El Navarrazo, conocido también como Contracordobazo, fue un golpe de estado policial realizado en Argentina, que derrocó al gobernador constitucional de la provincia de Córdoba, Ricardo Obregón Cano y su vicegobernador Atilio López el miércoles 27 de febrero de 1974. El golpe fue convalidado por el gobierno nacional liderado por Juan Domingo Perón al intervenir la provincia sin reponer en sus cargos a los representantes democráticos depuestos y ha sido considerado como un antecedente inmediato de la dictadura instalada el 24 de marzo de 1976.
En las elecciones del 11 de marzo de 1973 el Frejuli ganó ampliamente, con virtualmente un 50% de los votos, resultando elegido presidente Héctor J. Cámpora, cercano al peronismo revolucionario. Cinco provincias fueron también ganadas por candidatos cercanos al peronismo revolucionario, entre ellas las estratégicas provincias de Buenos Aires, con Oscar Bidegain como gobernador y la provincia de Córdoba. A esas dos se sumaban Mendoza, con el gobernador Alberto Martínez Baca, Salta con el gobernador Miguel Ragone y Santa Cruz con el gobernador Jorge Cepernic. Todos serían destituidos durante el gobierno peronista y en el caso de Ragone resultaría además desaparecido.
Córdoba había sido una de las provincias en las que la resistencia popular contra la dictadura alcanzó uno de los puntos más altos, sobre la base de la convergencia del movimiento sindical, con el movimiento estudiantil. La fórmula peronista para la gobernación de la provincia fueron Ricardo Obregón Cano y el sindicalista Atilio López. Ambos habían participado activamente en el Cordobazo y en los movimientos de resistencia contra la dictadura, ubicándose ideológicamente en el peronismo revolucionario. Obregón Cano, emergía además como un sólido candidato a presidente, en caso de una eventual muerte de Perón, que para entonces contaba con 78 años.
Una vez asumido Cámpora como presidente, comenzó un fuerte enfrentamiento político y armado con el fin de desplazar del poder a los funcionarios del peronismo revolucionario y limitar el desarrollo de las fuerzas políticas que proponían cambios sociales de importancia, bajo consignas tales como el antiimperialismo, la liberación nacional, la revolución o el socialismo nacional.
La primera manifestación de importancia de ese enfrentamiento fue la Masacre de Ezeiza, seguido de la renuncia de Cámpora a la presidencia y la creación de un grupo parapolicial de derecha llamado Triple A, con apoyo de sectores militares y altos funcionarios peronistas, que comenzó a asesinar y amenazar de muerte a cientos de militantes del peronismo revolucionario y fuerzas políticas de izquierda. Montoneros respondería realizando atentados contra altos dirigentes políticos y sindicales.
En las elecciones presidenciales del 23 de septiembre de 1973 Perón fue reelegido por tercera vez como presidente de la Nación, con un amplio consenso que superó el 62%. Una vez en el poder, Perón comenzó a confrontar cada vez con mayor energía al peronismo revolucionario.
En 1974 caerían las cinco provincias cercanas al peronismo revolucionario. La primera fue la de Buenos Aires. El 20 de enero de 1974 el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) intentó copar el regimiento militar de Azul, matando al jefe de la unidad y a su esposa. Perón le atribuyó públicamente la responsabilidad al gobernador Bidegain y este se vio obligado a renunciar. Un mes después caería Córdoba en febrero, mediante el Navarrazo. Luego caerían intervenidas, Mendoza en junio, Santa Cruz en octubre y Salta en noviembre.
El día 19 de febrero la cámara de empresarios del transporte (FETAP) declara un paro patronal por tiempo indeterminado oponiéndose al aumento salarial a los trabajadores del transporte que el gobierno provincial había aceptado en diciembre, luego de una huelga del sector. El lock out creó una situación de caos en Córdoba Capital.
El 23 de enero la policía cordobesa masacra a cinco cooperativistas de Armstrong, siendo los cinco rematados con un tiro de gracia en la cabeza.1 Años después se descubrió que se trató de un error: la policía cordobesa había recibido órdenes de asesinar a una delegación de la Policía Federal, simulando que eran "delincuento subversivos", con el fin de dar pie a la intervención de la provincia, pero confundieron el auto y asesinaron a los cooperativistas. El gobierno nacional le ordenó a los policías federales no declarar en el juzgado que investigó el crimen, que inicialmente se había comunicado oficialmente que los muertos eran cinco miembros de la Policía Federal.
