Nacido en Palermo (italia) con el nombre de Giuseppe Ingegnieri, era hijo de Salvatore Ingegnieri y Mariana Tagliavia y cursó sus estudios primarios en el Instituto Nacional. A los pocos años se radicaron en Argentina y se rebautizo como José Ingenieros.
Trabajó desde niño corrigiendo pruebas de imprenta, ya que su padre era
periodista y tuvo dificultades económicas.
Solía encargarle traducciones de italiano, francés e inglés,
incluso de libros enteros. En 1888 ingresó al Colegio
Nacional Buenos Aires, que dirigía Amancio Alcorta.
En 1892, ya habiendo finalizado sus estudios secundarios en el Colegio
Nacional Buenos Aires, fundó el periódico La
Reforma y un año después (en 1893), ingresó como alumno a
la Facultad de Medicina de la Universidad de
Buenos Aires,
carrera en la cual tuvo como maestro a José María Ramos Mejía se
recibió en 1897 de farmacéutico y en 1900 de médico con su tesis Simulación en
la lucha por la vida. Para esa época ya era conocido en los círculos
literarios.
A la hora de
especializarse Ingenieros eligió la psiquiatría y la criminología y se centró
fundamentalmente en el estudio de las patologías mentales.
Además de sus intereses puramente científicos y sociales,
también tuvo desde muy joven interés por el estudio del ocultismo, los fenómenos parapsicológicos y la teosofía.
Desde 1897 dirigió el diario La Montaña (periódico
que se autodenominó «socialista revolucionario») junto con Leopoldo Lugones, en donde en su primer número
escribió un artículo (el primero de varios) en donde defendía a la teosofía y al ocultismo y daba su punto de vista
respecto al papel que estos tendrán (o deberían de tener) en el futuro,
especialmente en el campo de la investigación científica.
En
1898 escribió por primera vez para la revista teosófica Philadelphia,
para la cual escribirá en varias ocasiones. En sus publicaciones, Ingenieros
mostraba un rechazo por las posturas científicas oficiales ―señalándolas como
dogmáticas―, y proponía una actitud más abierta en la investigación psicológica.
En
1903, la Academia Nacional de Medicina lo premió por Simulación de la
locura (secuela de su tesis editada en libro). Fue nombrado jefe de la
Clínica de Enfermedades Nerviosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de
Buenos Aires. En 1904 ganó la suplencia de la cátedra de Psicología
Experimental en la Facultad de Filosofía y Letras (de la
Universidad de Buenos Aires).
Se
convirtió en un destacado miembro de la Cátedra de Neurología a cargo de José María Ramos
Mejía y en el Servicio de Observación de Alienados de la
Policía de la Capital, del cual llegó a ser su director.
Entre
1902-1913 dirigió los archivos de Psiquiatría y Criminología y se hizo cargo del
Instituto de Criminología de la Penitenciaría
Nacional de Buenos Aires, alternando su trabajo con
conferencias en universidades europeas.
En
1908 ganó la cátedra de Psicología Experimental en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Buenos Aires. Ese año fundó la Sociedad de Psicología.
En
1909 fue elegido presidente de la Sociedad Médica
Argentina y fue nombrado delegado argentino en el Congreso
Científico Internacional celebrado en Buenos Aires. Completó sus estudios
científicos en las universidades de París, Ginebra, Lausana y Heidelberg.
En
1914 José Ingenieros se casó con Eva Rutenberg en Lausana (Suiza);
aunque el noviazgo se había iniciado en Buenos Aires. Del matrimonio nacieron cuatro
hijos, Delia, Amalia, Julio y Cecilia. Su esposa Eva Rutenberg lo sobrevivió
por 30 años, en tanto que su hija menor, Cecilia, falleció en 1995, y la
hija mayor, Delia, en 1996.
Sus
ensayos sociológicos, El hombre mediocre y
ensayos críticos y políticos, como Al margen de la ciencia, Hacia
una moral sin dogmas, Las fuerzas morales, Evolución
de las ideas argentinas y Los tiempos nuevostuvieron un
gran impacto en la enseñanza a nivel universitario en Argentina y obtuvieron
una gran adhesión moral entre la juventud panamericana.
Además
de dirigir su periódico bimestral, Seminario de Filosofía, mezcló
su pasión por la ciencia con una ética social acentuada. En sus múltiples
actividades demostró una capacidad y penetración notorias, siendo considerado
un intelectual de peso en su tiempo.
Durante
la Reforma universitaria iniciada
en 1918 fue elegido vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras, con amplio
apoyo del movimiento estudiantil.
En
1919 renunció a todos los cargos docentes y hacia 1920 comenzó su etapa de
lucha política, participando de manera activa en favor del grupo progresista Claridad, de tendencia comunista.
En
1922 promovió, como forma de protesta contra el sistema político imperante en
la provincia
de Córdoba, la candidatura de un personaje extravagante, Enrique Badesich, que logró ser elegido
diputado provincial; no obstante, su diploma fue rechazado por la Cámara de
Diputados provincial. Ese mismo año propuso la formación de la Unión Panamericana,
un organismo de lucha contra el imperialismo que difundió
continentalmente las ideas antimperialistas.
En
1925, pocos meses antes de su muerte, creó el mensuario Renovación en
contra del imperialismo, firmando con los seudónimos de Julio Barreda Lynch y
de Raúl H. Cisneros.
Al
paso del tiempo discrepó con las posturas del socialismo de Estado y empezó a
colaborar con periódicos anarquistas, llegando a
ser abiertamente un simpatizante del anarquismo, varias de sus obras literarias
reflejan este acercamiento. Esto se debió en parte a la influencia de
criminólogo italiano Pietro Gori. Murió
el 31 de octubre de 1925, a los 48 años, siendo la causa de su deceso
meningitis grave.
Ingenieros fue un representante destacado del pensamiento positivista, sobre todo en sus primeros años. También fue uno de los fundadores del socialismo en Argentina, aunque no participó orgánicamente en la actividad partidaria.
Sus aportes al socialismo y a la psicología los basa, además de sus conociemientos científicos universitarios, en sus conocimientos sobre ocultismo y teosofía, de la cual fue defensor durante muchos años de su vida, escribiendo numerosos artículos en revistas teosóficas.210 También fue el fundador, director y animador de la Revista de Filosofía, ciencia, cultura y educación, la cual se publicó entre 1915 y 1929 en ejemplares bimensuales.
A partir de la década del '10 comenzó a profundizar una línea de pensamiento más relacionada con los aspectos morales y políticos, aspectos ambos que Ingenieros veía íntimamente relacionados, inspirando a la juventud latinoamericana que realizó la Reforma Universitaria desde 1918 y lo nombró Maestro de la Juventud de América Latina.
Sus desarrollos sobre la identidad argentina y el antiimperialismo tuvieron gran influencia sobre varias generaciones del continente.
Primer período
Segundo período
Artículos