Los suelos típicos de los pastizales son los chernozemes, alcalinos debido a que el movimiento neto del agua es hacia arriba, arrastrando calcio que se precipita como carbonato de calcio. Los chernozemes de las praderas tienen horizontes superiores negruzcos debido a la descomposición constante de las gramíneas formando humus negro. Los pastizales de gramíneas altas tienen suelos más marrones, más ricos en sus estructuras de lámina.
Sus suelos son grandes terrenos aptos para el cultivo.
Antes de la agricultura, los campos fueron controlados continuamente por grandes manadas de herbívoros. Los desechos fecales de los mismos enriquecen al suelo y permiten a la naturaleza sustentar una amplia diversidad de animales silvestres.
En este bioma las gramíneas, juncales y otras plantas de pastizal o céspedes constituyen la vegetación dominante. Aunque en las praderas de las regiones templadas pueden existir más de 50 especies de plantas vasculares y en las praderas tropicales más de 200, en general, dos o tres especies de gramíneas son las que dominan más del 60% de la biomasa del terreno; aquí habitan grandes herbívoros y aves, además de una gran cantidad de flora.
Los principales pastizales templados son los siguientes:
Las gramíneas están bien adaptadas para cubrir el suelo descubierto y son relativamente resistentes tanto al fuego como al pastoreo debido a que sus hojas crecen desde la base, a diferencia de la mayoría de las plantas donde las hojas nuevas se originan continuamente de las puntas de las ramas. Siempre que su base permanezca intacta, puede haber crecimiento inmediatamente luego de haber sido quemada o comida la parte productiva de las gramíneas. Sus hojas tienen un alto contenido de sílice que desgasta los dientes de los animales que pastorean, y algunas especies no gramíneas son altamente tóxicas para los herbívoros. La mayoría de las gramíneas proliferan por medio de estolones, tallos subterráneos horizontales y que producen nuevas hojas a intervalos regulares. Otras, especialmente en áreas más secas, crecen en mechones lo que les permite resistir la desecación por el viento debido a lo denso de su forma de crecimiento; muchas especies no gramíneas son similares estructuralmente. Las gramíneas son polinizadas por el viento, lo que es muy efectivo en este ambiente abierto.
La vegetación en las praderas ubicadas en el hemisferio sur es mucho más densa ya que tiene más y lluvias que en la zona del Norte. En cuanto a tipos de flora podemos encontrar El Juncal, girasol, trébol, gramíneas entre otros.
Por la cantidad de animales herbívoros y su pastoreo, grandes incendios y las pocas precipitaciones rubiales existe una escasez de árboles en este bioma. Por el contrario la mano del hombre actuado con contundencia en las diferentes praderas en beneficio de producir principalmente cereales como pueden ser el trigo, maíz y otro tipo de granos esenciales para el consumo humano.
De las praderas de América del Sur son originarios roedores y otros animales pequeños: vizcachas, maras y cuises, armadillos como los peludos y mulitas, comadrejas, lagartijas y zorros. Entre las aves se encuentran ñandúes, perdices americanas, lechuzas, patos, martinetas, chajáes, teros, chimangos y caranchos. De las especies de pájaros que pueblan los sitios arbolados se distinguen horneros, cardenales, calandrias, benteveos, tijeretas, churrinches y picaflores. En las regiones de pajonales abundan los pechos colorados, las cachirlas y los chingolocanario .
En América del Sur corren peligro de extinción el puma y el venado de las pampas. En América del Norte los bisontes, que hasta el siglo pasado formaban grandes rebaños, ahora viven en reservas naturales. Por otra parte, también son animales característicos de esas praderas el tejón norteamericano, la mofeta rayada y el coyote. En las praderas asiáticas se encuentra el antílope saiga, que también frecuenta las estepas.
La fauna de la pradera cumple un papel fundamental en la preservación del equilibrio natural, esencial para la cadena alimentaria. Numerosas especies de animales excavadores de las praderas, al remover el suelo, modifican el contenido postresal mineral de este y posibilitan el crecimiento de las especies vegetales. Bajo tierra actúan las lombrices y otros invertebrados que, además, oxigenan el suelo, junto con millones de bacterias que descomponen los residuos orgánicos.
El clima de la pradera ante territorios que son semiáridos, es un clima húmedo donde el invierno es frío y los veranos son cálidos alcanzando los 21 grados centígrados.
Se pueden distinguir dos estaciones a lo largo del año; la de latencia y la de crecimiento. La estación de crecimiento es cuando la vegetación puede crecer y no hay heladas, la estación de latencia debido al frío la vegetación no crece.
El bisonte americano es originario desde el norte de Chihuahua hasta Canadá. Es el mamífero de mayor tamaño en el continente americano, el macho puede pesar más de una tonelada, la hembra 500 kg, y medir hasta 1,80 m de altura.
En verano la hierba jugosa de las praderas le ofrece comida suficiente y abundante, mientras que en los meses invernales su alimento se limita a ramas y hojas secas, líquenes y musgos.
Hace muchos años había millones pastando libremente por Norteamérica, pero la cacería desmedida casi termina con ellos. Desde principios del siglo xx, los bisontes americanos están protegidos por disposiciones legales encaminadas a evitar la extinción de la especie. Hoy día, viven en las reservas existentes en los grandes parques nacionales de Estados Unidos.
La fauna que habita en la pradera no suele ser abundante. Algunos animales que viven en este hábitat son las aves (como el ñandú), el conejo silvestre, la vaca, el coyote, el armadillo, el zorro y en algunas praderas se encuentra el bisonte y el antílope. Se trata, en general, de herbívoros y aves.