Antonio Domingo Navarro, tomó por asalto la Casa de Gobierno y detuvo a las autoridades que once meses antes habían ganado las elecciones con más del 50 por ciento de los votos. Esa noche, el gobernador Ricardo Obregón Cano, su vice, Atilio López y una docena de funcionarios fueron privados de su libertad y obligados a permanecer en silencio con las manos en la nuca una hora, hasta ser trasladados al Comando Radioeléctrico.
Ricardo Obregón Cano fue ―junto al dirigente gremial Hipólito Atilio López― uno de los líderes del Cordobazo, en esa época gobernaba el país una dictadura militar autodenominada «Revolución Argentina», liderada por el general Juan Carlos Onganía (1966-1970), durante los primeros años de gestión de dicho régimen, se desactivó la Comisión del Salario Mínimo, Vital y Móvil y se congelaron la gran mayoría de las remuneraciones. Se buscó suspender el sábado inglés, único día en que la jornada laboral se reducía a la mitad. Se impuso una ley de represión automática para huelgas y conflictos sindicales. Asimismo se intervinieron gran cantidad de sindicatos suspendiéndose sus personerías gremiales, derogó la Ley de Indemnizaciones por Despidos y aumentó la edad para jubilarse. Dictó la llamada Ley de Represión del Comunismo, y bajo la acción de la DIPA (Dirección de Investigación de Políticas Antidemocráticas) persiguió y encarceló a los militantes políticos y sindicales peronistas sospechosos
El Vicegobernador Atilio López en 1969, Atilio ya es dirigente en uno de los gremios más combativos de Córdoba, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y como tal participa en el "Cordobazo", junto a Elpidio Torres y Agustín Tosco. Dos años después, también tiene una decidida intervención en "El Viborazo", que concluye con el gobierno reaccionario de José Camilo Uriburu, en Córdoba.
Simultáneamente se hace público que el jefe de la policía cordobesa, teniente coronel Antonio Navarro, integraba una conspiración que tenía como objetivo intervenir la provincia y desplazar al gobernador y al vicegobernador.
El 27 de febrero el gobernador Obregón Cano decide separar a Navarro de la conducción de la policía. Navarro no obedece la orden e inicia un motín policial en el Cabildo, bloqueando las calles céntricas. Grupos parapoliciales de apoyo a los golpistas, instalan barricadas en diversas partes de la ciudad, utilizando los micros detenidos por el lock out de los transportistas.
Esa noche un comando policial toma la casa de gobierno, deteniendo a Obregón Cano, Atilio López y otros funcionarios. Coordinadamente grupos parapoliciales dinamitaron el diario La Voz del Interior, la casa del gobernador y la del ministro de gobierno, a la vez que ocuparon las principales radios de la ciudad. Junto a los mandatarios, los sediciosos detuvieron a unas setenta personas que se encontraban en la gobernación. Entre ellos estaban Antonio Lombardich (ministro de Bienestar Social) y Elio Alfredo Bonetto (ministro de Gobierno), los diputados Luis Bruno y Blas García, Julio Aliciardi (presidente del Banco de la Provincia de Córdoba), Juan Carlos Bruera (fiscal de Estado), Alejo Díaz Tiliar (director de Prensa), y Horacio Obregón Cano (hijo y secretario personal del gobernador). El gobernador y su vice fueron llevados al Comando Radioeléctrico de la Policía provincial, donde permanecerían cautivos hasta las 17:30 horas del viernes 1 de marzo.
Ante la acefalía en la gobernación, el jueves 28 a las 22.00, el presidente de la Cámara de Diputados provincial, Mario Dante Agodino, asumió en forma interina la gobernación.
El 28 de febrero la CGT cordobesa declara la huelga, pero su efectividad es limitada porque los principales dirigentes sindicales estaban detenidos o escondidos. Al día siguiente, con la ciudad tomada por los golpistas y los principales dirigentes sindicales cordobeses perseguidos o detenidos (López, Tosco, Salamanca) se elige en Alta Gracia una nueva conducción de la CGT cordobesa, desplazando a los sectores más combativos.
El sábado 2 de marzo al mediodía, el presidente Juan Domingo Perón anunció su decisión de intervenir la provincia. El Congreso dispuso entonces la intervención de la provincia, pero Perón no repuso en el cargo a las autoridades constitucionales y designó como interventor a Duilio Brunello. Cinco meses después Perón moriría y asumiría el poder la vicepresidenta María Estela Martínez de Perón. Una de sus primeras medidas fue nombrar interventor al brigadier Raúl Lacabanne, quien organizó y fue la cabeza del grupo parapolicial Triple A en Córdoba, bajo el nombre de Comando Libertadores de América.