A fines de 1973 se realizaron las primeras elecciones de centros de estudiantes universitarios luego de recuperada la democracia. En las mismas se produjo un amplio triunfo de la Juventud Universitaria Peronista(JUP), marcando un cambio histórico en las preferencias estudiantiles, que tradicionalmente habían apoyado corrientes de izquierda no peronistas. El proceso es conocido como la "peronización de la universidad" y está relacionada con el apoyo de los sectores juveniles y las clases medias al peronismo.
En la mayor universidad del país, la Universidad de Buenos Aires, la JUP ganó nueve de los trece centros obteniendo un 44% de los votos, quedando en segundo lugar Franja Morada (UCR) con un 21% y en tercer lugar el Movimiento de Orientación Reformista (MOR) del Partido Comunista, con un 18%.En la Universidad de La Plata ganó Franja Morada, mientras que en las universidades de Córdoba y Rosario, ganó el Movimiento Nacional Reformista (MNR) del Partido Socialista Popular. En total, en todo el país, la JUP obtuvo 24000 votos, Franja Morada 23000 votos, el MOR 22200 votos, la alianza FAUDI-TUPAC (maoístas y guevaristas) 16500 votos y el MNR 13000 votos.
En marzo de 1974 se realizó el congreso de unidad de la Federación Universitaria Argentina (que había estado dividida desde 1968 en FUA-La Plata y FUA-Córdoba), siendo elegido el radical Federico Storani como presidente y el socialista Miguel Godoy como secretario general, aunque en esta ocasión no participó la Federación Universitaria de Buenos Aires, en poder de la JUP.
El 13 de junio de 1974 se estrenó la película La Patagonia rebelde, sobre la mayor masacre obrera de la historia argentina, cometida por el Ejército argentino en 1922, durante el gobierno radical del Hipólito Yrigoyen, mantenida casi oculta por la historiografía nacional. La película, realizada en base al libro del investigador anarquista Osvaldo Bayer y dirigida por Héctor Olivera, fue producida por Aries Cinematográfica Argentina, con un crédito del Estado otorgado durante la presidencia de Cámpora y el apoyo del gobernador de Santa Cruz Jorge Cepernic. Luego de la renuncia de Cámpora se iniciaron todo tipo de presiones y amenazas para evitar que la película se realizara. El Ejército llegó a ordenarle a Cepernic que prohibiera la filmación de la misma, orden que fue desconocida por el gobernador. Moviéndose contra reloj y cambiándole incluso el final para reducir las posibilidades de censura, la película fue finalmente autorizada a ser exhibida por el presidente Perón, pocos días antes de morir. El film tuvo un gran suceso de público y ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín. Junto con La tregua de Sergio Renán -ganadora del primer Óscar para el cine argentino-, Juan Moreira de Leonardo Favio, Quebracho de Ricardo Wullicher y La Raulito de Lautaro Murúa con el papel protagónico de Marilina Ross, representaron un momento de auge del cine argentino, así como el momento histórico que constituyó el tercer peronismo. Luego de la muerte de Perón, La Patagonia rebelde fue prohibida y no pudo volver a verse hasta 1984. Su director y el autor del libro, el productor Héctor Ayala, así como sus actores (Héctor Alterio, Luis Brandoni, Pepe Soriano, Federico Luppi y Osvaldo Terranova) fueron amenazados de muerte por la Triple A y obligados a exilarse.
Durante los 10 meses de la presidencia de Perón hubo un resurgimiento del cine Nacional y una de ella La Tregua llego por primera vez a disputar los premios Oscar de Estados Unidos. Se estreno La Patagonia Rebelde que luego de la muerte de Perón los actores tuvieron que exiliarse y muchos de estas películas fueron prohibidas.
El 11 de mayo de 1974 fue asesinado el sacerdote Carlos Mugica, fundador del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y de la corriente de curas villeros y expresión de la Teología del pueblo.
Durante el gobierno de Perón comenzó a actuar con apoyo varias reparticiones estatales, los Estados Unidos y la logia fascista Propaganda Due vinculada al Vaticano y a la CIA, una red represiva anticomunista en la que se destacaría la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), que llegó a ser coordinada internacionalmente a través del Plan Cóndor y se vinculó a los sectores militares que se preparaban para realizar un golpe de Estado, en caso de morir Perón.
En este período asumió en el Departamento de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger (23 de septiembre de 1973), quien habrá de jugar un papel central en la utilización sistemática del terrorismo de Estado. El 19 de diciembre de 1973 el presidente estadounidense Richard Nixon nombró a Robert C. Hill como embajador en Argentina; Hill, que había desempeñado un papel estratégico en el golpe de Estado de 1954 contra Jacobo Arbenz en Guatemala, había establecido estrechas relaciones con José López Rega en España, donde fue embajador hasta su traslado a Buenos Aires; una de las primeras gestiones de Hill fue obtener un crédito de Estados Unidos para el Ministerio de Bienestar Social para combatir el narcotráfico, que fue utilizado para financiar la Triple A.
