El 20 de setiembre de 1822, San Martín inició el retorno desde Perú. Ese día comienzó también su despedida de la vida pública y el comienzo de una nueva etapa en su existencia, que culminaría con su ostracismo francés. Pero la intención inicial del Libertador era quedarse en el país. Así se lo hizo saber a su amigo, el general chileno Bernardo O'Higgins, en una carta que le remitió el 20 de octubre de 1827: "Confinado en mi hacienda de Mendoza y sin más relación que con algunos de los vecinos que venían a visitarme, nada de esto bastó para tranquilizar a la desconfiada administración de Buenos Aires. Ella me cercó de espías, mi correspondencia era abierta con grosería, los papeles ministeriales hablaban de un plan para formar un gobierno militar bajo la dirección de un soldado afortunado, etc., etc. En fin, yo vi claramente que no era posible vivir tranquilo en mi patria ínterin la exaltación de las pasiones no se calmase, y esta incertidumbre fue la que me decidió a partir a Europa".
|