El 15 de enero de 1944 se produjo en San Juan un violento terremoto; el área del sismo abarcó unos 190 km2, comprendiendo El Marquesado, Desamparados, ciudad de San Juan, Trinidad, Concepción, Santa Lucía, Chimbas, Albardón, Angaco. Los temblores se repitieron, con menos intensidad, durante varios meses. La ciudad de San Juan fue casi totalmente destruida y no menos de 10.000 habitantes que no lograron abandonar a tiempo sus domicilios, quedaron sepultados entre los escombros. Se había conocido otro sismo, en 1894, pero mucho más leve y los estragos fueron mucho menores. La casa natal de Sarmiento, declarada monumento nacional, sufrió daños, pero pudo ser reparada y es ahora una reliquia de la catástrofe. El país entero fue hondamente sacudido en sus sentimientos y todas las manifestaciones de solidaridad con los sobrevivientes testimoniaron el dolor colectivo ante la tragedia.
El terremoto de San Juan de 1944 ocurrió el 15 de enero de 1944 a las 20:52 de la noche (hora local), y tuvo su epicentro a 20 km al norte de la ciudad de San Juan, en las proximidades de La Laja (departamento Albardón). Se estimó su magnitud de ondas superficiales (Ms) en 7,4 grados, la magnitud de momento (Mw) fue calculada años más tarde entre 6,9 y 7,0 y la profundidad entre 11 y 16 km. Este sismo en Argentina se considera el evento natural más destructivo que se haya registrado en la breve historia del país. Su intensidad máxima fue de 9 en la escala de Mercalli modificada.
Este terremoto puede entenderse como un estudio caso control sobre la urbanística, la planificación, el control estratégico y la prevención de catástrofes, inexistentes hasta 1944. Influyó en la creación del SIFEM (Sistema de Prevención de Catástrofes Naturales) en Argentina.
El terremoto destruyó el 80 % de la Ciudad de San Juan. Si bien las primeras estimaciones hablaban de 15 000 víctimas,[cita requerida] entre muertos y heridos, estudios posteriores (Healey, 2002, Mendoza, 2004, Alvarado y Beck, 2006) indicaron que el número de muertos en este terremoto fue de alrededor de 9.000 personas. Muchos de los fallecidos nunca fueron encontrados. Después del terremoto se comenzaron a tomar medidas para lograr la reconstrucción de San Juan, se creó un organismo que encaró un plan regulador para la construcción antisísmica ya que el 98% de las construcciones de la época eran de adobe.
Puede afirmarse que los efectos desastrosos del sismo se debieron no solo a la violencia del movimiento, sino a la pésima calidad de la edificación, por la ausencia absoluta de legislación o de buenas prácticas de construcción. La ciudad tenía antecedentes de movimientos sísmicos en localidades de la Región de Cuyo, antes y después de 1900.
El terremoto que asoló la ciudad de San Juan en 1944, destruyó miles de viviendas, edificios públicos, obras comunales e históricas y la economía de gran parte de la población, que representaban el patrimonio acumulado en varias generaciones, sin contar la pérdida irreparable de miles de vidas humanas.
La situación creada a la provincia por el sismo se hizo particularmente grave por su economía de monocultivo. Había que enfrentar la obra fabulosa de reconstruir los centros de actividad de la ciudad y la vivienda para gran parte de su población, cuando en su mayoría ésta carecía de los recursos para resolver por sí misma su problema habitacional. La Argentina debió aceptar, a partir de 1944 el desafío de poner en pie casi toda una ciudad de más de 80.000 habitantes.
El terremoto de 1944 desató la solidaridad popular con grandes colectas y la solidaridad de las provincias vecinas, se brindo desde alimentos y abrigo hasta médicos y enfermeras fueron llegando a un San Juan en ruinas
Las principales actuaciones llevadas a cabo en este período en materia de vivienda fueron las del Consejo de Reconstrucción de San Juan, el Banco Hipotecario Nacional y el Instituto Provincial de la Vivienda en menor medida.
La Nación acudió en ayuda de la provincia de Sarmiento y el Poder Ejecutivo nacional creó el Consejo de Reconstrucción de San Juan, dependiente del Ministerio del Interior, éste emprendió acciones para atender la emergencia, entre las que comprendió la construcción de barrios de carácter precario, así surgieron 25 barrios en zonas suburbanas con serios problemas de infraestructura básica de servicios. En el Gran San Juan se construyeron 7794 viviendas, mientras que en los departamentos fueron distribuidas 1930 viviendas.
La ubicación de estos barrios, preferentemente en la periferia de la ciudad, promovió la posterior formación de villas miseria y a la vez la extensión de la mancha urbana, alineando otros asentamientos espontáneos indicando los primeros antecedentes de la posterior expansión de la ciudad, hacia el oeste y sur principalmente. Además tienden a ocupar las áreas intermedias entre campo y ciudad.
Aquella catástrofe motivó una serie de eventos sociales para recaudar fondos con el fin de ayudar a los damnificados por el fenómeno natural.
Dos días después se realizó un acto en el estadio Luna Park, organizado por la Secretaría de Trabajo y Previsión, con el objetivo solidario de ayudar a las víctimas del terremoto. En ese ámbito se conocieron Juan Domingo Perón y quien sería su futura esposa: la actriz María Eva Duarte.
El amor fue instantáneo y pasaron pocos días hasta que ambos decidieron irse a vivir juntos. Evita comenzó a tener una participación activa en política con el fin de impulsar medidas que favorecieran a la ayuda social y al apoyo a los derechos políticos de la mujer.
Así lo recordaba Perón
“Eva entró en mi vida como el destino. Fue un trágico terremoto que sacudió la provincia de San Juan, en la cordillera, y destruyó casi enteramente la ciudad, el que me hizo encontrar mi mujer. En aquella época yo era ministro de Trabajo y Asistencia Social. La tragedia de San Juan era una calamidad nacional (…). Para socorrer a la población movilicé al país entero; llamé a hombres y mujeres a fin de que todos tendiesen la mano a aquella pobre gente de aquella provincia remota (…). Entre los tantos que en aquellos días pasaron por mi despacho, había una joven dama de aspecto frágil, pero de voz resuelta, con los cabellos rubios y largos cayéndoles a la espalda, los ojos encendidos como por la fiebre. Dijo llamarse Eva Duarte, ser una actriz de teatro y de la radio y querer concurrir, a toda costa, a la obra de socorro para la infeliz población de San Juan”.
Luego de la convocatoria de la Secretaría de Trabajo y Previsión para ayudar a las víctimas del terremoto de San Juan, se realiza un festival solidario en el Luna Park al que acudieron un centenar de artistas, entre ellos, la actriz Eva Duarte. El 22 de enero 1944: “En el festival del Luna Park por los damnificados del terremoto de San Juan, Juan Domingo Perón conoce a Eva Duarte”