El año 1945, junto con el fin de la Segunda Guerra Mundial, marcó el nacimiento de un mundo nuevo. La Argentina compartió estos cambios universales, pero también ofreció algo profundamente original el nacimientos de un movimiento social que aún desconcierta a los expertos. Nacido en circunstancias singulares, el peronismo aglutina por primera vez las fuerzas sindicales con las políticas e instaura la figura de un líder como cabeza de la transformación. Apenas dos meses después de que el gobierno argentino hubiera declarado la guerra a las potencias del Eje, el conflicto había terminado con la rendición del Tercer Reich. En el escenario del Pacífico quedaba el Japón, cuya derrota definitiva tendría lugar poco después. La Argentina, entretanto, se enfrentaba con las debilidades del gobierno militar instalado el 4 de junio de 1943. Basado en principios indudablemente nacionalistas, sin embargo había tenido que ceder a la presión de los Estados Unidos y abandonar la neutralidad para evitar el aislamiento definitivo.
En el mes de marzo la República Argentina firmó el Acta de Chapultepec (acuerdo panamericano) y se integró a las Naciones Unidas.
Las presiones del gobierno de Estados Unidos se intensificaron cuando ya era evidente que la causa del Eje en la guerra estaba perdida. Como el gobierno militar del general Edelmiro Farrell no cedía a las presiones de Washington, Roosevelt ordenó la congelación de las reservas de oro argentinas en Estados Unidos y retiró a su embajador en Buenos Aires.
Siguiendo las órdenes de Washington, los gobiernos de los demás países latinoamericanos retiraron sus embajadores, con lo que Buenos Aires quedó diplomáticamente aislada. La sanción no alcanza a la economía, puesto que los Aliados necesitan la carne argentina. Aunque los embarques continúan, los pagos quedan congelados.
El final de la guerra produce una distensión interna y el ministro del Interior, almirante Teisaire, anuncia un nuevo Estatuto de los Partidos y se produce la legalización del Partido Comunista.
En un clima de liberalización se invita a los profesores cesantes a reincorporarse a las universidades, cuya autonomía se restablece. Se prohíbe la circulación de Cabildo.
Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión abre así la posibilidad que el movimiento sindical comenzara a transitar una nueva etapa que lo transformaría profundamente la sociedad argentina.
El 4 de abril de 1945 un amplio grupo de dirigentes radicales opositores al unionismo que dirigía la UCR, se reunieron en la entonces ciudad de Avellaneda, corazón del cordón industrial de la ciudad de Buenos Aires, para debatir y consensuar las bases políticas para un programa de centro-izquierda y nacionalista, que pudiera dar respuesta a las nuevas realidades sociales, económicas y políticas que el acentuado proceso de industrialización estaba produciendo en la Argentina. El resultado fue la Declaración de Avellaneda, un documento histórico que se constituyó en una de las bases ideológicas de la Unión Cívica Radical.
Poco después, el 1 de noviembre de 1945 estos dirigentes radicales se reunieron en Rosario para constituir el Movimiento de Intransigencia y Renovación (MIR).
Entre los radicales que integraron y fundaron el MIR hay que mencionar a: Arturo Frondizi, Ricardo Balbín, Crisólogo Larralde, Moisés Lebensohn, Oscar Alende, Juan Gauna, Raúl Rabanaque Caballero, Arturo Illia, Francisco Rabanal. Luego adherirían también Ricardo Rojas, Adolfo Güemes, Elpidio González, Ernesto Giuffra, Miguel Mario Campero, Federico Monjardín, entre otros.
Amadeo Sabattini, simpatizaría con el MIR y se mantendría cercano, pero autónomo y con una posición algo más moderada.
Llega al país el embajador norteamericano Spruille Braden; se vincula con dirigentes opositores; realiza una intensa acción contra Perón, hasta su retiro a fines de setiembre: logra la suspensión de la entrega de armas de su país a la Argentina. La Argentina ingresa a las Naciones Unidas; oposición del canciller soviético Molotov: afirma que el régimen argentino persigue a la opinión pública democrática; la posición soviética es apoyada por la representación estadounidense.
Se anuncia el llamado a elecciones. Trescientas asociaciones patronales de distinta envergadura lanzan el Manifiesto de la industria y el comercio contra la política social de Perón, quien los ataca en discursos radiales de lenguaje radicalizado. Muy variados sectores apoyan a Perón. Acto frente a la Secretaría de Trabajo, convocado por la Confederación General del Trabajo y la Comisión de Unión Sindical; se reúnen 300.000 personas en defensa de las mejoras obtenidas. Perón se acerca a los radicales: envía emisarios a Amadeo Sabattini; hace incorporar al gabinete a los dirigentes Cooke, Antille y Quijano; un grupo de soldados auténticos del yrigoyenismo proclama Perón Presidente. Eduardo Colom reedita La Época, el viejo periódico yrigoyenista.
El embajador Spruille Braden se embarca en una cruzada personal contra Perón. Impulsa a los grupos de oposición democrática, con estilo frontal y agresivo. Para sus enemigos es el cowboy o Al Capone. El presidente Truman opta por sacarlo de la zona de conflicto, promoviéndolo a secretario de Estado adjunto
Se levanta el estado de sitio. Los partidos constituyen la Junta Coordinadora Democrática. Retornan los exiliados de Montevideo. Termina la guerra. Sucesivas manifestaciones opositoras culminan con la Marcha de la Constitución y la Libertad: 250.000 personas desfilan entre Plaza del Congreso y plaza Francia, reclamando elecciones y traspaso del poder a la Corte Suprema.
