El Florencio Escardó fue médico imitando a su abuelo, cirujano del ejército portugués.
Hizo su enseñanza media en el Colegio Nacional de Buenos Aires. En 1929 egresó de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Fue Decano de la Facultad de Medicina en 1958, y luego vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, logrando convertir el régimen masculino de los colegios Colegio Nacional de Buenos Aires y Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, en mixto. Esta iniciativa, como tantas otras de su vida, fue resistida y polémica.
Su cátedra crea el primer laboratorio de Bacteriología pediátrica, un Centro Audiovisual importante, un pabellón de Psicología con 8 consultorios y una sala de terapia para grupo, un laboratorio de Isótopos reconocido por la Comisión Nacional de Energía Atómica y crea la residencia de Psicología Clínica.
Dio importancia al aspecto social, fundando la "Escuela para Padres del Hospital de Niños", en su cátedra instituyó el trabajo en terreno para incluir la realidad de las familias asistidas: sus alumnos realizaban trabajo asistencial y comunitario en la isla Maciel. En 1976 se lo cesantea de todos sus cargos.
Su carrera hospitalaria comienza en la Maternidad Samuel Gache del Hospital Rawson, pero su labor descollante transcurre en el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez, por 45 años ocupó diversos puestos: llegó a ser Jefe de Servicio de la Sala 17 y Director del establecimiento.
Hombre apasionado y luchador, hace una reforma muy discutida, revolucionaria: interna a las madres con los pacientes para mantener el vínculo afectivo y se beneficiara la recuperación. Hasta entonces las madres podían visitar a los hijos internados de día, entre las 17 y las 19, y luego eran alimentados con mamaderas que colgaban de soportes metálicos sobre las cunas. Esa imagen lo conmovió cuando visitó el servicio por primera vez, a los 22 años, y modificó el sistema de acceder a la jefatura de la Sala. “Qué puede tener de revolucionario pensar que las madres deben estar con sus hijos enfermos”, dijo Escardó en ese momento. Y “¿Cómo alguien puede aprender pediatría si no se está al lado la madre? Tardé treinta y dos años en conseguir que las madres entraran a la Sala en el Hospital de Niños –¡treinta y dos años!– Es lo único de lo que estoy orgulloso en la vida.
Fue presidente de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), y miembro titular de la Academia Porteña del Lunfardo.2
Gran demócrata, polémico, emprendedor y trabajador infatigable. De su primer matrimonio fue padre de Florencio (también médico pediatra) y de Carmen; estuvo casado con Eva Giberti con quien tuvo su hija Eva y posteriormente con la Lic. Licia Leone.
Fue un escritor científico y profesional, y de otras temáticas relacionadas con la salud y la familia. En 1969 publicó la Enciclopedia Gastronómica Infantil y fundó la revista Mamina.
En el rubro "humor" usaba el seudónimo: «Piolín de Macramé»; antes había usado el "Juan de Garay". Como «Piolín de Macramé» en 1921 comenzó a publicar la columna «Palabras sin objeto», luego llamada «¡Oh!», «Cosas de argentinos» y «Cosas de porteños» las que aparecieron en los diarios Crítica, La Razón y La Nación.3 En 1940 la editorial chilena Ercilla editó una recopilación parcial, luego El Ateneo de Buenos Aires hizo otra edición más completa y en 1957, Rueda lanzó una reedición.
En 1964 el diario El Mundo de Jacobo Timerman lanzó 75 nuevos «¡Oh!, que fueron compilados por Americalee en dos ediciones, una en 1965 y otra en 1972. En 1982 vuelven a aparecer publicados los «¡Oh!» en la revista Caras y Caretas.
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