En abril de 1913 se decretó la intervención a Jujuy, a raíz de un pleito entre el gobernador y los legisladores de la provincia promovido por la elección de los senadores nacionales.
El choque de ambos poderes llevó a los contendientes a solicitar cada cual independientemente la intervención nacional. Mario Sáenz fue designado interventor; se trasladó a Jujuy, declaró caducos los poderes ejecutivo y legislativo, asumió el mando y convocó a elecciones.
El acto comicial se realizó con todas las garantías, como había ocurrido en Santa Fe; quedaron constituidas las nuevas autoridades, electos los senadores, y el doctor Sáenz dio por terminada su misión. El gobierno de Roque Sáenz Peña cumplía sus compromisos sin vacilaciones. En el libre juego de la contienda electoral, triunfaron en algunas provincias concentraciones no radicales, como las que llevaron a Ernesto Padilla al gobierno de Tucumán; a Robustiano Patrón Costas al gobierno de Salta, y a Ramón J. Cárcano al gobierno de Córdoba, que colaboraron en la eficacia de la reforma.