Fracasa un levantamiento del general Rawson en Córdoba. Fin de la liberalización: se restablece el estado de sitio y son arrestados numerosos opositores. Son intervenidas las universidades; en Buenos Aires y La Plata los estudiantes resisten.
El 28 de agosto apareció el primer número del diario Clarín, fundado por Roberto Noble, con una tirada de 150 mil ejemplares. El matutino es uno de los primeros diarios del mundo que se produce en un diseño más compacto (tabloide), en lugar del típico diseño “sábana”. Noble cuenta con una ya rica trayectoria política como diputado nacional y como ministro en la provincia de Buenos Aires.
Primera edición del diario argentino Clarín (24 de Agosto de 1945)
La crisis de octubre comienza con la designación de Oscar Nicolini, amigo de Eva Duarte, como director de Correos, esto precipita un alzamiento de los oficiales de Campo de Mayo. Durante más de una semana los acontecimientos se produjeron sin cesar. Una porción importante del pueblo estuvo en la calle y los políticos se reunieron con los militares. Conservadores, radicales, socialistas, comunistas, buscaban una salida para la confusa situación que se vivía.
En una lucha palaciega que cambiaba constantemente su balance de fuerzas, el coronel Perón –hasta hacía pocos días el hombre fuerte del gobierno del general Farrell– había sido obligado a permanecer en la isla Martín García. Todo parecía haber terminado allí.
La Marina, los partidos tradicionales y el sector del Ejército que seguía al general Ávalos –uno de los militares que encabezó el golpe de 1943– se hallaban convencidos de que habían detenido el ascenso impetuoso de Perón, que se había despedido desde los balcones de la Secretaría de Trabajo con un discurso obrerista (el anuncio de una ley de asociaciones profesionales y un aumento de sueldo).
Mientras Perón y Ávalos cavilan y la CGT delibera, el 12 de octubre en el Hotel Alvear se presenta un desfile de modelos para el día: el saco tailleur a mitad de la rodilla, líneas angostas y mangas pegadas con hombreras. Con los sobrios trajes sastre se usan sombreros con plumas, pájaros, flores y mariposas. Carmen Miranda, osada, impone los turbantes-canasta. Para la noche, piedras y cristales sobre encaje. Las hábiles bordadoras se multiplican para sustituir el encaje europeo, que falta.
Desde el 13 de octubre Perón se hallaba internado en la isla Martín García. Pero no estuvo más de tres días allí. En Buenos Aires se sucedían los movimientos políticos. Campo de Mayo era un hervidero de opiniones militares donde no se sabía bien si predominaban los partidarios del coronel o los que admitirían la entrega del gobierno a la Corte Suprema. Así lo había propuesto una multitudinaria manifestación en la Plaza San Martín el 11 de octubre, donde un ciudadano fue muerto por la policía. Los días posteriores fueron de agitación, conciliábulo y desconfianza pues cundía la incertidumbre, desde EE.UU., el alto funcionario de la Secretaría de Asuntos Hemisféricos, Spruille Braden, alertaba sobre los supuestos compromisos nazifascistas de Perón.
Todo lo contrario sentían y promovían la mayoría de los sindicatos y organizaciones sindicales nuevas, sobre todo la que agrupa a los obreros de la industria metalúrgica, Recientemente fundada y dirigida por Ángel Perelman. Por su parte, las agrupaciones sindicales de la carne, principalmente las establecidas en Berisso y que siguen la prédica de Cipriano Reyes, hace tiempo estaban activas en apoyo de la figura de Perón. El partido radical se hallaba conmovido pues al parecer el general Ávalos tenía expectativas de ofrecer el gobierno a su más importante figura, el dirigente de Villa María Amadeo Sabattini, que finalmente no aceptó traspasar la medianera que lo separaba del coronel Perón, aunque muchos tenían esa expectativa, como el dirigente de Forja Arturo Jauretche, que en los últimos tiempos había expresado que el yrigoyenismo debía asumir su responsabilidad ante los tiempos convulsionados que se viven, estimulando a una fracción militar –precisamente la del coronel Perón– a que asumiera conductas enérgicas contra lo que denomina el “colonialismo cultural” o el “estatuto del coloniaje”.
El 16 de octubre, el comité central de la CGT llamó a un paro general para el 18. El 17 de octubre fueron llegando a la Plaza de Mayo columnas de obreros y empleados para reclamar la libertad de Perón, del que no se sabía bien si seguía en Martín García o estaba siendo atendido en el Hospital Militar.
La movilización tuvo un grado de espontaneidad notable, pero miles de personas trabajaron para que se concretara. Al caer la tarde, se improvisaron antorchas con el diario La Época, que se repartía gratuitamente y fue uno de los pocos que respaldó a Perón. Su director es Eduardo Colom, que unas horas antes se había dirigido a la impaciente multitud pidiendo calma.
Nadie sabía bien qué hacer, por eso se recibió con perplejidad al doctor Juan Álvarez, procurador general de la Nación, que traía las listas de ministros de un nuevo gobierno, producto irreal de las conversaciones de cenáculo, que ya parecían haber ocurrido el siglo anterior.
La multitud reunida era incalculable y entusiasta, muchos se habían arremangado los pantalones para refrescarse en la fuente central de la plaza. Todos sentían que esa enorme reunión de almas podía encaminar los hechos por su sola presencia.
