Batalla de Maipú

El 5 de abril se produjo la batalla de Maipú, en que fuerzas patriotas obtuvieron una completa victoria. El adversario dejó en el campo de batalla 2000 cadáveres, cerca de 2500 prisioneros, todo su armamento y material de guerra. El brigadier O’Higgins, herido en Cancha Rayada, no participó de la batalla; pero se hizo presente una vez finalizada la lucha, montado en su caballo, para abrazar a San Martín y llamarlo «Salvador de Chile»

Antecedentes de la batalla de Maipú

Acaecida la derrota patriota en la noche del 19 de marzo de 1818 en Cancha Rayada, las tropas revolucionarias dispersas intentan un reagrupamiento sobre la base de la retirada en orden ejecutada por la columna comandada por el coronel Las Heras y el general San Martín del campo de la derrota. Las tropas americanas emprenden el Camino Real hacia Santiago de Chile.

El hecho de armas acaeció al sur de Santiago de Chile distante aproximadamente a 10 km, en los llanos del río Maipo, allí San Martín organizó a su ejército en una posición elevada esperando el ataque español, el cual se colocó casi cara a cara en una posición elevada de la misma manera que la posición patriota.

Tras la sorpresa de Cancharrayada, San Martín organizó nuevamente a su ejército para la batalla decisiva, en pocos días contaba con cinco mil hombres y 21 nuevas piezas de artillería. 

El Libertador, por la acción de sus espías, estaba al tanto de que los realistas pensaban amenazar a Santiago apoyados por la escuadra que llevaba adelante el bloqueo.

La batalla

El 4 de abril, las tropas patriotas se desplegaron sobre Loma Blanca; a la mañana siguiente, San Martín efectuó un reconocimiento de las fuerzas españolas y observó que el grueso de las mismas estaba desplegada sobre un costado de la meseta previendo un movimiento de pinzas; vio, además, dos cañones sobre el cerro Errazuriz y el grupo de artillería reforzado por cuatro compañías. San Martín diseñó una estrategia ofensiva, con dos líneas y tres divisiones: al oeste con Las Heras a la cabeza; al centro-oeste al mando de Alvarado y la reserva con tres batallones a las órdenes de Hilarión de la Quintana.

La batalla se inició al mediodía del 5 de abril de 1818 y finalizó hacia las seis de la tarde: los españoles tuvieron 2.000 muertos y fueron tomados prisioneros unos 3.000 hombres. Perdieron toda la artillería, parque y servicios logísticos, además de numeroso armamento. El ejército patriota sufrió la perdida de 1.000 hombres, entre muertos y heridos. Los historiadores coinciden en que el triunfo de Maipú consolidó la independencia de Chile, contribuyendo, en gran medida, a asegurar la futura expedición sobre el Perú.

Poco antes del mediodía, el ejército patriota rompió fuego con la artillería de Manuel Blanco Encalada, pero luego de un tiempo San Martín se dio cuenta de que los realistas habían tomado una posición defensiva y decidió iniciar el ataque. San Martín envió las fuerzas atacando el centro y la derecha de los españoles, mientras que Juan Gregorio de Las Heras comandó el ataque por las fuerzas colocadas en otro cerro, allí los patriotas tomaron un cerro, amenazando la izquierda realista. Mientras tanto, los ataques patriotas no parecían lograr quebrar las líneas realistas y la batalla se encontraba en tablas, entonces San Martín decidió enviar los batallones de reserva a la batalla atacando y cargando por todos los flancos y el centro español.

