En mayo de 1810, los hombres de Buenos Aires consideraron que no había autoridad legítima en España. Esta fue la semilla de libertad que germinó el 9 de julio de 1816.
La revolución federal del 15 de abril de 1815 destituyó al
Director Supremo Alvear, disolvió la Asamblea de 1813 y dio nuevos impulsos a la idea de convocar a un "Congreso Constituyente". El Estatuto Provisional determinó que los diputados se reunirían en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Esta fue una decisión acertada: si la convocación hubiera sido en Buenos Aires, difícilmente las provincias hubieran aceptado concurrir de buen grado.
Para elegir a los diputados, el Estatuto Provisional determinó el método de elección indirecta:
Los ciudadanos de cada ciudad designarían una Junta Electoral. Esta Junta procedería luego a nombrar un diputado por cada 15.000 habitantes o fracción superior a los 7.500.
La Junta Electoral estaba facultada para dictar "instrucciones" a sus diputados, trazándoles la línea de conducta que debían mantener durante el Congreso. Estas instrucciones se referían generalmente a la "declaración de la Independencia" y a la adopción de una Constitución que organizara el Estado.
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