De repente, Perón salió al balcón y pidió que se cantara el himno , poco después improvisó un discurso en el que se negó a responder la pregunta “¿dónde estuvo?”, diciendo que no quería recordar horas tristes. Por lo que llamó a protagonizar en un futuro una época de felicidad popular y reconocimiento de las reformas sociales. Empleó la expresión “pueblo eterno” y habló como soldado, patriota y trabajador, saludando a su madre en la Patagonia y designando los acontecimientos como “movimiento colectivo del renacimiento de una conciencia de trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria”.
A pesar de que alegó que ya no había razones específicas para cumplir el paro, invitó a hacerlo para el día siguiente, en reconocimiento de la característica inusitada que habían tenido los hechos de ese día. Entre la nutrida muchedumbre que cubría toda la plaza, se vio a los escritores Jauretche y Leopoldo Marechal. A partir de entonces, cualquiera fueran los hechos que sobrevinieran, no podría disminuírsela gran importancia de lo ocurrido ese día.
Se instalan las fábricas Colorín y Philips; también la empresa norteamericana de cosméticos Eli Lily. Se inauguran dos nuevas plantas de Fabricaciones Militares y Yacimientos Petrolíferos Fiscales comienza a distribuir gas natural en Mendoza.
El 11 de octubre, el general Manuel Nicolás Savio anunció la puesta en marcha de los Altos Hornos de Zapla, en Jujuy, durante la celebración del cuarto aniversario de la creación de la Dirección General de Fabricaciones Militares. Seis años antes, con la convicción de que la industria del acero constituía el puntal de nuestra industrialización y desde su alto cargo en la empresa, llamada hasta ese entonces Fábricas Militares, se había propuesto buscar yacimientos de hierro en el país. Para el general Savio, un chorro brillante de hierro nos ilumina el camino de la Argentina.
Se establece el tránsito por la mano derecha y se facilita el desarrollo de la industria automotriz. La Secretaría de Trabajo y Previsión inicia la construcción de varios barrios obreros. Aslan y Ezcurra comienzan a construir la Galería Pacífico remodelando el antiguo Bon Marché, varios pintores son convocados a realizar los frescos de la cúpula.
El 11 de octubre de 1945 se marca el hito trascendental del nacimiento de la siderurgia Argentina, pues en esta fecha se produce la primera colada de arrabio argentino en el alto horno Zapla
Para las próximas elecciones los partidos Socialista, Comunista, Demócrata Progresista y el Demócrata Nacional insistían en la necesidad de una alianza con la Unión Cívica Radical. Ésta, sin embargo, se mantenía indecisa, debido a la oposición del sector intransigente encabezado por Amadeo Sabattini, Arturo Frondizi y Ricardo Balbín.
El 13 de noviembre el gobierno militar convocó a elecciones presidenciales para el 24 de febrero del año próximo. El anuncio se hizo público una vez adoptada la decisión por el gobierno del general Edelmiro Farrell.
Finalmente, el 14 de noviembre se impuso el sector unionista de la UCR para crear la Unión Democrática (UD) pero con la condición de que la fórmula fuera exclusivamente radical y que se excluyera al Partido Demócrata Nacional. El radicalismo eligió como candidatos a dos unionistas: José P. Tamborini y Enrique Mosca.
Los otros partidos critican la exclusión del Partido Demócrata Nacional, al que la UCR no perdona la represión y el fraude electoral sistemático. De todos modos, el PDN ha dado orden de votar la fórmula Tamborini-Mosca.
Adhirien también a la UD pequeños partidos, como el Popular Católico y la Unión Centro Independientes, así como importantes organizaciones estudiantiles, patronales y profesionales, como el Centro de Ingenieros y la Sociedad Argentina de Escritores, entre otros.
Desde el 4 de junio de 1943, la Iglesia ha ganado importantes posiciones, y se ha implantado la enseñanza religiosa en escuelas y colegios. ¿Qué pensar de Perón? Un pequeño grupo está declaradamente en contra, y algunos decididamente a favor. Del resto, muchos dudan: de su nacionalismo, de su prédica social, que por más cristiana que se declare es demasiado agresiva. Pero la alternativa es el Frente Popular: los radicales quizá son moderados, pero están los socialistas y comunistas. Finalmente, la Iglesia recomienda: no se puede votar a ninguna fuerza que incluya en su programa la enseñanza laica. La opción es clara. Están con Perón.
La proclamación de la candidatura presidencial de Juan Domingo Perón se dio a conocer el 14 de diciembre. Perón logró formar una coalición integrada por algunos socialistas, radicales renovadores, nacionalistas, algunos conservadores y el Partido Laborista. Además, cuenta con el importante apoyo oficial y la adhesión decisiva de la masa trabajadora agradecida por su política social desde la Secretaría de Trabajo. La oposición conforma una alianza denominada Unión Democrática, una coalición de radicales, socialistas, demócratas progresistas y comunistas.
Ángel Gabriel Borlenghi es socialista y dirigente del Sindicato de Empleados de Comercio. Luego de algunas vacilaciones, se pliega al coronel Perón. En octubre integra el Comité de Huelga e intenta negociar con el general Ávalos; para algunos, habría acordado apoyar la solución de entregar el poder a la Corte. Posteriormente, se convierte en estrecho colaborador de Perón: aspira sin éxito a presidir el Partido Laborista, y luego encabeza la maniobra que culmina con el desplazamiento de Luis Gay. Borlenghi será ministro del Interior de Perón entre 1946 y 1955.
Perón comenzó su campaña política, el sector de la Unión Cívica Radical que le apoyaba formó la UCR Junta Renovadora, a la cual se sumaron el Partido Laborista y el Partido Independiente; organización radical FORJA se disolvió para sumarse al movimiento peronista.
