Combate de San Roque

La Batalla de San Roque fue un combate durante las guerras civiles argentinas librado entre el gobernador Juan Bautista Bustos y el general de la independencia José María Paz en las márgenes del río Primero, aguas arriba de Córdoba, Argentina, el 22 de abril de 1829. Como resultado de la victoria de Paz, éste asumió el gobierno de la provincia de Córdoba.

Llegada de Paz a Córdoba

Mientras Lavalle buscaba una transacción con Juan Manuel de Rosas para poner término a la guerra civil, el general Paz se adueñaba sin lucha de la ciudad de Córdoba el 12 de abril, habiendo abandonado el gobernador Bustos su defensa, y retirándose al oeste de la ciudad con 1.600 hombres de las tres armas para situarse en la hacienda de San Roque.
Paz intentó evitar la efusión de sangre y llegar a una forma de arreglo; envió a Bustos tres comisionados para pedirle que dejase a los representantes la libre elección del gobernador de la provincia.
En ese caso se ponía al nivel de Bustos, que había utilizado las fuerzas nacionales en Arequito para encumbrarse en la provincia natal.
Bustos dio en su respuesta a Paz la impresión de querer la transacción, pero cuando Paz se mostró dispuesto a aceptar las contra propuestas, se manifestó reticente y no se pudo llegar a un acuerdo; por algún motivo, Bustos quería ganar tiempo y en vista de ello Paz resolvió avanzar con su ejército el 17 de abril en dirección a San Roque, creyendo obligar así al adversario a solucionar las cuestiones pendientes en forma pacífica sin recurrir más que en último extremo a la fuerza. Detuvo la marcha cinco kilómetros antes de San Roque y volvió a insistir en la conciliación. 

Juan Bautista Bustos

Bustos escapó hacia La Rioja para solicitar la ayuda de Quiroga; este organizó una fuerza para enfrentar a Paz con tropas de su provincia y milicias cordobesas comandadas por el propio Bustos. Unitarios y federales se enfrentaron en con Quiroga y Bustos en la La Tablada el 22 y 23 de junio de 1829. El ejército comandado por Paz, numéricamente inferior pero mucho más disciplinado, mejor pertrechado y con abrumadora superioridad de artillería y -sobre todo- dirigido por un extraordinario táctico-estratega, derrotó a las fuerzas de Quiroga. Bustos combatió con extraordinaria valentía, pero al retirarse fue sorprendido por una patrulla en la costa del Río Primero. Para evitar ser capturado, Bustos se arrojó a las aguas con su caballo, causándose traumatismos de tórax.Consiguió refugio entre los gauchos de la zona, y después de un par de días logró llegar a la ciudad de Santa Fe. Allí fue acogido por Estanislao López, que lo recibió cordialmente y le procuró todo tipo de cuidados. Pero su salud estaba afectada gravemente, y murió el 18 de septiembre de 1830.

Entevistas entre Paz y Bustos

Hubo dos entrevistas entre Paz y Bustos, previo canje de rehenes, con los respectivos ejér-citos separados por el río San Roque. Se llegó finalmente al compromiso por parte de Bustos de delegar el mando en Paz y éste se retiró, contramarchando el 18 y el 20 hasta las inmediaciones de Córdoba, pues Bustos había dado a conocer el convenio celebrado. Pero el 21 de abril se aclaró la situación y los motivos de Bustos para tratar de ganar tiempo, pues esperaba un refuerzo de San Luis, que llegó ese día a 50 kilómetros de San Roque al mando del comandante José Rodríguez; al mismo tiempo las fuerzas que guarnecían Río Cuarto aceleraban sus marchas para llegar a San Roque.

Comprobada así la mala fe de Bustos, Paz resolvió volver sobre San Roque para anticiparse al refuerzo que esperaba el adversario; al amanecer del día 22 se hallaba a la vista de las avanzadas enemigas, pero en lugar de atacar sin previo aviso, envió a Bustos un nota intimándole la disolución inmediata de su ejército, pues en caso contrario pasaría al ataque. Bustos quiso justificarse, pero sus tropas se hallaban desplegadas para la batalla.

La batalla

Los efectivos de Bustos eran superiores a los de Paz y la posición que ocupaba le favorecía; contaba también con ocho cañones y un obús.

Reconocido el terreno, dispuso Paz el avance contra el adversario en dos columnas; el lugar de la acción se halla hoy cubierto por las aguas del lago artificial. La operación entrañaba riesgos, pero las disposiciones tomadas daban seguridad sobre el resultado final. Contaba Paz con jefes experimentados, Deheza, Aráoz de Lamadrid y otros, y con tropas aguerridas y disciplinadas. Las fuerzas de Bustos cedieron al primer choque vigoroso y se desbandaron, dejando en poder del vencedor 200 prisioneros, ocho piezas de artillería y todo el parque.

Bustos, seguido en la fuga por algunas fracciones de caballería, penetró en la sierra en dirección a Pocho, desde donde se dirigió a La Rioja en busca de la protección de Juan Facundo Quiroga.

Consecuencias

Bustos debió abandonar la región, refugiándose entre las tropas de Quiroga, pero abandonando su provincia. Sólo un mes más tarde, Bustos y Quiroga buscaron la revancha: invadieron la provincia, ocuparon la mayor parte de la sierra y luego la capital de la provincia. Y enfrentaron a Paz en la batalla de La Tablada. Pero, en definitiva, la victoria volvió a ser para Paz.

La provincia de Córdoba quedó entonces bajo el mando de Paz y de los unitarios, unidos a los federales que se habían distanciado de Bustos y a los jóvenes abogados y comerciantes. Por el momento no pudo hacer mucho más que forjar una alianza tácita con los gobiernos unitarios de Tucumán y Salta, pero después de las siguientes batallas pudo formalizar la Liga del Interior.

La batalla de San Roque fue la primera de las cuatro que mandó en jefe el general Paz. Ganó las cuatro por amplio margen, destacándose como el mejor general argentino de su tiempo.

El campo de batalla donde se combatió la batalla de San Roque está actualmente bajo las aguas del Lago San Roque.