La ciudad de Buenos Aires fue federalizada y convertida en Capital de la Nación. El antiguo municipio amplió su territorio siete años después ya que se le anexó superficie que correspondía hasta ese momento a la provincia de Buenos Aires, que incluía dos núcleos urbanos -Flores y Belgrano- a los que se sumaban sus dos vastas zonas adyacentes de tierras desocupadas.
En 1880 la Ciudad de Buenos Aires era aún administrada por un órgano delegado llamado Comisión Municipal integrada por notables y repetados vecinos como Eustoquio Díaz Vélez (hijo), Antonio Devoto y José María Bosch -entre otros-, que en su sesión del 4 de diciembre de dicho año proclamó como su Presidente a Torcuato de Alvear y que rápidamente se dedicó a sanear las alicaídas arcas citadinas e iniciar una etapa de progreso a partir de la cual se iniciaron obras en los servicios públicos que fueron acompañadas por el embellecimiento urbano.
A pesar del crecimiento demográfico de Buenos Aires, la ciudad no adquiere el aspecto edilicio, urbanístico, confortable, de una ciudad moderna hasta el presidente Roca, con la admi-nistración y gestión de la comisión municipal presidida por Torcuato de Alvear, a quien se deben múltiples iniciativas que dieron a la capital de la República una fisonomía hasta allí apenas entrevista.
La primera preocupación de Alvear fue la de las obras de salubridad, abastecimiento de aguas para el consumo y desagües; al mismo tiempo procedió al adoquinado de las calles. Dispuso también que se diese mayor impulso a la terminación del hospital Buenos Aires e inició el Asilo de mendigos, el dc Inválidos, el Hospicio de las Mercedes, el nuevo hospital San Roque, etc.
En 1882, Roca urgió al Congreso la sanción del proyecto de ley orgánica municipal, que al fin fue promulgada en noviembre del mismo ario. La municipalidad se constituyó con un concejo deliberante dc elección democrática, consultivo y legislativo, y un departamento ejecutivo a cargo de un intendente que designaría el presidente de la República, con acuerdo del Senado. Disuelta la primitiva comisión municipal, Torcuato de Alvear fue nombrado el 14 de mayo de 1883 primer intendente de Buenos Aires.
Torcuato de Alvear fue un político conservador que era el quinto hijo del guerrero de la independencia Carlos María de Alvear, era el Presidente de la Comisión Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, entre 1880 y 1883, cuando Roca por medio de una ley para reglamentar la nueva ciudad del gobierno nacional lo nombro intendente de la ciudad , siendo el primer Intendente municipal de la ciudad de Buenos Aires entre 1883 y 1887
Se plantaron árboles en todas las grandes avenidas, fueron rectificadas algunas, pavimentadas con adoquines de granito, como la de Alvear hasta Palermo, la de Callao y su continuación Entre Ríos, las de Santa Fe, Corrientes, Independencia, Caseros, Rivadavia y Almirante Brown. Fueron embellecidas y reformadas las plazas de San Martín, Lavalle, Once de Septiembre, Constitución, Vicente López, Lorca, Belgrano, Libertad, Recoleta, etc. Se ordenó y acondicionó el cementerio de la Chacarita. Para la apertura y ensanchamiento de calles fue preciso vencer no pocas resistencias de propietarios de casas y terrenos, y fue sancionada una ley que autorizó la expropiación y ocupación de propiedades particulares situadas fuera de los linea-mientos de nuevas arterias y el acondicionamiento de las antiguas.
Surgió así la avenida de Mayo, desde la plaza de Mayo hasta la calle Entre Ríos, para lo cual se dividieron en dos mitades las manzanas entre las calles Rivadavia y Victoria, hoy Hipólito Yrigoyen. Quedaron así demolidas la vieja Recova, que separaba la plaza de la Victoria de la de Mayo, formando una sola y amplia plaza. Se incorporaron y federaron los municipios de Flores y Belgrano, enriqueciendo así el ejido urbano. La población de Buenos Aires, que tenía en 1880 unos 270.000 habitantes, alcanzó en 1886 a 434.000, con los contornos, la apariencia y los servicios de una gran ciudad moderna.
Se ha comparado la labor edilicia de Torcuato de Alvear con la del virrey Vértiz y con la de Rivadavia, los dos propulsores máximos de la urbanización de la capital.
Torcuato de Alvear en el contexto de una gran cantidad de obras destinadas a la sanidad y el embellecimiento urbano decide la demolición de la Recova. El Intendente decide comenzar los trabajos de demolición sobre el arco central de la recova en agosto de 1883 ya que este pertenecía a la Municipalidad. El resto del edificio, que pertenecía a la familia Anchorena, entró en proceso de expropiación y fue demolida completamente en mayo de 1884.
Los trabajos de demolición del arco central comenzaron el 9 de agosto de 1883 y duraron 8 días. El resto del edificio comenzó a demolerse el 8 de mayo de 1884, apenas se solucionó el juicio de expropiación, y se lo terminó el 14 de ese mismo mes, continuando los trabajos varios días más para limpiar los escombros y empedrar el espacio que había ocupado.