Organización del ejercito invasor

El 19 de enero de 1806, el teniente general David Baird volvía a capturar para la Corona Británica la colonia holandesa de Cabo de Buena Esperanza con la misma flota que había causado alarma en el Río de la Plata. Por esos días Napoleón triunfaba en las batallas de Jena y Auerstaedt, lo que consolidaría a Francia como la potencia hegemónica en Europa.

La propuesta de Popham

Popham mantenía contacto con comerciantes establecidos en Buenos Aires, entre ellos William White, a quien debía una importante suma de dinero.

El 28 de marzo llegó al Cabo desde Buenos Aires el barco negrero Elizabeth que habría traído una carta de White en la que este indicaba que se encontraba en la ciudad un tesoro de más de un millón de pesos provenientes de Potosí listo para ser enviado a España, con el cual Popham podría saldar su deuda.

El comodoro intentó persuadir a Baird para que le brindara su apoyo para tomar el Río de la Plata, valiéndose de varios argumentos y asegurando que recibirían el apoyo de la población local, pero el general no accedió.

William Porter White

William Porter White fue un comerciante de origen estadounidense que tuvo destacada participación en los sucesos del Río de la Plata en las primeras décadas del Siglo XIX. Controvertido por sus múltiples negociados (venta de esclavos , contrabandista) fue uno de los impulsores de las Invasiones Inglesas, con las que colaboró hasta su fracaso final en 1806 escribió una carta a Popham, al enterarse de la toma de la colonia holandesa, en la esquela le comunicaba la presencia en Buenos Aires del oro y plata llegados de Potosí, Chile y Lima en espera para ser enviados a Madrid, remesas que de capturarse proporcionarían al marino un importante beneficio y un medio para saldar su deuda.

El dilema de Baird

Baird se encontraba en una posición incómoda, lo que explicaría por qué le otorgó a Popham el Regimiento 71 escocés, uno de los cuerpos más sólidos del ejército del Reino Unido, al mando del teniente coronel Denis Pack, para una misión que no había sido aprobada oficialmente.

Por un lado, los gobernadores de colonias remotas tenían el poder de decidir acciones militares de urgencia y por otro lado, la ley británica establecía porcentajes de los botines de guerra que eran entregados a los participantes, en particular, los militares de alto rango podían recibir importantes sumas. Además, si la expedición partía sin la ayuda de Baird y fracasaba, Popham podría acusar a Baird ante un tribunal de guerra.

El 14 de abril, la flota británica cruzó el Atlántico, en dirección al Río de la Plata. Baird nombró general al coronel William Carr Beresford para que liderase el ataque a Buenos Aires.

La escuadra llegó a Santa Elena el 29 de abril, y Popham logró que el gobernador de la isla le prestara 280 soldados para su misión, y envió una carta a Londres, dando a conocer los motivos por los cuales se dirigía a Sudamérica y basó sus argumentos en el memorándum de 1804.

Lo que Popham desconocía era que Pitt había muerto recientemente y que en su lugar había asumido William Wyndham Grenville, del partido opositor Whig.

En mayo, Popham envió a la fragata HMS Leda por delante de la escuadra para sondear el río.

El 19 de mayo el capitán envió a un oficial y tres marineros con un bote a las costas cerca de Santa Teresa, para que tomasen notas de las costas y la zona, pero son capturados por una partida de milicianos, que los trasladan a Buenos Aires, donde después de tomarles declaración, el virrey no tomó ninguna medida adicional, quizás porque no obtuvo nada del oficial, o este muy probablemente desconociera los detalles del plan (por su rango). Los prisioneros fueron confinados en Las Conchas.


David Baird

El 8 de enero Baird derrotó a las fuerzas del comandante holandés teniente general Jan Willem Janssens en la Batalla de Blaauwberg. El 10 de enero la ciudad capitulaba y el 12 las tropas británicas tomaban posesión de la capital del territorio,  una vez obtenido el control de la hasta entonces colonia holandesa, el comodoro Sir Home Riggs Popham, a cargo de la escuadra británica y promotor principal del proyecto, persuadió a Baird de que prestara las tropas necesarias para una expedición contra la ciudad de Buenos Aires. Baird accedió proporcionando fuerzas del 71° al mando de William Carr Beresford arriesgando la conquista realizada y viéndose así involucrado en el desastroso suceso de las Invasiones al río de la Plata.