente la arrasan. Mientras los SS encierran a los hombres en los graneros y los tirotean con metralletas, las mujeres y los niños son encerrados en la iglesia y quemados vivos. Sólo una mujer, cinco hombres y un niño sobreviven a la masacre.
Unidades del Ejército Rojo que avanzan a través de Prusia oriental llevan a cabo, el 20 de octubre de 1944, un baño de sangre entre la población de Nemmersdorf. Entre 50 y 80 hombres, mujeres y niños son asesinados después de haberlos clavado en las puertas de los graneros o haberlos violado. Como ya es habitual, la población es finalmente saqueada e incendiada.
Heydrich fue atacado en Praga el 27 de mayo de 1942 por un comando checoslovaco que había recibido entrenamiento especial de los británicos y que había sido enviado a Praga por el Gobierno checoslovaco en el exilio para asesinar al Reichsprotektor. Heydrich murió como consecuencia de una septicemia provocada por sus heridas una semana más tarde. La inteligencia nazi vinculó falsamente a los miembros del comando con los pueblos de Lídice y Ležáky. Como venganza por el asesinato de Heydrich, Lídice fue completamente arrasada hasta los cimientos; todos los hombres y adolescentes de más de 16 años fueron ejecutados, y los habitantes restantes (mujeres y niños) fueron deportados y luego asesinados en los campos de concentración nazis.
El intento japonés de desembarcar con una gran flota en las islas Midway, en el Pacífico norte, acaba en un descalabro total frente a una flota estadounidense de portaaviones.
Mientras la marina estadounidense sólo pierde el Yorktown, durante los cinco días de combates los japoneses pierden cinco de sus mayores portaaviones. La victoria estadounidense impide que los japoneses puedan asegurar sus posesiones en el Pacífico.
El objetivo estratégico del mando nipón era bloquear los enlaces marítimos entre Estados Unidos y Australia y, de este modo, evitar la construcción de una base naval aliada, que habría facilitado la lucha contra la expansión japonesa en el Pacífico sudoeste. En una primera fase, el 8 de mayo se pretendía lograr por la fuerza el acceso a la costa meridional de Nueva Guinea, para preparar la invasión del norte de Australia. El 8 de mayo Estados Unidos logró impedir este avance en una batalla aero naval en el mar del Coral, donde se enfrentaban flotas de portaaviones muy alejadas entre sí. La segunda fase de este plan, igualmente fallida, pretendía establecer una base de reconocimiento aéreo.
Como maniobra de distracción, bombarderos japoneses atacaron el 3 de junio la base estadounidense de Dutch Harbor, en las Aleutianas y frente a la costa de Alaska, donde, tras repetidos ataques, el 7 de junio desembarcan tropas japonesas. Para ocultar la derrota de Midway, la propaganda japonesa exhibe la conquista de las Aleutianas como un éxito estratégico. Pero aunque esta cadena de islas constituye el camino más corto entre Tokio y San Francisco, las frecuentes nieblas y tormentas las convierten en un lugar inapropiado para la instalación de bases navales y aéreas.
Por otro lado, tras la derrota de Midway, la conquista de las Aleutianas ha perdido su valor operativo. Inicialmente los japoneses habían previsto atacar la costa de Estados Unidos para obligar a la flota estadounidense a dirigirse a las Aleutianas, para atacar luego en forma de tenaza desde Midway y las Aleutianas.
Tal como sucedió con las tropas alemanas en Stalingrado y en el Cáucaso, también el Afrikakorps alemán queda atascado en el verano de 1941. La expansión ha llegado a su límite.
Tras un nuevo intento fallido de los tanques alemanes de romper frente a Alejandría la línea defensiva del 8° ejército británico, el mariscal Erwin Rommel, comandante en jefe del Afrikakorps decide suspender los ataques.
En las semanas siguientes, no hay cambios en los frentes. Además, Rommel tiene que pagar tributo por su rápido avance hacia el este a lo largo de la costa del norte de África.