Hortensio Quijano en octubre de 1945 fundó la Unión Cívica Radical Junta Renovadora, junto con Armando Antille, Juan Isaac Cooke, Eduardo Colom, entre otros, en apoyo a la candidatura presidencial de Perón para las elecciones de 1946, junto con el Partido Laborista y el Partido Independiente. En la campaña electoral Quijano se volcó a la tarea de recorrer todo el país en busca de radicales para sumarse al nuevo grupo político, consiguiendo el apoyo de una línea de gran entusiasmo y notoriedad. El 24 de febrero de 1946 fue elegido vicepresidente de la Nación acompañando a Juan Domingo Perón al triunfar sobre la Unión Democrática que candidateaba la fórmula José P. Tamborini-Enrique Mosca.
Ernesto Sabato publicó un provocador libro de ensayos se llama Uno y el universo, primer libro de Ernesto Sabato, obtuvo el Primer Premio de Prosa de la Municipalidad de Buenos Aires.
El jurado estuvo integrado por Vicente Barbieri, Francisco Luis Bernárdez, Leónidas Barletta, Ricardo Molinari y Adolfo Bioy Casares. En concisa brevedad, pulida y bruñida, de epigramas o cápsulas verbales, Sabato repasa en este libro, por riguroso orden alfabético, con voluntad sistemática a la que con frecuencia no es ajena la ironía, todo un vasto catálogo de temas, que van desde lo cotidiano a lo más amplio del cosmos.
Jorge Luis Borges vuelve a deslumbrar a sus lectores con su nueva obra que acaba de aparecer se trata del libro de cuentos El Aleph, de Jorge Luis Borges. El autor recibió el año pasado el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores por su libro Ficciones, que recoge el cuento “El jardín de senderos que se bifurcan”.
El nuevo trabajo es un claro ejemplo del estilo cargado de erudición propio de Borges, con cuentos cortos llenos de matices y complejas referencias. La historia es sencilla para un hecho complejo: la existencia del Aleph, el punto donde se puede contemplar todo el mundo desde todos los ángulos.
Eduardo Mallea obtiene el Premio Nacional de Literatura. En El problema contemporáneo de la libertad Carlos Sánchez Viamonte analiza las relaciones entre libertad y justicia social. Héctor Agosti propone una estética social en Defensa del realismo. Estela Cantoni realiza una indagación psicológica en El muro de mármol. Torriás Maldonado y Alfredo Hlito fundan la Asociación Arte Concreto-Invención. Primer Salón de Independientes. Eugenio Daneri obtiene el Gran Premio en el Salón Nacional. Orquestas: Radio El Mundo crea la Orquesta Sinfónica Juvenil, que dirige Luis Gianneo; Juan José Castro dirige cuatro conciertos de la Orquesta Sinfónica de Radio Belgrano; se constituye la Banda Sinfónica de la Policía Federal. Danza moderna: primer recital de Paulina Ossona.
Jorge Luis Borges vuelve a deslumbrar a sus lectores con su nueva obra El Aleph
Se constituye la Sociedad de Distribuidores de Diarios y Revistas y la Asociación de Radiodifusoras Argentinas. Éxitos radiales: Carlos Ginés en Despiértese contento, y Pepe Arias con Justo Justino Reyes, doctor en trampas y leyes, donde debuta Tato Bores. Los Hermanos Ábalos instalan su Estudio de Arte Nativo, que funciona como academia y club nocturno. Lucas Demare y Hugo Fregonese filman Pampa bárbara y Luis Saslavsky, La dama duende. Niní Marshall hace Madame Sans Géne.
River gana el campeonato de fútbol; la Máquina juega sin Moreno pero con Néstor Rossi; Ángel Labruna es goleador y debuta Amadeo Carrizo. José María Ga-tica vence en un round a Leopoldo Mayorano; es el boxeador más popular desde Justo Suárez. Remigio Saavedra vuelve a imponerse en los Seis Días en Bici¬cleta. Atropellada de Leguisamo, y segundo triunfo de Filón en el Carlos Pellegrini.
La firma de la capitulación total alemana pone fin en Europa a la guerra más devastadora de la historia y sella la derrota política, militar y moral del III Reich.
Los generales alemanes Alfred Jodl (ejército de tierra), Hans-Georg von Friedeburg (marina) y Wilhelm Oxenius (ejército del aire) firman en el cuartel general de Dwight D. Eisenhower, comandante en jefe de las fuerzas aliadas, la capitulación incondicional, que entra en vigor a las 23.01 horas del 8 de mayo. En Europa termina la guerra que desde 1939 ha devastado todo el continente. A petición de la URSS, la ceremonia de la capitulación se repite el 9 de mayo en Berlín-Karlshorst, para subrayar que el III Reich se rinde ante todos los aliados.
Berlín conquistada: La ofensiva de invierno del Ejército Rojo, iniciada el 12 de enero, dio paso al imparable avance soviético hacia el oeste: El 17 de enero cayó Varsovia y el 30 de marzo, Danzig. El asedio de Berlín se inició el 16 de marzo. Tras encarnizados combates, el 30 de abril, soldados soviéticos izaron la bandera roja sobre el tejado del edificio en ruinas del Reichstag.
