Una vez declarada la independencia, los miembros del Congreso se abocaron a tratar la posibilidad de dictar una Constitución que organizara al nuevo estado. Hubo distintas posturas, entre las que sobresalieron:
Mayoría monárquica: era la forma de gobierno por la que se inclinaba la mayoría de los diputados. Esto se entiende, ya que la
monarquía era la única forma de gobierno que conocían, por lo que estaban convencidos de que la monarquía constitucional era lo mejor; a lo que se sumaba el desprestigio del sistema republicano francés y el regreso de las monarquías absolutas en Europa. Manuel Belgrano, que acababa de llegar de Europa, expuso ante los diputados su convencimiento del sistema monárquico constitucional y aconsejó entronizar a un descendiente de los
Incas, idea que captó la adhesión de los representantes del Alto Perú.
Hubo dos diputados que con sus posturas firmes lograron retrasar una definición sobre este tema. Uno
Fray Justo Santa María de Oro, que al no tener instrucciones de su provincia, manifestó su decisión de retirarse del Congreso si se determinaba una forma de gobierno sin consultar previamente a los pueblos. El otro fue
Tomás Manuel de Anchorena que impulsó el concepto de "Federación de Provincias".
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