Este año se vuelve a levantar contra Rosas el gobierno de Corrientes a cargo de Joaquin madariaga y nuevamente Urquiza invade la provincia , en Buenos Aires se pone la piedra fundamental del paseo de Julio, en el orden internacional comienza la guerra entre Estados Unidos y Mexico y en gran bretaña se comienzan a dictar las primeras leyes sociales.
El 19 de enero el Coronel José Manuel Galán llega a Corrientes enviado por Felipe Arana , ministro de Relaciones Exteriores de Rosas, para negociar un tratado de paz entre Buenos Aires y Corrientes
A fines de julio Joaquin Madariaga, gobernador de Corrientes, llama al pueblo correntino a tomar las armas. Urquiza al enterarse de esto le envía a Madariaga un ultimatum que no es acatado, entonces Urquiza comienza a preparar el ataque a Corrientes
En la ciudad se celebra singularmente el 25 de Mayo. Los escolares concurren al pie de la Pirámide a cantar el Himno Nacional, y en la Plaza de la Victoria se celebran juegos populares y desfiles militares.
El orden se ha restablecido en la Confederación y el régimen del gobernador Rosas se ha estabilizado. La sociedad porteña ha recuperado en estos tiempos sus costumbres y sus hábitos de reunión y esparcimiento.
El teatro, con la presentación de piezas dramáticas y musicales, es uno de los espectáculos preferidos de todos los sectores sociales, aunque los ilustrados desprecian el más popular sainete. Más auspicioso aún: se rumorea que el próximo año volverán a oírse en Buenos Aires óperas completas, como Lucía de Lamermoor de Donizetti.
El 30 de abril de 1835, el gobernador Rosas lo nombró ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la Provincia de Buenos Aires y, por ende, de la Confederación Argentina. Se dedicó en un primer momento a cuestiones relacionadas con el culto católico y a las relaciones con la Santa Sede. Pero pronto tuvo que lidiar con cuestiones más espinosas.También le tocó lidiar con el bloqueo francés al Río de la Plata, provocado por una absurda provocación de un diplomático y un marino franceses. Arana sostuvo la posición argentina, exigiendo que Francia no se inmiscuyera en las cuestiones internas de la Argentina.La política exterior de Rosas, dirigida por Arana, había logrado pleno éxito: en ningún momento había cedido nada en favor de la libre navegación de los ríos, de ninguna cesión de soberanía de ningún tipo, ni de aceptar la imposición de tratados de paz con Montevideo, ni de tratados con potencias extranjeras bajo presión.
El paseo por La Alameda, tradicional nombre que la Sala de Representantes estudia cambiar por el de Paseo de la Encarnación, en homenaje a la difunta esposa del Restaurador, es uno de los preferidos. Hombres y mujeres se pasean de día y cortejan sin disimulo por la noche, exhibiendo sus mejores atuendos en los que no faltan las chaquetas, los glamorosos vestidos, los guantes y los grandes peinetones, mientras algunos detienen su paso para escuchar un concierto al aire libre. Los porteños mantienen en estos días calurosos, anticipo del asfixiante verano que se aproxima, la costumbre de bañarse de noche en el río.
Allí, familias de todos los sectores sociales disfrutan por igual del placer de sumergirse en el agua a la luz de los faroles.
En los cafés, espacios cada vez más politizados que proliferan en todos los centros urbanos, se reúnen diariamente los miembros de las elites a consumir infusiones o comidas, leer y discutir los últimos libros y periódicos, jugar a las cartas y comentar chismes públicos y privados, muchas veces en oposición a la figura del Gobernador. En las pulperías, muy numerosas en los barrios de las ciudades y en los pueblos de la campaña, la población masculina acude a consumir bebidas, a jugar naipes y dados a entonar payadas, sin que falte sobre el final de la noche algún pleito con puñal incluido. Eso no quita que allí circule con fluidez la información y se generen apasionadas discusiones políticas. También en la campaña, pastores y labradores celebran fiestas populares una vez terminada la siembra, la cosecha, la yerra, la señalada o la esquila. En ellas no faltan los juegos de naipes, dados, bochas, taba, sapo, ni las competencias de destreza como las carreras "de parejas" a caballo, la sortija o el pato.
