El primero de los decretos que consagraba oficialmente el uso de la divisa punzó era del 3 de febrero de 1832, el cual fue promulgado por el Gobernador de Buenos Aires, don Juan Manuel de Rosas.
El 3 de febrero de 1832, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas firmó el decreto que oficializó el uso obligatorio de la divisa punzó considerando que:
...consagrar del mismo modo que los colores nacionales el distintivo federal de esta provincia y construirlo, no en señal de división y de odio, sino de fidelidad a la causa del orden y de paz y unión entre sus hijos bajo el sistema federal, para que recordando éstos los bienes que han gozado más de una vez por la influencia de este principio, y de los desastres que fueron siempre el resultado de haberlo abandonado se afiancen al fin en él, y lo sostengan en adelante con tanto empeño como la misma independencia nacional...
El texto del decreto es el siguiente:
1° A los 30 días de la publicación de este decreto todos los empleados civiles y militares, incluso los jefes, los oficiales de milicia, los seculares y eclesiásticos que por cualquier titulo gocen de sueldo, pensión o asignación del tesoro público, traerán un distintivo de color punzó, colocado visiblemente en el lado izquierdo sobre el pecho.
2° El mismo distintivo usarán los profesores de derecho con estudio abierto, los de medicina y cirugía que estuvieren admitidos y recibidos, los practicantes y cursantes de las predichas facultades, los procuradores de números, los corredores de comercio, y en suma todos los que, aún cuando no reciban sueldo del estado se consideren como empleados públicos, bien por la naturaleza de su ejercicio o profesión, bien por haber obtenido nombramiento del gobierno.
3° Los empleados militares incluso los jefes y oficiales de milicia; las fuerzas de línea; en suma las que componen el ejército de la provincia y las de milicia en servicio, llevarán en la divisa la inscripción "Federación o Muerte". Los demás comprendidos en los artículos anteriores usarán de la inscripción Federación.
4° Los que contravinieren a lo dispuesto, si fuesen empleados serán suspensos inmediatamente de sus empleos por sus respectivos jefes o magistrados de quienes dependan, que cuidarán de hacerlo indefectiblemente bajo la más estrecha responsabilidad, dando cuenta al Gobierno por el ministerio que corresponda para la resolución más conforme.
5° Con respecto a los que no fuesen empleados, el jefe de policía velará sobre el cumplimiento de este decreto y dará al Gobierno los avisos necesarios.
6° Comuníquese, publíquese e insértese en el Registro Oficial.
El color rojo punzó es la deformación de "rouge ponceau" (es decir: rojo amapola silvestre), un matiz de rojo fuerte, intenso, vivo, utilizado en Francia en la moda de las primeras décadas del siglo XIX. Entre los partidarios del Partido Federal el color rojo punzó era un signo de lo popular ya que en las Provincias Unidas del Río de la Plata y luego en su continuidad jurídica, el Estado denominado Confederación Argentina. Era un color bastante fácil de obtener a partir de la sangre de los abundantes ganados (especialmente vacunos). Su primer uso masivo data del año 1831, cuando fue utilizada en el desfile militar del 17 de marzo por todo el ejército federal. Entre la población civil, su uso se impuso a partir del Tedeum en la Catedral de Buenos Aires el 27 de enero de 1832.
Ordenó «quemar por mano de verdugo en los portales de la Casa de Justicia» las publicaciones que hubiesen atacado a los federales en el lapso comprendido entre el 1 de diciembre de 1828 y el 24 de junio de 1829. Los participantes en la revolución unitaria que no habían abrazado la ideología federal fueron declarados «reos de rebelión», lo mismo que «todo el que de palabra o escrito o de cualquier otra manera, se manifieste adicto al expresado motín». Rosas ordenó el cierre de los periódicos que le habían hecho críticas.
Después de la asunción de Rosas al gobierno, una parte de la oposición representada por los unitarios comenzó a emigrar. Pronto siguieron otros: la ruptura dentro del federalismo local era cuestión de tiempo, porque los «doctrinarios» se oponían al centralismo del gobernador.