Campaña del Sur de Chile

Los fugitivos de Chacabuco y el comandante Barañao, que no llegó a tiempo a participar en la batalla, se dirigieron a Chillán, donde se reunieron con el coronel Sánchez y con el intendente de Concepción, coronel José Ordóñez. Bajo la dirección de éste, se formó un primer núcleo de resistencia. Después de fortificar la línea de Arauco, se hicieron fuertes en Talcahuano, protegidos por algunas naves de guerra fondeadas en el puerto. Las fuerzas patriotas del sur operaban al mando de Freire, ocupaban Talca y cubrían la línea del Maule, con un total de 600 hombres.

La campaña

Los jefes realistas Sánchez y Ordóñez no tardaron en reunir un millar de combatientes, y entonces San Martín ordenó que fuese en su persecución una división de las tres armas al mando del coronel Las Heras, que llevaba como segundo jefe al teniente coronel Melián, y como tercero al sargento mayor Enrique Martínez; la fuerza de esa división sumaba 1.290 hombres. Las Heras debía reunirse con Freire y operar combinados contra los realistas.

Destacamentos avanzados de Freire sufrieron una derrota en la villa del Parral, atacados por fuerzas varias veces superiores; al tener noticias Freire de lo ocurrido entró en acción y avanzó hasta Longavi, obligando a los realistas a replegarse sobre el Bío-Bío.

El avance de Las Heras fue lento, a causa de numerosos contratiempos y dificultades; eso permitió a Ordóñez concentrarse en Concepción y reforzar las fortificaciones de Talcahuano. O'Higgins dispuso que se instruyese un sumario por el retardo de la división del sur y decidió partir él mismo a mediados de abril con 800 hombres, que tampoco pudieron avanzar con celeridad a causa de la topografía del terreno y la falta de caballadas.

El 14 de abril llegó Las Heras a Curapaligüe y acampó en la hacienda de ese nombre, a 26 kilómetros de Concepción. Dada la proximidad de Talcahuano, tomó todas las precauciones para evitar cualquier sorpresa. Ordóñez supo la presencia de los patriotas en Curapaligüe y preparó un golpe de mano contra ellos, pero falló la sorpresa con que contaba; después de varios ensayos frustrados de asalto, los realistas se retiraron a Talcahuano.

Las Heras prosiguió su avance y el 5 ocupó Concepción, situación que no le ofreció ninguna ventaja estratégica, a tres leguas de Talcahuano, sobre la cual habría sido temerario un asalto, dado el corto número de tropas de que disponía.

Hubo, en cambio, diversos encuentros de guerrillas; hechos de esta naturaleza se repitieron a menudo, pues mientras las partidas realistas procuraban cortar el abastecimiento de los patriotas en Concepción, éstos contraatacaban con relativo éxito. Pero Talcahuano fue refor-zado a comienzos de mayo desde Lima con 1.600 hombres.

Las Heras informó a O'Higgins sobre la nueva situación y la probabilidad de que Ordóñez iniciase una ofensiva contra Concepción antes de que pudiesen llegar las tropas de O'Higgins.

Coronel José Ordóñez

Después de la derrota española de Chacabuco, en que no participó, se replegó hacia la capital de su intendencia. Al conocer la proximidad de las fuerzas de Las Heras, pretendió atacarlo por sorpresa en Combate de Curalí, pero fue derrotado (esta batalla es conocida por los argentinos como de Curapaligüe). Tuvo que abandonar la ciudad y encerrarse en las fortalezas del cercano puerto de Talcahuano. Atacó nuevamente a Las Heras, siendo derrotado por segunda vez en la Batalla del Cerro Gavilán.

Cerro Gavilán

Las Heras emplazó su división en el cerró Gavilán, al noroeste de Concepción, tomando posiciones para el caso de un ataque enemigo. Ordóñez, efectivamente, trató de adelantarse a la reunión de Las Heras y O'Higgins y atacó cerro Gavilán el 4 de mayo, con fuerzas muy superiores. La lucha fue reñida entre los patriotas y las dos columnas atacantes, una a las órdenes de Morgado y la otra a las de Ordóñez. Ya se había definido la situación cuando apareció el mayor Cirilo Correa, de la columna de O'Higgins, con dos compañías que intervinieron en la fase final del combate.



Operaciones sobre Arauco

El 6 de mayo se reunieron las fuerzas de O'Higgins y las de Las Heras, y el primero tomó el mando de las operaciones, disponiendo que se iniciasen -los preparativos para el sitjp de Talcahuano, para lo cual se imponía su aislamiento en la península de Tumbes y la interrupción de sus comunicaciones con tierra firme.

Cerro Gavilán

Poco después de las 2,45 hs. am, dos batallones se lanzaron al asalto; sufrieron elevadas pérdidas al atravesar el foso, pero lograron escalar la primera muralla que defendía el recinto. En seguida llegaron los otros dos batallones y utilizando escalas penetraron en la fortificación. Los artilleros de las primeras baterías fueron aniquilados. 
El intento de dos batallones para apoderarse del cerro del Cura fracasó debido a la eficacia del fuego enemigo y Las Heras quedo aislado en El Morro, intensamente batido por el fuego de la defensa. Cuando iba a emprender un nuevo ataque, recibió la orden de retirada impartida por OHiggins.