Los carnavales, aunque ausentes de Buenos Aires desde hace tres años por la prohibición del Gobernador en virtud de los excesos cometidos en los últimos años, continúa celebrándose en el interior. Desde los valles salteños hasta los llanos riojanos; desde el litoral fluvial hasta las tierras santiagueñas, durante tres días el agua, los juegos y las danzas divierten a los sectores populares —y a algún que otro hijo de familia decente—, para culminar con la quema o el entierro del mu-ñeco de paja conocido como Judas, Momo o Kacharpaya, según el lugar y la tradición.
La última celebración del 25 de Mayo tuvo momentos memorables como uno de sus actos esta la colocación de la piedra fundamental del Paseo de Julio - llamado anteriormente Paseo de la Alameda, de la Ribera y de la Encarnación - siendo madrina del acto la infaltable Manuelita Rosas. Manuelita Rosas, hija de Rosas, se había convertido en asistente de los actos e inauguraciones oficiales desde el fallecimiento de la esposa de Rosas algunos años atrás.
En una urna, además de los documentos del caso, se colocan 101 medallas de oro, plata y cobre de diversas fechas entre el año 1644 a 1845, como asimismo un billete de cada clase de papel moneda corriente, desde 1 hasta 20 pesos.
La comunidad alemana celebra la apertura del primer templo luterano de Buenos Aires. obra del arquitecto Eduardo Taylor. Su inauguración fue el mes pasado y ya es frecuentado por una importante cantidad de fieles.
Como un gesto de generosidad y pacifismo. el gobierno de Juan Manuel de Rosas plantea la libertad de cultos a los inmigrantes. La apertura de un lugar sagrado para los luteranos demuestra así la tolerancia hacia el protestantismo. Las colectividades extranjeras tienen permiso para profesar sus cultos y tener sus propios establecimientos educativos, siempre con la condición de que se limiten al servicio pastoral entre los inmigrantes y no prediquen en idioma castellano.
La gente decente organiza con frecuencia tertulias donde la conversación, la contradanza española, el vals, el pericón, el minué federal y la música del piano y la guitarra amenizan la velada, mientras mujeres como la desenvuelta Mariquita Sánchez de Mendeville ejercen su sutil influjo sobre la vida pública.
El paseo por La Alameda, tradicional nombre que la Sala de Representantes estudia cambiar por el de Paseo de la Encarnación, en homenaje a la difunta esposa del Restaurador, es uno de los preferidos. Hombres y mujeres se pasean de día y cortejan sin disimulo por la noche, exhibiendo sus mejores atuendos en los que no faltan las chaquetas, los glamorosos vestidos, los guantes y los grandes peinetones, mientras algunos detienen su paso para escuchar un concierto al aire libre.
Se inauguran obras de parquización en Palermo, donde dado lo arenoso y arcilloso del terreno hay que rellenar continuamente. El vecindario comenta una idea que, se dice, nació en el Restaurador: la de unir el Paseo de Julio hasta Palermo mediante un murallón enfrentado al río (especie de Costanera).
Brasil está poniendo a la máxima autoridad de la Confederación Argentina, Juan Manuel de Rosas, en una situación de creciente tensión. Aliados de ingleses y franceses, los agentes brasileños intentan derrocar a Rosas. El agente diplomático brasileño José Antonio Pimenta Bueno reconoció la independencia del Paraguay.
Junto a Carlos Antonio López habían firmado, hace tres años, un tratado de amistad, comercio, navegación, extradición y límites que también irritó a Rosas.
A esto se suma la situación de la Banda Oriental en la que el Restaurador tiene de aliado a Manuel Oribe, quien está enfrentado con su compatriota Fructuoso Rivera que tiene de aliado a los unitarios.
El paseo por La Alameda, tradicional nombre que la Sala de Representantes estudia cambiar por el de Paseo de la Encarnación, en homenaje a la difunta esposa del Restaurador, es uno de los preferidos. Hombres y mujeres se pasean de día y cortejan sin disimulo por la noche, exhibiendo sus mejores atuendos en los que no faltan las chaquetas, los glamorosos vestidos, los guantes y los grandes peinetones, mientras algunos detienen su paso para escuchar un concierto al aire libre.
A centenares de kilómetros de Buenos Aires, otro hombre se mueve inquietamente a fin de transformar sus dominios. Justo José de Urquiza instala en Concepción del Uruguay un saladero, al que pone el nombre de Santa Cándida, en homenaje a Cándida García, su madre. Es un establecimiento industrial modelo, y algunos ingleses que regresan a Buenos Aires luego de haberío visitado lo consideran “único en su género, uno de los más importantes del mundo”.
