Durante su mandato, iniciado sin los apuros económicos de sus antecesores, se revirtió la tendencia a la baja de los precios agrícolas, que en 1897 alcanzaron el nivel más alto hasta ese momento. Impulsado por un fuerte superávit fiscal, el gobierno inició una etapa de inversiones públicas. Varias obras que habían quedado detenidas desde cinco años atrás se terminaron durante su gestión:
Aunque hayan aumentado el precio internacional de los productos que vendía el país en el exterior, la situación financiera del país no se había repuesto de la gran crisis de 1890 y se experimentaba todavía el apremio de la falta de crédito y el estancamiento de las industrias y a ello se agregó la tarea costosa de la preparación del ejército y de la armada para el caso de un conflicto bélico con Chile. En mayo de 1898 describía así la situación el presidente Uriburu en su mensaje al Congreso:
"La situación era difícil a principios del año 1897, ya que el de 1896 había cerrado con una fuerte deuda exigible para cuya extinción no había previsto nada el presupuesto de 1897. Por el contrario, éste había sido sancionado para su propio ejercicio con un fuerte déficit real, a pesar de su aparente equilibrio, por la exageración del cálculo de recursos, la omisión de gastos comprometidos por leyes especiales en ejecución y la disminución de otros a menores cantidades que las indispensables, exigiendo créditos complementarios. Al mismo tiempo había que empezar el pago íntegro de los intereses de la deuda externa que la generalidad consideraba de imposible realización"
El arreglo del desequilibrio financiero impuso un orden riguroso en los gastos y una economía en la percepción e inversión de las rentas, para que no sufriesen ni los servicios administrativos ni el pago puntual de la deuda externa e interna. Poco antes de abandonar la presidencia, exponía Uriburu al Congreso:
"Ahora tengo la satisfacción de anunciaros que lo he cumplido en todas sus partes (el plan de economía que había trazado), a pesar de las grandes dificultades que para ello he debido vencer. Ya se han podido palpar sus buenos resultados de mejora de nuestro crédito externo e interno, que ha permitido liquidar y pagar la mayor parte de la deuda exigible, y atender además los gastos presupuestados y sus créditos suplementarios, los de leyes especiales imprescindibles, los que demandaron los préstamos de semillas a los agricultores y las fuertes erogaciones que impuso la campaña contra la terrible plaga de la langosta que amenazaba destruir las principales fuentes de nuestra riqueza".
Muestra un gran desequilibrio la estadística entre los ingresos y los gastos públicos durante la presidencia de Uriburu, pero la explicación se halla en las grandes adquisiciones para la armada y en los preparativos militares para la guerra con Chile, sin contar el aumento de la deuda pú-blica, cuyo servicio requería buena parte de las rentas.
Años | Rentas | Gastos | Deuda |
---|---|---|---|
1895 | 38.223.808 | 48.505.921 | 401.863.641 |
1896 | 42.008.515 | 78.212.817 | 421.504.885 |
1897 | 51.440.841 | 61.010.309 | 438.282.693 |
1898 | 53.158.969 | 121.289.634 | 454.165.102 |
En cambio la balanza del intercambio comercial fue en aumento y dio siempre un saldo favorable:
Años | Importación $ oro | Exportación $ oro |
---|---|---|
1895 | 95.096.438 | 120.067.790 |
1896 | 112.163.591 | 116.802.016 |
1897 | 98.288.948 | 101.169.299 |
1898 | 107.428.900 | 133.828.450 |
Los ferrocarriles disminuyeron un poco sus obras desde 1895 a 1898, pues en ese período la red ferroviaria no se elevó más que de 14.224 kilómetros en 1895 a 15.314 en 1898. Pero en ese período justamente fueron muy altos los ingresos de las empresas ferroviarias a causa de la prestación de sus servicios.
La inmigración fue dejando un saldo positivo de consideración: 44 mil en 1895, 89 mil en 1896, 47 mil en 1897 y 41 mil en 1898. Los inmigrantes en esos arios fueron 80.889, 135.205, 105.142 y 95.190, respectivamente.
Entre las iniciativas del gobierno, aparte de las reformas militares y del enriquecimiento de la escuadra, creó el 30 de octubre de 1895 la Lotería Nacional de Beneficencia, organizó la Prefectura General de Puertos, en octubre de 1896, autorizó la contratación de elevadores de granos en los puertos, encomendó a la Municipalidad de la capital la construcción y la explotación del nuevo Teatro Colón, movilizó 60.000 hombres de la guardia nacional en setiembre de 1898, fundo la facultad de filosofía y letras, creó el museo nacional y la comisión de bellas artes, etc.