Con espíritu jacobino, Monteagudo había sostenido la tesis de la concentración del poder en sus discursos en la Sociedad patriótica y en el periódico Mártir o libre; Alvear quería lo mismo y aspiraba a que esa concentración del poder recayese en su persona, pero tropezó con la resistencia de San Martín, que no tenía ambiciones políticas personales ni inclinaciones absorbentes.
Las circunstancias internas y exteriores, los contrastes militares en el norte, la situación internacional en la que se cernía la sombra de la Santa Alianza de los reyes contra la intervención de los pueblos en la gestión de su propio destino, determinaron la reforma institucional que dio el triunfo al alvearismo.
San Martín se hallaba en el norte al frente de la reorganización del ejército auxiliar y en su ausencia la logia quedó sometida a Alvear. Se cita esta anécdota: Alvear acompañó a San Martín hasta la salida de la ciudad y después de despedirse de él se volvió a sus amigos y dijo en portugués: "Ya cayó el hombre".
Planteado en el seno del ejecutivo el problema de la concentración del poder, la idea no fue resistida por el Triunvirato, que integraban Rodríguez Peña, Gervasio A. Posadas y Juan Larrea. Posadas la apoyó y Rodríguez Peña se resignó y dejó que las cosas siguiesen su curso.
Después de un receso de dos meses, fue convocada la Asamblea y entre los primeros puntos por tratar figuraba el mensaje del poder ejecutivo sobre la concentración del poder.
Gervasio Antonio de Posadas integró el Segundo Triunvirato junto a Nicolás Rodríguez Peña y Juan Larrea donde obedecieron los términos que habían sido establecidos en la Asamblea del Año XIII, que le dio el Poder Ejecutivo. Como su labor como triunviro fue muy valorada, poco después se decidió, el 22 de enero de 1814, concentrar en él todo el Poder Ejecutivo con el título de Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Se trató en la logia el nombramiento del nuevo mandatario; surgieron los nombres de José Valentín Gómez y Juan Larrea, pero fueron descartados, el primero por su carácter eclesiástico y el segundo por ser español de nacimiento. La opinión se decidió en favor de Posadas, tío de Alvear.
La Asamblea resolvió sancionar la nueva forma de gobierno el 22 de enero de 1814 y Posadas fue elegido por unanimidad. Alvear daba así un paso más hacia su sueño dictatorial.