Frente occidental: Tras el fracaso de la última gran ofensiva de la Wehrmacht en las Ardenas, emprendida el 1 de enero, que costó la vida a 100.000 soldados alemanes, el 23 de febrero comenzó la contraofensiva aliada. Una vez conquistada Aquisgrán, el 21 de octubre de 1944, los aliados se limitaron a ocupar las sierras al oeste del Rin. Con la toma del puente de Remagen por tropas estadounidenses el 7 de marzo, los aliados establecieron la primera cabeza de puente en la orilla este. El 29 de marzo, los estadounidenses tomaron Fráncfort del Meno en su avance hacia el este. El 17 de abril se rindieron 325.000 soldados alemanes cercados en la cuenca del Ruhr.
Bombardeos: La clara superioridad numérica de la aviación aliada le permitió intensificar una vez más los bombardeos. El 2 de enero quedó destruida Núremberg, entre el 13 y el 14 de febrero, Dresde, y el 12 de marzo, Dortmund. Se calcula que en el bombardeo de Dresde, que concluyó con la destrucción total de la histórica ciudad, se produjeron entre 60.000 y 245.000 víctimas.
Los frentes se encuentran: El 25 de abril se produjo en Strehla, junto al río Elba, el primer encuentro entre tropas estadounidenses y unidades del Ejército Rojo. A partir de ese momento, el III Reich quedaba partido en dos. El general Eisenhower dio entonces instrucciones de encomendar la conquista de Berlín a los soviéticos, por lo que los aliados occidentales se dirigieron hacia el sur y el 30 de abril tomaron Múnich.
Disolución: El 23 de mayo es detenido en Flensburg el gobierno del almirante Karl Ditinitz, a quien Adolf Hitler había nombrado, antes de su muerte, presidente del III Reich. El 5 de junio los comandantes en jefe de las cuatro potencias de ocupación anuncian que se hacen cargo del gobierno, que Alemania queda dividida en cuatro zonas de ocupación y que se constituye el Consejo de Control Aliado. Con ello, el Reich queda disuelto de facto.
El 30 de abril, el Führer y canciller del III Reich, Adolf Hitler, se suicida en un refugio herméticamente aislado, construido bajo el edificio de la cancillería. El Ejército Rojo ya había llegado a las inmediaciones del edificio: poco antes, a 800 metros de allí, dos sargentos soviéticos habían izado la bandera de la URSS sobre las ruinas del Reich-stag.
En vista del desmoronamiento militar, en enero de 1945 Hitler se había retirado a su refugio para esperar el «combate final». Estaba decidido a arrastrar al pueblo alemán a la muerte, ya que éste se había mostrado «indigno» de él.
Hasta el último momento, Hitler se había aferrado a la esperanza de que se produciría un giro militar y que Berlín se salvaría del asedio. Sin darse cuenta de los hechos, Hitler seguía operando sobre los mapas del estado mayor con ejércitos fantasmas y ordenaba una y otra vez resistir a la ofensiva aliada. En el aislamiento de su refugio había perdido la visión de la realidad.
Cuando, en la madrugada del 30 de abril, el mando supremo de la Wehrmacht le comunicó el fracaso definitivo de todos los combates, hacia la una de la tarde se aisló con su amante, Eva Braun, con la que se había casado el día anterior. Ella se suicidó con veneno, él se pegó un tiro. Los cadáveres fueron quemados en el jardín de la cancillería.
Portada del 2 de mayo de 1945 del diario militar estadounidense The Stars and Stripes, con la noticia de la muerte de Hitler.
Entre el 4 al 11 de febrero de 1945 se produce la conferencia de Yalta fue la reunión que mantuvieron antes de terminar la Segunda Guerra Mundial Iósif Stalin, Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt, como jefes de gobierno de la Unión Soviética, del Reino Unido y de Estados Unidos, respectivamente. Suele considerarse como el comienzo de la Guerra Fría.
Fue la continuación de la serie de encuentros que empezaron con la conferencia de Moscú, de agosto de 1942, que tuvo lugar en el Kremlin y que continuaron con la conferencia de Casablanca, de enero de 1943, que tuvo lugar en el antiguo palacio imperial de Livadia, en Yalta (Crimea), y con la Conferencia de Teherán, de noviembre de 1943, que tuvo lugar en la embajada de la URSS, en Irán.
Los acuerdos de Yalta fueron polémicos incluso antes del encuentro final en Potsdam. Tras la muerte de Roosevelt, Churchill y Stalin fueron acusados de no haber aceptado un control internacional sobre los países liberados por la URSS. Más aún, ningún otro gobierno fue consultado o le fueron notificadas las decisiones tomadas allí.
El 17 de Julio en el palacio de Cecilienhof, cerca de Berlín, se reúnen el presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, el primer ministro bitánico, Winston Churchill, y Iósif V. Stalin, jefe del estado soviético. Es la primera conferencia que los «tres grandes» celebran tras el fin de la guerra en Europa. Los aliados toman en sus manos el gobierno de Alemania.
Hasta el 2 de agosto, los tres estadistas celebran trece rondas de negociaciones en las que fijan los términos de cómo debe ser tratado en lo sucesivo el III Reich. El 7 de agosto, Francia se suma, con reservas, al llamado acuerdo de Potsdam.
En la Conferencia de Potsdam las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial aparcaron algunos asuntos sobre los que no había unanimidad. Por ejemplo, el deseo soviético de obtener territorios de mandato y libre acceso al Mediterráneo, o la petición de Estados Unidos de internacionalizar las rutas fluviales europeas. He aquí los puntos aprobados por unanimidad:
Desmilitarización: Se erradica el militarismo y el nazismo en Alemania para excluir cualquier futura amenaza hacia los estados limítrofes. Con este fin se dicta «el desarme y la desmilitarización totales». También se decreta la «desnazificación» del pueblo alemán y el enjuiciamiento de los criminales de guerra.
