Charles Darwin visito el campamento de Rosas durante su viaje alrededor del mundo a bordo del Beagle, estuvo en el campamento de Rosas entre el 13 y 16 de agosto de 1833.
Procedente de Brasil a bordo de Brasil el primer punto a donde llego fue el de Punta Alta y en los barrancos de la costa de Monte Hermoso, cerca de Bahía Blanca,alli realizó un hallazgo de primer orden al localizar en una colina fósiles de enormes mamíferos extintos junto a restos modernos de bivalvos, extintos más recientemente de manera natural. Identificó, por un diente, al poco conocido megaterio —que en principio asoció con el caparazón de una versión gigante (gliptodonte) de la armadura de los armadillos locales—. Estos hallazgos constituyeron una de las primeras evidencias sobre la mutabilidad de las especies y marcaron el inicio de la posterior elaboración de su célebre teoría. Estos hallazgos despertaron un enorme interés a su regreso a Inglaterra.
Darwin contempló con asombro la diversidad de la fauna y la flora en función de los distintos lugares. Así, pudo comprender que la separación geográfica y las distintas condiciones de vida eran la causa de que las poblaciones variaran independientemente unas de otras. Continuando su viaje hacia el sur, observó llanuras aplanadas llenas de guijarros en las que cúmulos de restos de conchas formaban pequeñas elevaciones. Como estaba leyendo la segunda obra de Lyell, asumió que se trataba de los «centros de creación» de especies que este describía, aunque por primera vez comenzó a cuestionar los conceptos de lento desgaste y extinción de especies defendidos por Lyell.
En Tierra del Fuego se produjo el retorno de tres nativos yagán que habían sido embarcados durante la primera expedición del Beagle, con objeto de recibir una educación que les permitiera actuar de misioneros ante sus semejantes. Darwin los encontró amables y civilizados, aunque los otros nativos le parecieron «salvajes miserables y degradados», tan distintos de los que iban a bordo como lo pudieran ser los animales salvajes de los domésticos, si bien, para Darwin, esa distinción estribaba en cuestiones culturales y no raciales. Al contrario que sus colegas científicos, empezó a sospechar que no existía una diferencia insalvable entre los animales y las personas.
El joven Darwin a bordo del Beagle duró casi cinco años en una travesia casi cinco años dedicó la mayor parte de su tiempo a investigaciones geológicas en tierra firme y a recopilar ejemplares, mientras tanto el Beagle realizaba su misión científica para medir corrientes oceánicas y cartografiando la costa. Darwin tomó notas escrupulosamente durante todo el viaje, y enviaba regularmente sus hallazgos a Cambridge, junto con una larga correspondencia para su familia que se convertiría en el diario de su viaje.
Rosas instaló su campamento a orillas del Colorado y el 13 de agosto anotó en su Diario: «Llegó al Cuartel General desde Patagones el naturalista Mr. Carlos Darvaien». En efecto se trataba del famoso naturalista británico Charles Darwin (1808-1882), quién había embarcado en la nave Beagle para dar la vuelta al mundo y había desembarcado en Carmen de Patagones para estudiar La Pampa; permaneció en el campamento de Rosas del 13 al 16 de agosto de 1833.
Durante los días en el campamento cabalgo con los gauchos del interior se dedicó a observar la geología y extraer más fósiles, adquiriendo, al mismo tiempo, una perspectiva de los problemas sociales, políticos y antropológicos tanto de los nativos como de los criollos en el momento anterior a la revolución de los Restauradores. También aprendió que los dos tipos de ñandú poseen territorios separados, aunque superpuestos.
En sus escritos dejó una interesante descripción:
«El campamento del general Rosas se halla contiguo al río y consiste en un cuadrado formado por carretas, artillería, chozas de paja, etc. Los Soldados eran casi todos de caballería, y yo diría que un ejército compuesto de gentes con tal apariencia de forajidos y bandoleros jamás podría haberse reunido en época alguna. En su mayor parte eran mestizos de negro, indio o español. No sé cuál será la razón, pero la gente de esa sangre rara vez tiene una buena expresión en el semblante. Pasé dos días en el Colorado, alojado en el rancho de un español comerciante que había sido soldado de Napoleón en la campaña de Rusia. Las familias indias venían a comprar artículos de poca importancia al rancho donde estaba alojado. Rosas tenía seiscientos indios como aliados suyos. Entre las mujeres jóvenes, llamadas chinas, hay algunas que merecen ser llamadas bellas, con cabellos negros, gruesos y brillantes, divididos en dos trenzas que alcanzan hasta la cintura. Su color es bastante oscuro; sus ojos relucen con fulgor y llevan anchos brazaletes de cuentas azules. El general Rosas posee en sus estancias trescientas mil cabezas de ganado y es un consumado jinete y tiene una popularidad sin límites en el país. Uno de sus dos bufones me confesó que, cuando el general se ríe, no perdona a nadie».
El HMS Beagle fue un bergantín de la clase Cherokee de la Marina Real Británica botado en el río Támesis el 11 de mayo de 1820 desde los astilleros Woolwich. Tenía 27,5 metros de eslora; 7,5 metros de manga; 3,8 metros de calado; diez cañones; 235 toneladas de carga; y una tripulación de ciento veinte hombres, El buque fue adaptado como bricbarca y participó en tres expediciones. En la segunda, bajo el mando del comandante Robert FitzRoy, viajó a bordo el joven naturalista Charles Darwin cuyo trabajo hizo del Beagle uno de los buques más famosos de la historia. El viaje del Beagle con Darwin a bordo duró casi cinco años, zarpando de la bahía de Plymouth el 27 de diciembre de 1831 y arribando a Falmouth el 2 de octubre de 1836.