El enemigo sin embargo disponía del mar y podía comunicarse con los fuertes de Arauco y recibir de allí refuerzos y abastecimientos. O'Higgins comprendió que la posesión de esa línea debía ser previa a cualquier ataque a la plaza y encomendó a Freire que cumpliese esa misión. Cienfuegos tomó la fortaleza de Santa Ana, Freire la de San Pedro y finalmente la de Arauco, combinando las tropas de Freire con las de Cienfuegos. Sin embargo, la fortaleza fue recu-perada por el jefe realista Juan Bautista Díaz con ayuda de los indios, valiéndose de una estratagema para hacer salir a Cienfuegos de ella. Los patriotas volvieron a reconquistar el fuerte y aniquilaron las partidas de Díaz. Con la pérdida de la línea de fuertes de Arauco, los realistas quedaron en el sur reducidos a la plaza de Talcahuano, sin contacto por tierra con el interior del territorio.

Patriotas defendiendo la posición en Talcahuano

El ejército patriota tuvo que retirarse con numerosas pérdidas, unos 300 hombres entre muertos y heridos Los realistas tuvieron unos 150 bajas entre muertos y heridos y  mantuvieron Talcahuano en su poder y continuaron disponiendo así de un seguro lugar de desembarco y base para operaciones ulteriores, lo que habría de contribuir a la prolongación de la lucha por la independencia en territorio chileno. 

Sitio y asalto de Talcahuano.

O'Higgins dispuso el sitio de Talcahuano a mediados de mayo de 1817. Pero los españoles tenían el dominio del mar y no podían ser rendidos por hambre. Comenzaron los encuentros a modo de tanteos para buscar las partes vulnerables. El 23 de julio se llevó un ataque a fondo que duró varias horas y los atacantes comprendieron lo estéril de la insistencia y se ordenó el repliegue.

O'Higgins pudo disponer de 3.700 hombres, 5 piezas de artillería liviana y un obús. Ordóñez contaba con tropas veteranas, artilleros, el barco de guerra La Venganza con 44 cañones y el bergantín Potrillo, con 18 piezas. En conjunto, la plaza contaba con 70 cañones de fortaleza, de gran calibre, 53 piezas de las naves de guerra, cinco cañoneras y 1.700 hombres.

Las operaciones del asalto se iniciaron el 25 de noviembre. O'Higgins intimó la rendición y Ordóñez le respondió que se defendería hasta morir, abriendo el fuego con su numerosa artillería. El 5 de diciembre un vendaval obligó a las naves a refugiarse en el puerto; en la mañana siguiente se dio el asalto en regla. Las Heras atacó el Morro, pero sufrió grandes pérdidas al cruzar el foso que rodeaba la fortaleza. La muralla fue alcanzada y la infantería penetró en el recinto fortificado, apoderándose de las dos primeras baterías en una carga a la bayoneta.

En plena lucha, la flotilla patriota de Manning, con las lanchas que había preparado Arcos, tomó por asalto una cañonera realista en las proximidades del castillo de San Vicente. Pero las bajas de los asaltantes fueron tantas que casi todos resultaron heridos y la nave no pudo hacerse a la mar por falta de personal para la maniobra. Manning tuvo que resignarse a volver a Concepción con sus heridos y abandonar la cañonera.

En todos los sectores se dio muestras de extraordinario arrojo; la brigada del teniente coronel Conde llegó hasta el foso del castillo de su sector, pero no pudo dar un paso más y tuvo que retroceder con grandes pérdidas. Los batallones de Las Heras, después de ocupar el castillo del Morro, se dirigieron al rastrillo para posesionarse del puente levadizo, pero las baterías del Cerro del Cura paralizaron por completo el ataque. La situación se había vuelto insostenible, pues todos los cañones de la plaza fueron apuntados hacia las fuerzas de Las Heras después de, la retirada de Conde.

O'Higgins observaba los hechos desde la Puntilla y vio que el sacrificio de Las Heras sería inútil; le hizo llegar la orden de retirada. Había amanecido ya y era difícil desprenderse del fuego enemigo; Las Heras en esa situación hizo formar a sus tropas en columna y emprendió el re-greso como si se tratase de una marcha militar en medio del huracán de proyectiles que se dirigía hacia ella.

Tan intensa y agotadora había sido la lucha que los realistas no se atrevieron a iniciar la persecución de las tropas patriotas en retirada.

O'Higgins, sin municiones de artillería, sin cartuchos, se concretó en lo sucesivo a prolongar el sitio sin empeñar ninguna acción ofensiva, pero obligando a Ordóñez a mantener el fuego de sus piezas de artillería sobre la zona de pantanos que rodeaba la plaza y sobre los caminos pro-cedentes de Concepción.