Descentralización: Los aliados no pretenden esclavizar o destruir Alemania, pero sí que «reconstruya de nuevo su vida sobre una base democrática y pacífica». Con este fin se acuerda descentralizar Alemania política y económicamente.
Consejo de control aliado: Cada una de las potencias vencedoras obtiene plenas competencias en su respectiva zona de ocupación. Las cuestiones que afectan al conjunto de Alemania se debatirán y decidirán en el Consejo de control aliado.
Economía: La economía alemana queda sometida al control aliado. Los aliados tienen la intención de seguir considerando a Alemania como unidad económica. Los bienes alemanes en el extranjero quedan en manos del Consejo de control aliado.
Reparaciones: Cada una de las potencias vencedoras satisfará sus reclamaciones de reparaciones de guerra en las respectivas zonas de ocupación. Aparte, la URSS recibirá un 15% adicional en concepto de reparaciones procedentes de las tres zonas de ocupación occidentales a cambio de alimentos y combustible, y otro 10% sin contraprestaciones.
Frontera de Polonia: A la espera de una regulación posterior por tratado de paz, los aliados occidentales permiten desplazar la frontera occidental de Polonia hasta los ríos Oder y Neisse. La población alemana de los territorios del este, de Checoslovaquia y de Hungría será evacuada «de forma ordenada y humana». La ciudad de Kónigsberg queda sometida a la administración soviética.
Foto de grupo tras la conferencia Detrás de izquierda a derecha: William D. Leahy, Ernest Bevin, James F. Byrnes y Viacheslav Mólotov. Delante de izquierda a derecha: Clement Attlee, Harry S. Truman y Iósif Stalin.
La aviación estadounidense lanza una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. La explosión y la radiactividad liberada causan la muerte de entre 110.000 y 300.000 personas y destruyen completamente el 80% de la superficie construida. El 9 de agosto se lanza una segunda bomba atómica sobre Nagasaki; en esta ocasión, se producen más de 36.000 muertos y 40.000 heridos.
Los diez tripulantes del bombardero B29 Enola Gay, pilotado por el comandante Paul W. Tibbets, lanzan la bomba a las 8.16 horas y al cabo de 45 segundos activan su detonación, la carga nuclear explota a una altura de 600 metros sobre Hiroshima. Después de un relámpago cegador, sobre Hiroshima se forma una nube de humo roja en forma de hongo, en cuyo interior se alcanzan temperaturas de 15 millones de grados centígrados y una elevadísima presión.
Consecuencias: Debido a la enorme deflagración, en pocos segundos se desencadena una tormenta de fuego que se expande a una velocidad de 1.200 kilómetros por hora. A una distancia de 1,5 kilómetros a la redonda desde el centro de la explosión, todos los edificios se derrumban a causa de la onda expansiva.
Víctimas: La radiación liberada por la bomba actúa mortalmente en un radio de un kilómetro a la redonda. Las personas que se encuentran a una mayor distancia del lugar de la explosión, pero donde todavía se dejan sentir los efectos de la bomba, sufren una muerte lenta y llena de padecimientos a consecuencia de las radiaciones y las quemaduras. Un testigo ocular informa: «Hombres y mujeres con el cuerpo completamente cubierto de sangre gritaban de dolor y se arrojaban al río... La isla de Ninoshima estaba cubierta de personas quemadas hasta tal punto que,resultaba imposible identificar sus rostros.»
Daños tardíos: La radiación nuclear y las partículas irradiadas liberadas tras la explosión, son trasladadas por el viento hasta zonas muy distantes. Este llamado fallout contamina durante bastante tiempo la zona afectada. Por eso, el número de víctimas aumenta continuamente en los años siguientes. Según la intensidad de la radiación, la radiactividad provoca graves daños, que afectan sobre todo a los órganos productores de sangre, provocando cáncer. Sin embargo, estas enfermedades no aparecen hasta transcurridos algunos años. Los niños y adolescentes padecen inhibiciones del desarrollo y del crecimiento. Dado que la radiactividad también daña el material genético, los recién nacidos pueden presentar malformaciones.
Reacción: El gobierno japonés reacciona de forma poco clara. Como Tokio desconoce qué tipo de arma nueva posee Estados Unidos, el estado mayor japonés no se da cuenta de que la situación es irremediable. Sólo la segunda bomba sobre Nagasaki da paso a la capitulación.
El 15 de agosto, el emperador japonés Hirohito ordena a las fuerzas armadas de su país el alto el fuego. El 2 de septiembre, el ministro de Asuntos Exteriores, Mamoru Shigemitsu, y el general Yoshijiro Umezo firman la capitulación a bordo del Missouri, fondeado frente a Tokio.
Los japoneses no disponen de nada para contrarrestar la gigantesca potencia destructora de la bomba atómica. Además, la situación militar se complica cuando el 8 de agosto la URSS declara la guerra. En la guerra del Pacífico murieron 1,8 millones de japoneses.
Tropas soviéticas liberan el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, cerca de la ciudad polaca de Cracovia. Allí encuentran todavía 7.600 supervivientes, entre los que se cuentan unas 4.000 mujeres. En Auschwitz, el mayor campo de exterminio alemán, dos millones y medio de personas fueron exterminadas mediante el gas Zyclon B . Otras 500.000 murieron a consecuencia de las epidemias, el hambre y el frío.