Pero Urquiza debe atender otros asuntos: los militares. Sabiendo que aún no ha llegado la hora de la rebelión total reinicia sus hostilidades con Corrientes y derrota al General Madariaga en el Potrero de Vences.
Como consecuencia de esta operación, la capital correntina es ocupada por el coronel Miguel Virasoro, quien asume el gobierno provisional de la provincia. Ocupado como está en resolver los agudos problemas que tiene frente a Buenos Aires, Rosas recién este año reclama ante Chile por su colonización de una vasta zona del territorio argentino.
La Confederación Argentina presentó quejas formales a las autoridades chilenas tras haber recibido la noticia de que han construido un fuerte en el estrecho de Magallanes.
Por indicación del presidente chileno, Manuel Bulnes Prieto, al intendente de Chiloé, Domingo Espiñeira, debía tomar posesión del estrecho y sus territorios.
En 1843 Chile efectuó la toma de posesión del estrecho, con las formalidades necesarias, en la Punta Santa Ana. También construyeron un fuerte llamado Bulnes, que se aprovisionó y estuvo listo para ser habitado a fines de aquel año.
Este año se colocó en Buenos Aires la piedra fundamental del nuevo Paseo de Julio, la avenida que hoy conocemos con el nombre de Leandro N. Alem y que todavía conserva en las diez cuadras de su recorrido (de Rivadavia a San Martín) uno de los paisajes más típicos de la ciudad. En una urna, a más de los documentos pertinentes, se colocaron ciento una medallas de oro, plata y cobre, que llevaban las fechas desde el año 1644 a 1845, y un billete de cada clase de papel moneda corriente, desde uno hasta veinte. La ceremonia la presidió doña Manuelita Rosas, hija de Juan Manuel de Rosas, que fue la madrina de este acto. Este paseo público había sido fundado en el siglo anterior por el progresista virrey del Río de la Plata don Juan José de Vértiz y Salcedo, con el nombre de La Alameda. En la época en que comenzó a construirse este Paseo, Buenos Aires guardaba aún algo de la clásica estructura hispánica, semejante a un tablero de ajedrez que le había impuesto tres siglos antes su fundador Juan de Garay. Sin embargo, la edificación había comenzado a cambiar y en vez de las casas coloniales se levantaban edificios bajos con azoteas entre los que se destacaban algunos miradores un poco más altos. El proyecto de la nueva avenida fue realizado por el ingeniero Felipe Senillosa y su trazado se concretó sobre la antigua Alameda. Este lugar, que bordeaba el corazón de la ciudad, era un sitio poblado de tiendas de todo tipo donde las damas salían a pasear a pie o a bordo de coches livianos
El capitán de fragata Juan Williams lo entregó oficialmente al teniente de artillería Manuel González Hidalgo, quien asumió como gobernador, al mando de dos suboficiales, cinco soldados, dos mujeres y el piloto Jorge Mabón.
Al tiempo lo sucedió el sargento mayor José de los Santos Mardones, quien hizo un nuevo fuerte en las márgenes del río del Carbón, lugar que se llama Punta de Arena.
Una delegación de hombres de negocios presentó un memorial ante el Foreign Office en el que asegura que quienes habían presionado por una intervención extranjera en el Río de la Plata no estaban vinculados con el comercio de la zona sino con el de Rio Grande do Sul.
La diplomacia británica comenzó a modificar su actitud respecto del bloqueo anglo francés y en marzo del año pasado, se dieron órdenes para el retiro de escuadras del río Paraná.
Fue entonces cuando comenzó a intervenir quien habla sido cónsul británico en Montevideo, Thomas Samuel Hood, quien convenció al ministro francés de representar a ambos países.
Pero encontró unas situaciones difíciles en Montevideo.
En julio llegó a Buenos Aires y le presentó un modelo de acuerdo a Rosas, quien aceptó las bases con algunas modificaciones
En el parlamento inglés, la oposición, que era nucleada por Lord Palmerston, representando los intereses financieros, arreció con sus críticas y usó la carta de San Martín publicada en el Morning Chronicle sumada a los pésimos resultados militares para torcerle el brazo al grupo partidario de la intervención. La consecuencia inmediata fue el relevo del jefe de la flota inglesa y el envío de la misión diplomática a cargo de Thomas S. Hood con órdenes directas del Primer ministro Lord Aberdeen, de aceptar todas las condiciones exigidas por Rosas y lograr una paz inmediata.
El 11 de agosto dio su aprobación Oribe, también con modificaciones, y el 27 aceptó el gobierno de Montevideo.
