La contestación de Paraguay

El 17 de julio, el gobernado Velasco y el Cabildo de Asunción respondieron el documento de la Junta que había traído Espínola. 


La contestación Paraguaya a la Junta de mayo

El contestacion manifestaron que dada la "gravedad del asunto" se había acordado celebrar "un Consejo general" el 24 de julio de cuyo resultado se daría "oportuno aviso" a la Junta.

La nota manifestó, además, el "disgusto" por la venida de Espínola, a quien se calificó como "conductor de los pliegos", es decir, un mensajero sin representación alguna. Hizo referencia a su "vergonzosa fuga", sin motivo alguno, lo que lo descalificó aún más.

Como un anticipo de la posición política de la provincia del Paraguay, la nota resaltó, en primer lugar, el "sosiego inalterable" que reinaba ahora en la provincia, en referencia a las inquietudes que había provocado en la población el intento de Espínola de reclutar hombres para llevarlos a Buenos Aires. En segundo lugar, la "acendrada" fidelidad de la provincia a Fernando VII y, finalmente, su "respetuosa sumisión a las autoridades legítimas".

Esta condición de "legitimidad" era el punto más débil de la junta de Buenos Aires, hecho que ya había anticipado el fiscal Villota en el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810.6 De hecho el gobernador Velasco había sido nombrado directamente por el rey Carlos IV, mientras que la Junta fue nombrada por el cabildo de Buenos Aires que solo asumió el "ejercicio" de la soberanía pero no "en propiedad" según la expresión legal de la época.

Bernardo de Velazco

El gobernador Bernardo de Velazco obedeció las  decisiones del congreso celebrado en Asunción el 24 de julio de 1810 entonces decidió reconocer al Consejo de Regencia y suspender todo reconocimiento de superioridad de la junta de Buenos Aires. A las medidas políticas y económicas que esta adoptó contra la provincia siguió el envío de una expedición militar al mando de Manuel Belgrano. Ante esta situación, Velasco demostró una gran capacidad organizativa y de acción: incursionó en las Misiones en busca de armas, ocupó Ñeenbucú hasta el río Paraná para vigilar la costa desde Paso del Rey hasta Campichuelo de la Candelaria, envió una flota a rescatar los buques retenidos en Corrientes y movilizó las milicias concentrándolas en Yaguarón y Barrero Grande.