Campos de exterminio: Las tropas de liberación encuentran miles de cadáveres enterrados a toda prisa en fosas comunes. Aparte de Auschwitz, hubo otras «fábricas de muerte» en Treblinka, Majdanek, Sobibor, Belzek y Chemno, todas ellas localizadas en países del este ocupados por los alemanes.
Marchas de la muerte: El campo de Auschwitz fue clausurado en enero de 1945 ante la proximidad del Ejército Rojo. Los SS habían intentado borrar las huellas de sus crueles fechorías. Ya en noviembre de 1944 habían destruido las cámaras de gas. El 19 de enero empezaron también a destruir los hornos crematorios en los que eran incinerados los cadáveres. Los internados, que en el último recuento sumaban 66.020, fueron conducidos bajo condiciones inhumanas en dirección oeste. Afectados por el hambre y las enfermedades, estas marchas forzadas, a las que también fueron sometidos los internos de los campos de Sachsenhausen y Ravensbrück, significaron la muerte para muchos de ellos. Quienes caían agotados o víctimas del intenso frío, eran fusilados en el acto.
Dachau: El campo de concentración de Dachau, cerca de Múnich, es liberado el 28 de abril por tropas estadounidenses. Construido en 1933 para albergar a opositores políticos como comunistas y socialdemócratas, a partir de 1941 también fueron internados allí judíos, gitanos y prisioneros de guerra. Los liberadores apenas encontraron resistencia por parte de los SS.
Debido al gran número de presos llegados aquí desde los campos de exterminio del este, en este complejo,.concebido para 9.000 internos, vegetaban en el momento de la liberación 70.000 presos. Cada barracón cobijaba a 350 personas. A causa de la estrechez, la escasa alimentación y las pésimas condiciones higiénicas, las epidemias se propagaban sin freno. Los enfermos no recibían atención médica alguna, sino que eran separados de los demás y abandonados a su suerte. Cada día morían 150 internos víctimas del tifus. En total, en Dachau murieron 35.000 prisioneros.
Reacciones: Con el avance de los aliados, son liberados nuevos campos. En abril se libera el de Buchenwald, cerca de Weimar, y el de BergenBelsen, en Luneburgo. Los horrores que los soldados aliados descubren al entrar en los primeros campos de exterminio marcan su idea del carácter de los alemanes y del trato que merecían recibir en la derrota. Tras la liberación de Buchenwald, obligan a 1.200 habitantes de Weimar a ser testigos de los horrores del campo de concentración. Los aliados están decididos a castigar a los responsables del genocidio.
La población alemana es expulsada de los antiguos territorios orientales del III Reich, al este de la línea Oder-Neisse. En total, 12 millones de alemanes son desterrados.
Al término de la guerra, el 40% de la población alemana esta en marcha, ya sea huyendo o bien encaminándose a campos de prisioneros. También son víctimas de la guerra los 9,5 millones trabajadores forzados llevados al III Reich. Centenares de miles de exprisioneros de guerra e internados de todas las nacionalidades regresan a sus países.
Prisioneros de guerra: En las zonas occidentales, en calidad prisioneros de guerra y trabajadores forzados, hay internados en campos de concentración un millón y medio de soviéticos, 600.000 polacos, 350.000 italianos, 200.000 holandeses, 200.000 belgas, 100.000 yugoeslavos, 60.000 checos, 100.000 luxemburgueses, 10.000 griegos, 10.000 daneses y 10.000 noruegos.
Justo antes de la capitulación, restos de la Wehrmacht in-an huir hacia el oeste para no caer en manos del Ejército Rojo. Así, el 7 de mayo, restos del 9° y 'del 12° ejército alemán logran cruzar el Elba en Tangermünde y entregarse a las tropas estadounidenses.
El día de la capitulación, 7,5 millones de soldados alemanes son hechos prisioneros de guerra.
Territorios del este: Tras el «desplazamiento» de la frontera polaca hasta la línea Oder-Neisse, oficialmente confirmada en la Conferencia de Potsdam , la frontera polaca discurre a unos 200 kilómetros al oeste de su trazado en 1939. En los territorios al este del Oder y del Neisse (Silesia, Pomerania oriental, Brandeburgo oriental y Prusia oriental) vivían antes de la guerra 9,5 millones de alemanes. En los últimos meses de la guerra, unos cinco millones huyen hacia el oeste para escapar del Ejército Rojo. La mari¬na de guerra alemana evacua a Dinamarca y Schleswig-Holstein a 1,5 millones de civiles y soldados alemanes de Prusia oriental, Pome-rania y Curlandia. Tras la capitula¬ción, las autoridades expulsan a los alemanes restantes y se producen abusos.
Sudetes: Tras la liberación de Checoslovaquia el 9 de mayo, se inicia la persecución de los alemanes de los Sudetes . Muchos checos se vengan por la humillación nacional padecida y, hasta octubre de 1946, expulsan a 2,8 millones de alemanes hacia Austria y Alemania. Los bienes de los alemanes expulsados son confiscados y repartidos entre los checos. Al final de la guerra la mayor parte de las grandes ciudades europeas están parcial o totalmente destruidas por los bombardeos. La aviación alemana causó gravísimos daños, sobre todo en la primera fase de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, en Varsovia, Rotterdam o la ciudad inglesa de Coventry. Cuando en la batalla aérea de Inglaterra la Luftwaffe no consigue dominar el espacio aéreo, el anuncio de Adolf Hitler de que «borraría» las ciudades inglesas se volvió contra el M Reich. Entre 1942 y la capitulación alemana, los aliados atacaron 131 ciudades alemanas y arrojaron sobre ellas 1,3 millones de toneladas de bombas. Los incesantes bombardeos paralizaron la industria, destruyeron las infraestructuras y desmoraliza¬ron a la población.,
Se celebra en Berlín una reunión entre los cuatro comandantes en jefe de las fuerzas aliadas de ocupación en Alemania. El general Dwight D. Eisenhower (Estados Unidos), el mariscal Georgi K. Shukov (URSS), el mariscal de campo Bernard Montgomery (Gran Bretaña) y el general Jean de Lattre de Tassigny (Francia) firman una declaración por la cual se hacen cargo del gobierno. Dividen Alemania en cuatro zonas de ocupación y Berlín en cuatro sectores, y se hacen cargo de todos los derechos de soberanía. Tras la capitulación , el III Reich deja de existir. Alemania deja de ser un elemento en el juego de poder dentro del panorama político internacional.