Después de eso, Hood debía pasar las bases a los mediadores para que éstos redactaran el tratado. Pero el barón Antoine-Louis Deffaudis, embajador francés, presentó objeciones y la misión fracasó por la falta de aclaración en las instrucciones de Hood acerca de quién debía ser reconocido como gobierno dela República Oriental.
Lord Palmerston, mano derecha del secretario de relaciones exteriores, ordenó que las tropas británicas dejaran Montevideo, pero no el levantamiento del bloqueo. Lord Howden, suministro en el Brasil, debía cooperar con el nuevo enviado francés, conde Walewski, en la negociación con Rosas de un acuerdo que asegurara la independencia del Uruguay.
Llegaron a Buenos Aires en mayo y le presentaron a Rosas un proyecto de convención general, pero por unas observaciones del ministro Felipe Arana, Howden anunció la paralización de las negociaciones. La dificultad mayor era la referida a la navegación de los ríos y Rosas argumentó que, al igual que la independencia del Uruguay, no eran cuestiones europeas.
El río Paraná, explico, se encuentra en territorio argentino y el río Uruguay es compartido con Uruguay. Felipe Arana se desempeñó como ministro de Relaciones exteriores de todo el gobierno de Rosas , tuvo que soportar entre otras cosas dos bloqueos internacionales durante su mandato.
Al tenerse hace poca información sobre toda esta cuestión, el gobierno de Rosas formuló protestas al de Chile y está a la espera de una respuesta. En respuesta, el gobierno chileno alega derechos sobre el territorio que había ocupado, como también, sobre todo el estrecho de Magallanes. Para que estudie los antecedentes de esta cuestión.
En tanto, dos patriotas fallecen: el doctor Tomás Manuel de Anchorena, firmante del acta del 25 de Mayo de 1810 y signatario de la de la Independencia y en Francia se suicida Juan Larrea , quien fuera vocal de la junta de Mayo, esta arruinado económicamente pues tenia una flota mercante que comerciaba entre Francia y la confederación y el bloqueo Frances al puerto de Buenos Aires lo llevó a la quiebra.
A mediados de este año arriba a nuestro puerto el señor J. J. Ostrander, “retratista al óleo y en miniatura”. Típico yanqui y hombre práctico, arrolla con su simpatía y establece su taller en la calle Perú al 120. Como sus tarifas son sumamente módicas, los clientes le vienen de todos los rincones de la, ciudad. Su competidor es Juan A. Bennet, quien comienza a hacer retratos en daguerrotipo, los primeros que se conocen en la ciudad.
Un viajero - William Mac Cann - da su opinión sobre la campaña bonaerense que acaba de visitar: “los propietarios de campo, dueños de grandes cantidades de vacas y ovejas, forman una clase; los peones y pastores forman la otra, pero los inmigrantes empiezan a formar una clase inmediata de pequeños propietarios de ganado”.
Pero en verdad, lo que se destaca es el carácter conservador de la gobernación rosista. Por otra parte, la Universidad languidece sin ayuda oficial y la cultura se mantiene en un estancamiento suicida. Echeverría, que desde Montevideo sigue soñando con su Argentina, inicia contactos con Urquiza, por considerarlo un hombre de visión y el único que puede, en los actuales momentos, imponer la organización nacional. Con este fin arenga a sus discípulos en el destierro y hace llegar a Urquiza cartas en las que expone sus críticas a federales y unitarios y lo invita a adherir a nuevos principios de unidad.
El 8 de junio de 1847 aprobó el Parlamento ingñles la Ley de Fabricas que era una nueva norma en virtud de la cual la jornada máxima de trabajo, para mujeres y niños, no podría ir más allá de 10 horas diarias. Sin embargo, muchos dueños de fábricas frustraron los términos de la ley por via legal , de modo que los niños y las mujeres de hecho siguieron trabajando 12 horas. Poco más tarde, la jornada de 10 horas se hizo efectiva para todo mundo, incluso hombres.
En los últimos tiempos, el oriental Fructuoso Rivera había estado haciendo intentos de acuerdo con su oponente. Manuel Oribe, para que se retiraran todas las tropas extranjeras de uno y otro bando. Sin embargo, esta negociación no llegó a ninguna parte porque no despertó simpatías ni siquiera entre los partidarios de Rivera. Entonces, éste retomó la campaña militar y tuvo éxitos como la toma de Mercedes y la de Paysandú, en diciembre del año pasado.