En el flanco izquierdo, Las Heras y sus hombres junto con un grupo del Regimiento de Granaderos a Caballo tomaron la posición española en el cerro a su izquierda, cuyos defensores (realistas) se replegaron al centro del otro cerro donde todavía se encarnizaban duros combates. Pero todas las fuerzas de Las Heras y otros, atacaron la izquierda realista mientras con un movimiento oblicuo los patriotas cargaron sobre la derecha y el centro enemigo. Osorio, creyéndolo todo perdido se retiró con su caballería buscando salvar su vida. José Ordóñez nunca se resignó a perder la batalla y organizó maniobras con las que solo se desorganizó más, debido a lo estrecho del terreno.
Así, la mayor parte del ejército patriota subió al llano donde sólo quedaban los 4 batallones españoles, Burgos, Arequipa, Concepción e Infante Don Carlos (Real de Lima), rodeados por todas partes. A pesar de ello, se resistieron a rendirse o a huir. Entonces del batallón de Burgos salieron unas voces, ya legendarias. "Aquí está el Burgos. Dieciocho batallas ganadas, ninguna perdida", mientras hacían ondear su laureada bandera, victoriosa en la batalla de Bailén y en tantos otros combates, la situación era trágica para ellos. Los otros batallones realistas, decidieron resistir de la misma manera. El batallón de Arequipa estaba mandado por José Ramón Rodil, el héroe del Sitio de El Callao.

Los batallones formaron el cuadro para resistir a la caballería. Los cazadores a caballo fueron rechazados, pero al formar el cuadro se convirtieron en un blanco más fácil para los fusiles de los infantes enemigos. Los batallones comenzaron a sufrir horriblemente por la fusilería y a continuación el 1º chileno cargó, para ser rechazado. El 7º de Los Andes lo intentó a su vez y fue asimismo rechazado. Los cuadros españoles, llenos de muertos y heridos, mantuvieron la posición.
Los cuadros realistas comenzaron a moverse, retirándose hacia el caserío de Lo Espejo dirigidos por el general Ordóñez en número de dos mil y durante el movimiento fueron atacados continuamente y fueron dejando un reguero de muertos a lo largo de su trayecto, pero no rompieron las filas y mantuvieron el orden.

La artillería se acercaba, ya a corta distancia, y la metralla finalmente rompió las filas, pero era inútil, porque no rompieron su formación y lentamente se fueron retirando del campo de batalla, hostigados por todas partes.

San Martín, artífice de la victoria, diría: "Con dificultad se ha visto un ataque más bravo, más rápido y más sostenido, y jamás se vio una resistencia más vigorosa, más firme y más tenaz". Los granaderos de Primo de Rivera, se retiraron al mismo sitio, el caserío de Lo Espejo. Debían formar el cuadro y soportaron ocho cargas del enemigo. Sufrieron un tercio de las bajas pero guardaron la formación y alcanzaron el caserío.

Los realistas se agruparon en el caserío. Bernardo O'Higgins, con mil hombres, llegó al campo de batalla.El batallón de cazadores de Coquimbo se lanzó contra el caserío, creyendo que los fatigados realistas cederían. Sin embargo, las descargas de fusilería y de dos cañones que les quedaban, les infligieron 250 bajas, lo que causó su retirada. San Martín no quiso poner en peligro a más hombres, por lo que ordenó concentrar la artillería. Diecisiete piezas se juntaron y arrasaron Lo Espejo. Los restos de los batallones españoles soportaron el fuego. Apoyados por las piezas, los patriotas se lanzaron al asalto definitivo. Los escasos defensores que quedaban en el caserío fueron arrollados.​ Ordóñez y Primo de Rivera se rindieron; la batalla había terminado.

Plano de la batalla de Maipú

Plano de la batalla de Maipú
La batalla de Maipú aseguró la independencia de Chile, en relación a la Campaña Libertadora y el plan continental, desencadenó una serie de ventajas que incluyeron un gran impulso anímico a las tropas, otras victorias, la Independencia de Perú, entre otras. Será utilizada como ejemplo de táctica aplicada en el terreno al emplear en oportunidad la reserva.



Abrazo de Maipú

Abrazo de Maipú Oleo de Pedro Subercaseaux   realizado en 1908
Se conoce como Abrazo de Maipú al abrazo que se dieron los generales Bernardo O'Higgins y José de San Martín bajo el alero de la Virgen del Carmen con la presencia de Alejandro Herrera y que selló la Independencia de Chile.



Batalla de Maipú

Batalla de Maipú Oleo de Mauricio Rugendas pintado en 1837 actualmente en el Museo Histórico Nacional de Chile



medalla de maipú

Medalla del Ejercito Argentino conmemorando el triunfó de Maipú