El 9 de julio, las cuatro potencias vencedoras firman en Londres un acuerdo sobre la división de Austria en cuatro zonas de ocupación. La capital, Viena, es dividida en cinco sectores; cada potencia recibe un sector y el centro urbano, donde se encuentran todos los edificios gubernamentales y de la administración, queda bajo el control conjunto de las cuatro potencias.
Gran Bretaña: También el resto de Europa está duramente marcado por la guerra. Tras casi seis años de guerra, Gran Bretaña está agotada y ha perdido el imperio. Al final de la guerra se encuentra al borde de un colapso financiero. Los gastos de guerra obligan a solicitar un préstamo de 14 mil millones de dólares a Estados Unidos, lo cual causa la devaluación y la escasez de alimentos.
El fin de la Segunda Guerra Mundial altera radicalmente la situación política internacional. Alemania y Japón, pero también Gran Bretaña y Francia pierden su influencia en la política mundial. Estados Unidos y la Unión Soviética surgen como las dos nuevas potencias mundiales.
Francia: Este país sufre un cambio radical. La desoladora situación política y económica de la posguerra fortalece los movimientos independentistas en las colonias. Tras duros combates de retirada en Indochina y Birmania, Francia pierde su papel de potencia mundial. Ni siquiera participa en las conferencias de Yalta y Potsdam, aunque el 7 de agosto se suma a los acuerdos de Potsdam.
Unión Soviética: La URSS sale fortalecida de la contienda. Si bien durante algunas fases de la guerra cargó con el mayor peso y sufrió el mayor número de víctimas, ahora el poder de Moscú llega hasta donde logró avanzar el Ejército Rojo. La URSS se anexiona el este de Polonia y el norte de Prusia oriental. En toda Europa oriental, en los Balcanes y en la zona de Alemania controlada por la Unión Soviética se crean gobiernos comunistas, o bien se prepara la toma del poder. Gracias a una hábil diplomacia y la actuación del Ejército Rojo Moscú ha ampliado notablemente su ámbito de actuación en política exterior. Esta circunstancia determinará decisivamente el equilibrio de poder en el mundo durante los próximos cincuenta años.
Estados Unidos: Como única potencia vencedora que no sufrió combates en su propio territorio, Estados Unidos se convierte en la primera potencia occidental. Con su enorme poder económico, la técnica militar mejorada y su adelanto en la tecnología nuclear, es la contraparte ideológica de la URSS. Primero Estados Unidos, pero luego también la URSS, extienden intervención por todo el mundo. Ambos protagonistas dominan política mundial de la posguerra gracias a su potencial militar y económico, pero ante todo, por armas nucleares.
Asia oriental: También los territorios ocupados por Japón cambian de manos tras la guerra. Derrotado Japón, queda sometido a la administración militar estadounidense y pierde Indonesia, Indochina China oriental, así como sus conquistas en Manchuria. Sájalin meridional y las islas Kuriles que pasan a manos soviéticas, y Corea queda dividida en una zona de ocupación soviética y otra estadounidense China recupera su independencia, así como también la isla de Formosa (Taiwan). La capitulación de Japón favorece la posición de China en Asia oriental.
China: Al finalizar la guerra, y una vez derrotado el enemigo común, Japón, se rompe la alianza entre el gobierno nacionalista de Chiang Kai-shek y su enemigo natural, el gobierno comunista de Mao Zedong. Con el apoyo de la URSS, los comunistas chinos avanzan imparables hasta expulsar a los nacionalistas, en 1949, a Formosa (Taiwan).
Naciones Unidas: A propuesta del antiguo presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, las potencias vencedoras acuerdan en Yalta retomar la idea de una organización pacifista de carácter mundial. El 26 de junio de 1945, 51 estados firman en San Francisco la Carta de las Naciones Unidas.
Lucila Godoy Alcayaga, escritora chilena más conocida por Gabriela Mistral, se convierte en 1945 en la primera mujer que recibe el premio Nobel de Literatura.
La poeta Lucila Godoy Alcayaga la que escribe con el seudónimo Gabriela Mistral gana en 1945 el premio Nobel de Literatura, era de origen humilde, Mistral se desempeñó como profesora en diversas escuelas y se convirtió en una importante pensadora respecto al rol de la educación pública, llegó a participar en la reforma del sistema educacional mexicano. A partir de la década de 1920, Mistral tuvo una vida itinerante al desempeñarse como cónsul y representante en organismos internacionales en América y Europa.
Como poeta, es una de las figuras más relevantes de la literatura chilena y latinoamericana. Entre sus obras destacan Desolación, Tala y Lagar. Por su trabajo poético, recibió el premio Nobel de Literatura en 1945,fue la primera mujer iberoamericana y la segunda persona latinoamericana en recibir un premio Nobel.