Habiendo terminado con el armisticio celebrado con Cabañas la expedición al Paraguay, Belgrano recibió de la Junta la orden de dirigirse con sus tropas a Arroyo de la China para cooperar con los orientales y poner sitio a Montevideo.
El 9 de abril llegó al punto de destino con la primera división; el grueso de sus fuerzas se había retrasado en la marcha. Es muy probable que lo haya visitado allí José Gervasio Artigas, pues al día siguiente fue nombrado por Belgrano segundo jefe del ejército auxiliar y recibió instrucciones para disciplinar y adiestrar las fuerzas que se congregaban en Mercedes.
Belgrano se mantuvo en Arroyo de la China por lo menos hasta el 19 de abril, para preparar el paso por el río Uruguay y esperar las divisiones del ejército del Paraguay que iban llegando.
Encomendó a Manuel Francisco Artigas que se dedicase a levantar en armas la región del norte y a su segundo, José Gervasio Artigas, hermano del anterior, que incursionase en la región central; Venancio Benavídez debía penetrar en el suroeste hasta Colonia y establecer contacto con Artigas a la altura de Montevideo.
Elio se encontró frente a una amenaza desde diversos puntos y estableció una guardia importante en la estancia de la Cruz, desde donde serían despachadas partidas en diversas direcciones para recoger caballadas, detener a todo el que llevase armas, ahorcar a quien fuese sorprendido haciendo fuego contra los realistas, etc. Una de esas partidas tuvo que rendirse a discreción en Paso del Rey el 21 de abril; pocos días después cayó el pueblo de San José en manos de Benavídez; Minas se rindió ante las fuerzas de Manuel Francisco Artigas y San Carlos y Maldonado fueron los próximos triunfos de los patriotas, que cortaron las comunicaciones de Ello con el este.
Desde Mercedes, donde esperaba la reunión de sus tropas, situadas a ambos márgenes del río Uruguay, Belgrano no sólo se ocupaba de atraer a los caudillos locales, que daban muestras de honda rivalidad, sino que hasta procuró tantear a Michelena y a Vigodet para que se apartasen de la guerra a que habían sido llevados por Elío; Vigodet respondió a Belgrano testimoniando su profunda lealtad al rey y a la causa española y el jefe patriota comprendió la esterilidad de sus esfuerzos en esa línea.
Pero si en tierra Elío cosechaba derrota tras derrota, sus marinos no hallaban mayor obstáculo en sus ataques a las poblaciones ribereñas.
La asonada del 5-6 de abril de 1811 en Buenos Aires tuvo entre otras consecuencias y cambios el envío de Manuel Sarratea en misión ante la corte de Río de Janeiro y la eliminación de Belgrano como comandante en jefe de las fuerzas de la Banda Oriental, siendo llamado a Buenos Aires para responder a los cargos que se le hicieron por la conducción de la campaña del Paraguay, pues tal era una de las exigencias de los conjurados, allí hizo entrega del mando a José Rondeau y partió para Buenos Aires.