El otro motivo de discrepancia entre los hombres de Buenos Aires fue la Constitución de la provincia.
La tendencia aislacionista entrañaba el propósito de una Constitución provincial propia, que ya se había manifestado en la Sala de representantes desde el mes de junio. Carlos Tejedor, que no era aislacionista, apoyó desde El Nacional la idea de constituir la provincia y Mitre combatió esa idea por prematura.
Según él, primero había que realizar todos los aspectos de la revolución en el orden provincial y en el nacional. ¿No sería mejor constituir primero la revolución que ha de facilitar la Constitución de la provincia y también de la República? —preguntaba.
Ya el 21 de setiembre, el diputado Albarracín presentó una minuta encargando a la comisión de negocios constitucionales el despacho de los trabajos sobre el proyecto de Constitución.
Consultado al respecto Vélez Sarsfield, opinó que un tiempo de revolución no era apto para formular constituciones.
La Sala postergó la consideración del asunto en octubre y noviembre, pero el 20 de este último mes volvió a plantearse la cuestión cuando Nicolás Anchorena, nuevo representante, dijo que no desempeñaría el cargo sin la existencia de una Constitución.
La Sala sometió a debate la conveniencia de la Constitución. Vélez Sarsfield fue el centro de la resistencia a esa corriente. Entre los partidarios de la Constitución caracterizó tres tendencias: la de los que la consideraban como un paso previo al sistema de aislamiento; la de los que consideraban la Constitución como paso previo para la Constitución nacional; fijando de antemano la base de la nueva asociación política; y la de quienes la deseaban para perfeccionar el régimen interior, sin ninguna vinculación con la organización nacional. Y una por una fue rebatiendo Vélez las tres tendencias.
Mitre estuvo en esa disputa con Vélez Sarsfield; Esteves Sagui mantuvo la posición contraria, favorable a la Constitución; otros diputados hablaron a favor y en contra y la Sala acabó por resolver afirmativamente las proposiciones presentadas por Anchorena:
1) Si ha de constituirse o no la provincia
2) Si es oportuno o no que se le dé la Constitución.
Mitre y Vélez Sarsfield, encarnación de la corriente nacional de la revolución, fueron derrotados por los provincialistas. La rebelión de Lagos, que hizo caer al gobierno de Valentín Alsina, volvió a unificar por la fuerza de las circunstancias el setembrismo y éste mantuvo por una década su predominio en la política provincial hasta el triunfo de Pavón.