Fue un político, militar, diplomático, escritor, humanista e ideólogo, español y venezolano, considerado El Precursor de la Emancipación Americana contra el Imperio español. Conocido como El Primer Venezolano Universal y El Americano más Universal, fue partícipe de la Independencia de los Estados Unidos.
Tenía una gran personalidad causó impresión en todas partes y sedujo a muchos americanos, ingleses y franceses en favor de sus planes de independencia hispanoamericana.
En Londres trabajó con entusiasmo y con fuerza persuasiva desde 1784; trató de convencer a Pitt en 1790; permaneció allí desde 1799 a 1805 y en ese período hizo partícipe de sus planes a Home Riggs Popham y mantuvo relaciones con los patriotas americanos Manuel Gual, Pedro de Vargas, Bernardo O'Higgins, Manuel Aniceto Padilla, Nicolás Rodríguez Peña y otros; negoció con George Canning después del fracaso de su expedición desde Trinidad para provocar la revolución en Venezuela, pero la entrada de Napoleón en España y la llegada de los delegados asturianos a Londres hizo que la expedición que se preparaba para fomentar la revolución de la independencia en América fuese dirigida a las órdenes de Arthur Wellesley a la península ibérica.
La prédica de Miranda, sin embargo, dio sus frutos en las invasiones inglesas al Río de la Plata en 1806 y 1807, que dejaron las semillas de la emancipación y dieron nacimiento a las fuerzas militares criollas que habían de asegurarla en mayo de 1810.
En 1808, mientras Napoleón invadía España, las colonias americanas aprovecharon el desconcierto y los independistas aprovecharon para hacer su primer levantamiento en conjunto. Francisco de Miranda fue el que fundó el periódico El colombiano, desde donde coordinó los movimientos independistas. Después volvió a instancias de Bolívar y de la junta revolucionaria formada en Caracas.
En resumen, si por un lado las nuevas ideas divulgadas por Rousseau y los enciclopedistas, por las corrientes económicas y filosóficas de los fisiócratas y de los liberales españoles como Campomanes y Jovellanos, causaron impresión en la minoría americana culta, en la aspiración a la independencia de las colonias españolas influyeron más o menos fuertemente la revolución de las colonias inglesas de América del Norte, luego la revolución francesa de 1789 y en especial los acontecimientos a que dio lugar la invasión napoleónica a España, donde la guerra de la independencia de 1808 a 1814 imposibilitó a la metrópoli para el envío de fuerzas militares a sus posesiones de ultramar, período que sirvió para que varias regiones de América afianzaran su independencia política.
Todos esos factores alimentaron la rebelión contra la dominación peninsular, que comenzó con las primeras generaciones de hijos de la tierra al verse pospuestos en la consideración social y en el acceso a las funciones públicas, y suscitó manifestaciones explosivas, conflictos de toda naturaleza, como la rebelión de los siete jefes de Santa Fe en tiempos de Juan de Garay; y lo que era simple protesta, comenzó a tomar cuerpo como tendencia a la emancipación política con la expulsión de los jesuitas y sobre todo con la rebelión altoperuana de Túpac Amaru en 1780, más definida aún después de las invasiones inglesas, cuando se constituyeron los cuerpos militares criollos para la de-fensa y se iniciaron las organizaciones secretas del tipo de la masonería.
El alzamiento altoperuano repercutió en todo el virreinato, no solamente entre la población indígena de Salta y Jujuy, sino también en Mendoza, donde se denunció en 1781 que había sido quemado públicamente un retrato de Carlos III, en Córdoba, en Buenos Aires, en San Luis, en Montevideo.