Sin embargo, en enero último fue totalmente diezmado en el Cerro de las Animas por las tropas blancas que conducían Ignacio Oribe y Servando Gómez. Así, el Partido Blanco reconquistó Paysandú y Mercedes. El gobierno de la Defensa, con Manuel Herrera y Obes como ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, desconoció las gestiones de Rivera ante Oribe. Pero su voluntad inquebrantable lo llevó a enviarle al presidente del gobierno del Cerrito, Manuel Oribe, una nueva propuesta de paz. La misma presentaba ocho condiciones entre las que se detallaban el fin de la guerra, la devolución de propiedades confiscadas y el llamado a elecciones, entre otras. El gobierno, entonces, decretó la destitución de Rivera de todos sus cargos y ordenó su exilio hasta el final de la Guerra Grande.
El 4 de diciembre, Rivera fue detenido por los coroneles Lorenzo Batlle y Francisco Tajes en Maldonado. Lo deportaron a Brasil en un buque francés y es imposible saber si en algún momento podrá regresar a su patria
La miseria de la filosofía es un libro escrito como respuesta al escrito "La filosofía de la miseria" de M. Proudhon es un polémico libro escrito por Karl Marx, y publicado en París y Bruselas en 1847, durante su exilio. En él, Marx critica los argumentos económicos y filosóficos expuestos por Pierre-Joseph Proudhon1 en su libro Filosofía de la miseria. Este texto fue escrito en francés (a pesar de que la mayoría de las obras de Marx fueron escritas en alemán), y en el mismo se retoman y critican, punto por punto, los argumentos avanzados por Proudhon en su obra.
El pasado 8 de julio se sancionó en Gran Bretaña una ley que limita a 10 horas la jornada laboral de mujeres de cualquier edad y de los jóvenes de entre 13 y 18 años.
Esta decisión viene a coronar un largo proceso de lucha por la restricción de la jornada laboral en la industria, cuya primera cristalización fue la Ley pm la Mejor Conservación de la Salud y de la Moral de los Aprendices de 1802 que limitó el empleo infantil a doce horas diarias. En 1819, la Ley Reguladora de las Fábricas de Algodón, o Ley Peal, prohibió el empleo de los menores de 9.
Sin embargo. recién en la década de 1830 se instaló un debate sobre la limitación de la jornada laboral a 10 horas, que aún sigue vigente. Las dos posiciones más características han sido las sostenidas por Robert Torrens que utilizó argumentos políticos, éticos y de salud para sostener conveniencia de esta restricción horaria, mientras que William Senior y John Stuart Mills se opusieron esgrimiendo argumentos económicos, como una posible reducción de la producción, los beneficios empresariales y los salarios.
Los obreros comenzaron a tratar de hacer escuchar su voz, organizando en 1838 el Movimiento Cartista, a fin de reclamar la sanción de una constitución y la obtención del sufragio universal, juzgándolo como un instrumento clave para la obtención de mejoras sociales, económicas y laborales. Sin embargo, las masivas movilizaciones del carlismo fueron objeto de una feroz represión estatal, y los resultados alcanzados inicialmente fueron prácticamente nulos. De hecho, el único logro de los años 30 fue la Factory Act o Ley Fabril. de 1833 (previa a la formación del carlismo), que fijó un máximo de 48 horas semanales para los niños mayores de 9 años.
En los últimos años se observaron avances más importantes. En 1844 se limitó a 12 horas la jornada laboral de las mujeres mayores de 18 años, y el trabajo infantil se redujo a 7 horas. En sintonía con estas mejoras. la ley de reciente aprobación fija un máximo de 11 horas para los jóvenes de 13 a 18 años y para todas las obreras, que a partir del 1 de mayo de 1848 se reduciría 10 diaras.
La nueva norma tuvo efecto polémico, ya que en tanto los obreros adultos se aprestan para continuar su reclamo de una jornada de 10 horas, los empresarios han comenzado a presentar recursos judiciales argumentando que se ve afectada su libertad por esta ley, a la que consideran restrictiva y viciada de nulidad absoluta.
La miseria de la filosofía es una exposición de la concepción materialista de la historia, llamada materialismo histórico. En ella Carlos Marx critica el planteo económico pequeño burgués de transformación pacífica del capitalismo, de Pierre-Joseph Proudhon (Filosofía de la miseria). Afirma que las relaciones sociales están íntimamente vinculadas a las fuerzas productivas, y que la sociedad, al desarrollar nuevas fuerzas productivas, da lugar a un nuevo modo de producción