Dado que el campamento más cercano de los países del Eje está a 400 kilómetros, apenas recibe suministros. Cuando Rommel llega a las puertas de El Alamein, dispone todavía de 2.000 hombres, 55 tanques, 15 vehículos de reconocimiento y 77 piezas de artillería. Falta combustible enlugar de las 45.000 toneladas necesarias, en julio sólo recibe 3.000.
Cuando el 2 de septiembre se entera de que el tan esperado petrolero con 8.000 toneladas de combustible ha sido hundido, ordena la retirada inmediata. El 13 de mayo de 1943 los ejércitos del Eje en África capitulan cerca de Túnez.
Las tropas de Rommel, que combatían en África del norte desde febrero de 1941, consiguieron asediar hasta abril la ciudad estratégica de Tobruk. A principios de diciembre los británicos obligaron a alemanes e italianos a retirarse a Libia. En un nuevo avance, el 21 de junio de 1942, Rommel conquistó Tobruk y prosiguió la campaña en dirección a Egipto.
Tal como sucedió con las tropas alemanas en Stalingrado y en el Cáucaso, también el Afrikakorps alemán queda atascado en el verano de 1941. La expansión ha llegado a su límite.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la investigación científica y la técnica se centran en el sector del armamento.
En una instalación experimental situada bajo la tribuna de un estadio de fútbol americano, y bajo la dirección del físico italiano Enrico Fermi, científicos europeos emigrados consiguen la primera reacción nuclear en cadena.
El «Proyecto Manhattan», que está subvencionado por el gobierno estadounidense, pretende desarrollar la bomba atómica antes de que puedan adelantarse los alemanes.
El 3 de octubre despega de la base experimental alemana de Peenemünde el primer cohete de largo alcance de la historia. Impulsado por combustible líquido y con un alcance de 320 kilómetros, el A4 alcanza una altura máxima de 96 kilómetros. En 1944, y rebautizado como V2, este cohete se emplea para bombardear Londres.
El primer avión a reacción fabricado en serie, el bimotor Me 262,despega el 18 de julio cerca de Ulm. Otras novedades bélicas alemanas son el cañón Dora, montado sobre un vagón de tren y que, con sus 1.350 toneladas de peso, es el mayor cañón del mundo, así copio el asiento eyectable para cazas.
Casablanca es una película estadounidense de 1942 dirigida por Michael Curtiz. Narra un drama romántico en la ciudad marroquí de Casablanca bajo el control del gobierno de Vichy.
La película, basada en la obra teatral Everybody comes to Rick’s (Todos vienen al café de Rick), de Murray Burnett y Joan Alison, está protagonizada por Humphrey Bogart en el papel de Rick Blaine e Ingrid Bergman como Ilsa Lund. El desarrollo de la película se centra en el conflicto de Rick entre —usando las palabras de uno de los personajes— el amor y la virtud: Rick deberá escoger entre su amada Ilsa o hacer lo correcto. Su dilema es ayudarla o no a escapar de Casablanca junto a su esposo, uno de los líderes de la resistencia, para que este pueda continuar su lucha contra los nazis.
Es una de las películas mejor valoradas de la cinematografía estadounidense, ganadora de varios premios Óscar, incluyendo el de mejor película en 1943.
En su tiempo el filme tenía todo para destacar ampliamente, con actores renombrados y guionistas notables, sin embargo ninguno de los involucrados en su producción esperaba que este pudiese ser algo fuera de lo normal.9 Se trataba simplemente de una de las docenas de producciones anuales de la maquinaria hollywoodense. Casablanca tuvo un sólido inicio pero no espectacular y, sin embargo, fue ganando popularidad a medida que pasó el tiempo y se fue colocando siempre entre los primeros lugares de las listas de mejores películas. La crítica ha alabado las actuaciones carismáticas de Bogart y Bergman y la química entre ellos, así como la profundidad de las caracterizaciones, la intensidad de la dirección, el ingenio del guion y el impacto emocional de la obra en su conjunto.