Flamencos

Los flamencos son aves muy esbeltas, de entre 80 cm y 1,40 m de largo, con patas muy largas y cuello largo, su pico es muy característico y perfectamente adaptado para hurgar en el barro. La mandíbula superior es de menor tamaño que la inferior que es la única móvil. El pico tiene una pronunciada curvatura hacia abajo y está dotado de unas laminillas internas para retener las sustancias alimenticias al filtrar el limo. Los pies tienen cuatro dedos, los tres delanteros unidos por una membrana y el posterior muy pequeño. 

Todas las especies son de color rosa más o menos fuerte, desde el rosa claro casi blanco del flamenco europeo (Phoenicopterus roseus), hasta el color salmón del flamenco del Caribe (Phoenicopterus ruber). Mientras vuelan mantienen el cuello y las patas completamente estiradas.

Los flamencos tienen un pico muy característico: la mandíbula superior es rígida y la inferior, móvil. El interior del pico tiene unas laminillas que, junto con la lengua, ayudan a filtrar las aguas salobres para ingerir el alimento.

En la época de nidificación, cada pareja marca su territorio en torno al nido, que hacen en el fango. La puesta es de un solo huevo y el polluelo es cuidado por la pareja hasta los tres meses.

Los pollos nacen con el pico recto y este se va curvando a medida que van creciendo. Nacen de color blanco, luego las plumas pasan a ser de color castaño y en la madurez se tornan de color rosado.

Ecología

El flamenco necesita grandes extensiones de agua poco profunda, normalmente salina, salobre o alcalina, desde el nivel del mar hasta los 5000 msnm, se encuentran en todos los continentes, a excepción de Oceanía.
Hacen los nidos de barro, con forma de tronco de cono, con la cima cóncava, donde ponen un único huevo blanco (a veces dos) que incuban durante unos treinta días. Los flamencos alimentan a sus crías con una “leche” similar a la de las palomas, pero con más grasa y menos proteínas, que es producida por glándulas ubicadas en la zona superior del tracto digestivo. Las crías son alimentadas con este producto durante unos dos meses, hasta que su pico está suficientemente desarrollado para filtrar el alimento.

Alimentación

Los flamencos se alimentan, mediante filtración, de crustáceos y algas. Sus picos, extrañamente formados, se adaptaron para separar el barro de la comida que consumen, y los usan singularmente al revés. La filtración de comida se apoya en estructuras filamentosas llamadas lamelas, pequeñas láminas que están en las mandíbulas y una lengua áspera y grande.

Crias

Las crías de flamenco salen del cascarón con el plumaje blanco, pero las plumas del adulto son de color rosa luminoso a rojo, debido a carotenoides obtenidos de su alimento. Un flamenco que se alimenta bien y es saludable es de color rosa luminoso a rojo. El flamenco más rosado es el más deseable como compañero. Un flamenco blanco o pálido está generalmente enfermo o sufrido de falta de comida.

La migración de las aves

Algunas aves residen siempre en la misma región, pero otras emigran cada seis meses, al cambiar las estaciones, repitiendo regularmente las zonas de invernada. Ejemplos de aves migratorias son las anátidas (patos, gansos, ánades), los estorninos, los jilgueros y las avutardas.

En el hemisferio Norte, cuando llega el invierno, muchas aves se trasladan más al sur, desde el norte y el centro de Europa hasta las cercanías del Mediterráneo, e incluso llegan a África. Entre la primavera y el verano realizan el recorrido a la inversa.
Gracias a la migración, las aves consiguen llegar a regiones ricas en alimentos y con temperaturas adecuadas, bien para la reproducción, bien para la invernada.
Las lagunas, ríos y estepas cerealistas de la península Ibérica son ecosistemas muy importantes para estas aves migratorias, ya que les dan cobijo, descanso y alimento.

La conservación de los flamencos

En las últimas décadas, las poblaciones de flamencos disminuyeron por el progresivo deterioro de los humedales, la desecación y transformación de las lagunas, que son los lugares donde habitan y sus áreas de nidificación y cría.

Por ello en algunos países se aplicaron medidas de protección en estas zonas acuáticas y tras su recuperación se ha observado que estas aves han regresado y están reproduciéndose de nuevo. Aunque si la colonia no cuenta con un número suficiente de individuos son incapaces de procrear. Toda la familia de flamencos está recogida en el Apéndice II de CITES.