No pasó inadvertida tampoco la emancipación de los Estados Unidos y su ejemplo alentó esperanzas de que algo equivalente podría ocurrir en las colonias españolas de América. La irritación de los colonos contra las autoridades inglesas había ido subiendo de tono hasta volverse tan tirante que cualquier pretexto u oportunidad podía desencadenar la lucha.
No es que al comienzo se hubiese pensado en una separación de la metrópoli; el propio Washington no era separatista en los comienzos de la contienda armada y los primeros congresos de los rebeldes no hablan de emancipación, sino del derecho a regir sus destinos propios sin la injerencia de Londres.
Los ministros españoles de la época, hallándose España e Inglaterra en pugna, vieron en la rebeldía de los colonos norteamericanos un medio oportuno para debilitar el poderío de la nación rival y adversa; el conde de Aranda apoyó la rebelión con dinero para que los insurrectos adquiriesen armas y pertrechos, en combinación en ello con Francia; el gobierno de Madrid continuó prestando apoyo en 1776 y 1777 a los colonos norteamericanos, pero también los gobernantes de las colonias españolas hicieron en su favor cuanto les fue posible; y Francia firmó un tratado secreto con los rebeldes, preludio de la ruptura con Inglaterra (junio de 1778).
En vista de esa acción mancomunada de Francia y España, los ingleses maniobraron para que las relaciones impuestas por el pacto de familia se enfriasen hasta el punto de la ruptura; pero España quería con ello que Inglaterra reconociese la independencia de los Estados Unidos y que cesasen las hostilidades, a lo cual se opuso el gobierno de George III; Francia y España volvieron a acercarse y a reafirmar el pacto de familia y desde 1779 hubo nuevamente estado de guerra entre España e Inglaterra, con miras, por parte de Madrid, a recuperar la plaza de Gibraltar y la isla de Menorca, en manos inglesas.
El Tratado de Versalles (1783), Inglaterra se ve obligada a reconocer la independencia de las 13 colonias estadounidenses, tal y como éstas habían redactado en la famosa Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776.Una vez lograda la independencia, resultó muy complicado poner de acuerdo a todas las antiguas colonias si seguían como Estados independientes, o se reunían en una sola nación. Tras varios años de negociaciones representantes de las antiguas colonias se reunieron en el Congreso de Filadelfia con el fin de redactar una constitución. Se creaba así un único gobierno federal. He elegido la imagen del tratado de versalles por que creo que a partir de ese monento la sociedad de ese tiempo empezaron a hacer las cosas políticamente correctas sin violencia.
La guerra hispano-inglesa tuvo en América diversas manifestaciones; Bernardo Gálvez, desde La Habana, realizó con éxito operaciones sobre territorio norteamericano en poder de Inglaterra; desde Guatemala se operé contra las posesiones inglesas en Honduras, y las fuerzas metropolitanas de lord Cornwallis tuvieron que rendirse en Yorktown a Washington, en cuyas manos dejó un ejército de 7.000 hombres; las hostilidades de los españoles continuaron y fueron conquistadas las islas Bahamas; por fin, en 1783, Inglaterra reconoció la independencia de los Estados Unidos. España recuperó en esa contienda la isla de Menorca, pero Gibraltar no volvió a su poder.
Como el epicentro de la lucha fueron las islas del Caribe, América Central y el territorio norteamericano, su repercusión en el Río de la Plata fue mínima. El virrey Vértiz, que sólo disponía para la defensa del virreinato de muy escasas fuerzas terrestres y carecía casi totalmente de recursos en caso de ataque naval, dio a conocer el estado de guerra con Inglaterra el 4 de diciembre de 1779 y dispuso mejorar las condiciones defensivas de Montevideo y Maldonado ante las noticias alarmantes y reiteradas de la aproximación de corsarios y escuadras inglesas.
Las cargas de la guerra anglo-española obligaron a extremar los gravámenes fiscales, a establecer aduanas, a aumentar las alcabalas y eso dio aliento al descontento de indios, mestizos y criollos; en 1780 se desencadenó el alzamiento general del Alto Perú, con repercusión en Perú y en el territorio del noroeste argentino, bajo la inspiración de Túpac Amaru.
La revolución de las colonias norteamericanas contra la metrópoli produjo gran impresión en el virreinato del Plata; Manuel Belgrano se hizo en 1805 de un ejemplar de la Despedida de Washington, el cual tuvo que echar al fuego con otros papeles después del desastre de Tacuarí, 9 de marzo de 1811.
Encontrándose años más tarde en Tucumán en la hacienda de Alurralde con ayuda del doctor Redhead, volvió a traducirla y la dio a la Imprenta de Niños Expósitos en 1813, con una nota de introducción; después de Mayo, autores como Franklin, el periódico The Federalist de Hamilton las obras de Thomas Paine, fragmentos de Jefferson, la Despedida de Washington, etc., fueron muy leídos.