La Sala de representantes se instaló solemnemente el 1º de mayo de 1852 con asistencia del gobernador provisional para elegir al gobernador definitivo por medio de una elección.
La legislatura designó el mismo día de .su reunión gobernador y capitán general de la provincia de Buenos Aires a Vicente López, por 33 votos sobre 38 diputados presentes. Al iniciarse la sesión Esteves Sagui declaró que votaría por el doctor Vicente López, pero sin tener en cuenta ninguna insinuación extraña, y con eso se refería al diario oficial El Progreso, que había señalado esa solución.
Ni siquiera se presentó la candidatura de Alsina a la asamblea, indicio de que había un deseo de conciliación y no un ánimo de oposición y de rebeldía contra el libertador.
Pero la decisión de Urquiza en favor de López fue un error político ya que Alsina era más representativo, gozaba de mayor prestigio público y merecía la confianza de los emigrados; habría podido ser un colaborador eficaz suyo, aunque hubiese debido aceptar su independencia de criterio.
En la sesión del día 10 de mayo, el diputado Francisco Pico presentó un proyecto que acordaba un voto de gracias al general Urquiza por haber libertado a Buenos Aires del tirano que la oprimía y por haber iniciado la organización nacional de la Confederación Argentina.
Además se expresaba la adhesión al propósito de constituir la nación y prometía contribuir a ese anhelo con todos los medios disponibles; designaba al libertador encargado de las relaciones exteriores, negocios de paz y de guerra y en general de todos aquellos asuntos que competían a la autoridad nacional.
El gabinete quedó constituido del siguiente modo: ministro de gobierno, Juan María Gutiérrez; de hacienda, José Benjamín Gorostiaga; de guerra y marina, Casto Cáceres; más tarde fue designado ministro de instrucción pública, por sugestión de Urquiza, Vicente Fidel López.
La segunda cláusula estaba involucrada en la primera y en la tercera ratificaba las facultades que se le otorgaron por el acuerdo de los cuatro gobernadores de las provincias del litoral según el acta firmada en Palermo el 6 de abril.
La comisión de negocios constitucionales, que presidía Vélez Sarsfield, aconsejó el voto de gracias, que la Sala aprobó por unanimidad, designando una comisión para que comunicase el acuerdo a Urquiza. La supresión de dos de las cláusulas del proyecto de Pico fue considerada por el libertador como un acto de hostilidad y de desconfianza; no quiso disimular, el disgusto que le había causado esa actitud y se negó a recibir a la comisión de la legislatura.
El 16 de mayo se reunieron los representantes en sesión especial y el gobernador electo concurrió a prestar juramento. En esa ocasión leyó su programa de gobierno, al que respondió el presidente de la Sala, general Guillermo Pinto, y el mismo día quedo constituido el gobierno legal de la provincia de Buenos Aires.
El gabinete quedó constituido del siguiente modo: ministro de gobierno, Juan María Gutiérrez; de hacienda, José Benjamín Gorostiaga; de guerra y marina, Casto Cáceres; más tarde fue designado ministro de instrucción pública, por sugestión de Urquiza, Vicente Fidel López.
Restaurado así el gobierno legal, estaban de más los contingentes en pie de guerra de otras provincias en las proximidades de la capital; Urquiza era sólo gobernador de Entre Ríos y jefe de sus tropas; Buenos Aires reclamaba la devolución de sus tres mil hombres; la prensa agitaba esa cuestión y la polémica llegó hasta las mismas filas del ejército.
Si Urquiza se hubiese retirado entonces con sus fuerzas a Entre Ríos, como había hecho en Montevideo después de forzar el levantamiento del sitio, habría quedado al margen de las disputas y las pasiones localistas, habría conservado su prestigio de vencedor de Caseros y nadie le habría rehusado la confianza y la influencia en la marcha hacia la organización nacional.