Luego de las elecciones de 1946, Evita comenzó a hacer abierta campaña por el voto femenino, a través de mítines de mujeres y discursos radiales, al mismo tiempo que su influencia dentro del peronismo crecía. El proyecto de ley fue presentado inmediatamente después de asumido el gobierno constitucional (1 de mayo de 1946). A pesar de que era un texto brevísimo en tres artículos, que prácticamente no podía dar lugar a discusiones, el Senado dio media sanción al proyecto el 21 de agosto de 1946, y finalmente fue aprobado en Cámara de Diputados el 9 de septiembre de 1947 la Ley 13.010, estableciendo la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres. El Partido Peronista Femenino logró obtener 23 diputadas, tres delegadas de territorios nacionales y 6 senadoras ―las únicas mujeres presentes en el Congreso Nacional―, y 80 legisladoras provinciales.
Entre 1945 y 1948 los salarios reales de los empleados públicos tuvieron un alza del 35 % y los de los obreros industriales subieron en un promedio del 50 %. En el mismo período el consumo, tanto en el sector público como en el privado subió alrededor del 20 %. Las cajas de jubilaciones pasaron de 300 000 afiliados en 1944 a 3 500 000 en 1949. Y se estableció por ley un fondo para otorgar pensiones a toda persona de escasos recursos mayor de 60 años no amparada por ningún sistema jubilatorio.
A esta realidad se sumaron beneficios del salario indirecto: colonias de vacaciones, planes de vivienda, la asistencia de la Fundación, dirigida por Eva Perón, en la distribución de indumentaria, textos escolares y la atención de necesidades individuales y familiares.
En 1949, Perón había reformado la Constitución Nacional, donde se lo habilitó para poder ejercer un nuevo mandato (1952 a 1958).
Perón se presentó nuevamente como candidato —en las primeras elecciones nacionales en que votaban las mujeres— y obtuvo la victoria con un 62 % de los votos. A partir de su reelección, se produjeron algunos cambios significativos en el plano económico.
Los salarios, que habían aumentado considerablemente hasta ese momento, se congelaron al igual que los precios por medio de contratos bianuales. El IAPI comenzó nuevamente a subvencionar al sector agrario. Se logró controlar el proceso inflacionario. El llamado al capital extranjero con el propósito de desarrollar la industria pesada, Segundo Plan Quinquenal, fue motivo de polémicas y atrajo las críticas de los opositores, entre ellos Frondizi.