El 13 de Mayo de 1852 Vicente López y Planes fue elegido y confirmado como gobernador de la provincia de Buenos Aires por abrumadora mayoría, parte de la tarea política de Urquiza parecía haber llegado a su fin. Las autoridades quedaron constituidas en el ámbito provincial y sólo tres meses después del derribamiento de Rosas Buenos Aires era dueña una vez más de su destino. La Administración de López y Planes, no obstante, era un Gobierno impuesto.
En su breve período de actuación el gobierno provisional de Buenos Aires realizó una obra meritoria. El 16 de febrero declaró de propiedad pública todos los bienes que pertenecieran a Juan Manuel de Rosas y se fijó el régimen de administración de los mismos. De igual modo fueron devueltos a los unitarios los inmuebles de que habían sido desposeídos por la dictadura, dejando sin efecto el decreto del 16 de setiembre de 1840; declaró anulados en todo el territorio de la provincia los embargos sobre propiedades raíces, reintegrándose éstas a sus dueños.
Después de Caseros se dispuso la refección de la Casa de Gobierno para cumplir sus fines específicos, ocupando entretanto la residencia que perteneció a Rosas en la calle San Francisco.
Se derogó también el decreto "salvaje e inicuo" del 25 de abril de 1838 que establecía que los sueldos de los catedráticos y demás gastos de la universidad debían ser abonados por los estudiantes, haciéndoles depender en cambio del tesoro público.
Con la firma de Vicente López y Valentín Alsina se decretó la libertad de imprenta, anulando el decreto restrictivo o prohibitivo del 1° de febrero de 1832. Por otro decreto, del 2 de marzo, fue nombrado Marcos Sastre director de la Biblioteca Nacional.
Se constituyó la Cámara de justicia el 9 de marzo y fue integrada por Bernardo Pereda, Luis Sáenz Peña, Eduardo Lahitte, Cayetano Campana, Juan García Cossio, Juan José Cernadas y Alejo Villegas; Francisco de las Carreras fue designado fiscal general de Estado y presidente del cuerpo, para el año en curso, Juan Francisco de Cossio.