La Junta de Buenos Aires, el 4 de septiembre de 1810, nombró a Manuel Belgrano, en principio, comandante en jefe de las fuerzas destinadas a operar en la Banda Oriental, otorgándole el despacho de brigadier. Pero ante el nuevo rumbo que se dio a las operaciones, mediante un nuevo nombramiento, firmado el 22 de septiembre de 1810, se extendió su autoridad a los territorios de Santa Fe, Corrientes y Paraguay. Se destinaron, como fuerza principal del ejército revolucionario 200 infantes de la guarnición de Buenos Aires, escogidos de los cuerpos de Regimiento de Infantería N° 3 Arribeños, Regimiento de Pardos y Morenos y Regimiento de Granaderos de Fernando VII. A ellos se sumaron diversos elementos de las costas del Paraná, las milicias de Misiones y Corrientes, que también se pusieron a disposición de Belgrano.
En San Nicolás de los Arroyos, sumó 357 hombres, de los cuales 60 eran veteranos del Regimiento de Blandengues de la Frontera; de ellos dice el general: "Los soldados todos son bisoños y los más huyen la cara para hacer fuego". Respecto del armamento de los citados, agrega: "... las carabinas son malísimas y a los tres tiros quedan inútiles".
En Paraná, Belgrano recibió refuerzos de milicias de caballería y artillería y le llegó el anuncio de la Junta del envío de 200 Patricios (regimientos 1 y 2) para reforzar sus tropas. El ejército expedicionario completó un efectivo de 950 hombres, de los cuales la mitad era de infantería.
La vestimenta y equipo de los infantes eran precarios e incompletos y estaban armados con fusiles a chispa, con un alcance eficaz de 150 metros y bayoneta. No tenían carpas para el personal ni para el material en general. Para la alimentación se compraba ganado o se lo obtenía por donativos.
En la Bajada (próxima a la actual ciudad de Paraná) se organizó e instruyó a los efectivos. El Ejército se organizó en cuatro divisiones:
Los aspectos políticos y militares de la Campaña al Paraguay se pueden resumir en los siguientes:
Esta campaña se realizó en los actuales territorios de las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones, y el de la República del Paraguay. Este espacio geográfico se distinguía por los escasos caminos, la cantidad e importancia de los cursos de agua y de poblaciones para contar con recursos y apoyo logístico. La época del año elegida es de mucho calor y de intensas precipitaciones que convertían el terreno circundante en lodazales con temperatura y humedad sofocantes, en especial en la zona del Iberá y sus esteros.
A fines de octubre inició la campaña por el centro de la Mesopotamia, por el camino que, desde La Bajada, pasaba por las nacientes de los ríos Mocoretá y Curuzú-Cuatiá. Se realizó el desplazamiento de las fuerzas por un solo camino, llevando un intervalo de 24 horas por división. Belgrano debió extremar las medidas para imponer rigurosamente la disciplina por haberse producido algunos casos de deserción.
Dos desertores fueron fusilados como escarmiento, lo que habla de la energía y compenetración del general. Decidió ordenar el adelantamiento de 300 milicianos correntinos a Paso del Rey con la intención manifiesta de engañar sobre el sitio real de franqueo, por el dominio de la navegación fluvial por parte de los realistas de Montevideo e incluso de los de Asunción; así ocurrió que una escuadrilla realista, ocupó a viva fuerza la población de Arroyo de la China (hoy Concepción del Uruguay), el 6 de noviembre de 1810.
Mientras tanto, ordenó al mayor don Ramón Espíndola adelantarse a reconocer lugares de pasaje en otro sector del Paraná. En su marcha, la fuerza expedicionaria debió cruzar el río Corrientes por el paso Caaguazú, de más de un centenar de metros de ancho. Tres días demoró el general Belgrano en cruzarlo. Después de jornadas agobiantes por la alta temperatura, la lluvia y los malos caminos, el ejército alcanzó la margen izquierda del río Paraná, el 4 de diciembre de 1810, frente a la isla Apipé. En menos de dos meses, el general Belgrano condujo su ejército desde la Bajada del Paraná (Entre Ríos) hasta San Jerónimo. No obstante lo expuesto, con el agravante del deficiente pie de instrucción de su tropa, realizó jornadas de hasta 40 kilómetros lo que muestra un rendimiento extraordinario y la ejecución de una operación realmente admirable por el esfuerzo, el sacrificio y la eficiencia.
Los paraguayos que lograron reunir un efectivo numéricamente muy superior al de Belgrano, de unos 7000 hombres, de los cuales 1.000 eran de infantería y el resto de caballería y de artillería, adoptaron una actitud defensiva. Velasco que había combatido en Europa y en Buenos Aires contra el invasor inglés en 1806 y 1807 poseía experiencia militar y se planteó impedir la invasión del territorio por parte de las fuerzas de Buenos Aires. Para ello, estableció una primera defensa sobre la costa del Paraná y si el ejército expedicionario la lograba franquear, atraerlo hacia el interior del territorio y desgastarlo mediante la ejecución de acciones retardantes para alejarlo de su base de operaciones (río Paraná de por medio), creando así las mejores condiciones para pasar a la ofensiva y derrotarlo en el interior de su territorio. Velasco se apoderó de todas las embarcaciones del Alto Paraná y reunió una escuadrilla fluvial, que situó en Paso del Rey (ruta Corrientes-Asunción). Estableció fuerzas de observación en la margen derecha del río, dividiendo la zona de vigilancia en dos sectores: oeste, al mando del capitán Fulgencio Yegros, y este, a cargo del comandante Thompson.
Granadero de Fernando VII
Una compañía del Regimiento de Granaderos de Fernando VII, participó de la Expedición al Paraguay al mando de Manuel Belgrano. El 23 de septiembre de 1810 se reunió con otras fuerzas de la expedición en el campamento de San Nicolás de los Arroyos y luego avanzó por la Mesopotamia argentina integrando la 1° División, bandera roja, al mando del mayor José Machaín. El 19 de diciembre participó del Combate de Campichuelo y luego fue reforzada con soldados de la disuelta Compañía de Zapadores de la Banda Oriental. Formó parte de la vanguardia de la expedición, encontrándose en las batallas de Paraguarí (19 de enero de 1811) y Tacuarí (14 de febrero de 1811). Al repasar el río Paraná, según el parte de fuerzas dado por Belgrano en Candelaria el 21 de marzo de 1811, la compañía participante de la expedición estaba integrada por un capitán, 2 tenientes y 46 soldados.
Bernardo de Velasco
Bernardo de Velasco fue el último gobernador de la provincia del Paraguay y organizo la defensa contra la expedición militar de la junta de Buenos Aires en ella demostró una gran capacidad organizativa y de acción al derrotar a Belgrano en Paraguarí
Fulgencio Yegros
Fulgencio Yegros en 1810 había llegado al rango de capitán y le fue encomendada la defensa de las costas del Paraná en la zona de Paso de Patria, después del triunfo paraguay en la batalla de Paraguarí fue ascendido a teniente coronel. Pasaba por realista y luego de la desmovilización masiva ordenada por Velasco fue de los pocos que quedaron con mando de la tropa, siendo nombrado gobernador de las Misiones. Enterado el 19 de mayo de los movimientos en Asunción el 14, marchó hacia la capital llegando el 21 de ese mes. Era el militar de más prestigio y su liderazgo en el Ejército era indiscutido.
Marcha aproximación ejército junta de Buenos Aires desde La Bajada a Curuzú Cuatiá.