El 13 de mayo de 1974 Perón designó al comisario Alberto Villar como jefe de la Policía Federal. Villar, que había recibido adiestramiento para guerra contrarrevolucionaria en Francia y fue luego el primer policía latinoamericano en recibir entrenamiento en técnicas de interrogación en la Escuela de las Américas, se convertiría en esos meses en una de las cabezas de la Triple A
Parte de la prensa y de los sectores empresariales conservadores antiperonistas, también promovían explícitamente el terrorismo de Estado. El 17 de marzo de 1974, el economista y empresario Juan Alemann -que sería alto funcionario de la dictadura instalada en 1976-, recomendaba en una nota editorial del Argentinisches Tageblatt, aplicar en Argentina los Directivas de Noche y Niebla que Hitler había impartido para hacer desaparecer a los opositores al nazismo:
Si uno ve esta guerra sucia desde un punto de vista meramente militar, llega a la conclusión de que el gobierno puede acelerar y facilitar considerablemente su victoria, actuando contra las cúpulas manifiestas -de ser posible en "noche y niebla"- y sin que esto trascienda demasiado. Si Firmenich, Quieto, Ortega Peña, etc., desaparecieran de escena, esto implicaría un golpe extremadamente duro para el terrorismo. Juan Alemann
La Triple A tenía ocho "grupos ejecutivos", encargados de cometer materialmente los crímenes, un área de acción psicológica conducida por el periodista Carlos Villone, encargado de actuar sobre los medios de comunicación y en especial Canal 11, y un área encargada de organizar los grupos de choque de apoyo, a cargo de Julio Yessi, secretario general de la Juventud Peronista de la República Argentina (JPRA).
El 23 de noviembre de 1973 la Triple A realizó el primer atentado que se autoatribuyó, haciendo estallar una bomba en el automóvil del senador Hipólito Solari Yrigoyen, perteneciente a la izquierda de la Unión Cívica Radical, quien resultó gravemente herido en el mismo.227 Sería el primero de una serie cientos de actos de terrorismo de Estado, hasta que la dictadura establecida el 24 de marzo de 1976 dispusiera su desarticulación.
El 29 de enero de 1974 la Triple A dio a conocer una "lista negra" de personalidades que «serán inmediatamente ejecutadas donde se las encuentre». En la lista se encontraban: militantes trosquistas como J. Posadas y Nahuel Moreno; los abogados Silvio Frondizi (hermano del expresidente Arturo), Mario Hernández y Gustavo Roca; los guerrilleros Mario Roberto Santucho del ERP y Roberto Quieto de las FAR; los sindicalistas Armando Jaime, Raimundo Ongaro, René Salamancay Agustín Tosco; el profesor Rodolfo Puiggrós (ex-rector interventor de la Universidad de Buenos Aires), el periodista Manuel Gaggero (director interino del diario El Mundo); Ernesto Giudice, del Partido Comunista; Julio Troxler, ex-subjefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires, cercano al Peronismo de Base; los coroneles Luis César Perlinger y Juan Jaime Cesio; el obispo de La Rioja, monseñor Enrique Angelelli y el senador nacional Luis Carnevale.
Decenas de asesinatos, secuestros, torturas, violaciones, amenazas de muerte y atentados, fueron cometidos en esos meses por la Triple A y sus grupos de apoyo. El investigador Sergio Bufano contó 22 asesinatos cometidos por razones políticas, contra militantes de izquierda peronistas y no peronistas, entre el 22 de julio de 1973 y el 1 de julio de 1974.* 9 Entre esos asesinatos se encuentra el del sacerdote villero tercermundista Carlos Mugica, acribillado el 11 de mayo de 1974 en la puerta de la iglesia en la que acababa de celebrar misa, en un hecho que conmovió a la población. La violencia política del período señalado, incluyó también los trece muertos en la Masacre de Ezeiza, el asesinato de José Ignacio Rucci y las cinco víctimas causadas a raíz del intento de copamiento de Azul por parte del ERP, ya mencionados.
Simultáneamente y ligado a la aparición del terrorismo de Estado, se agudizó la confrontación entre los sectores juveniles de izquierda y las conducciones tradicionales, tanto dentro del peronismo, como del radicalismo. La izquierda del radicalismo, (Juventud Radical, Movimiento de Renovación y Cambio y la Coordinadora) liderada por Alfonsín, denunciaba a la "burocracia radical" y cuestionaba tanto la derechización del gobierno luego de la renuncia de Cámpora, como la política balbinista de "unidad nacional" y "pacifista", por hacerle "el caldo gordo al continuismo de derecha de López Rega". El conflicto interno en el radicalismo llegó al punto de dividir el bloque de los 51 diputados de la UCR, con los siete diputados de Renovación y Cambio (Mario Abel Amaya, Raúl Borrás, Osvaldo Álvarez Guerrero, Carlos Bravo, María Teresa de Morini, Plácido Nosiglia y Adolfo Gass) enfrentando a la mayoría balbinista en varias ocasiones. Pero el giro hacia la derecha que se había producido en el país y en la región, también afectó a la izquierda radical, que en las elecciones internas de mayo de 1974 no logró alcanzar el mínimo del 25% de votos exigidos por el Estatuto de la UCR, cuando dos años antes había superado el 40%.
En el peronismo también se agudizó el conflicto entre los sectores revolucionarios y los sectores ortodoxos, especialmente López Rega, quienes eran señalados por apoyar a los grupos civiles y policiales que estaban asesinando, secuestrando y cometiendo atentados contra gran cantidad de militantes de izquierda peronistas y no peronistas, además de las acciones golpistas contra los gobernadores que tenían cercanía política con la Tendencia. El conflicto interno del peronismo escaló cuando los diputados que respondían al peronismo revolucionario se opusieron al proyecto de reforma del Código Penal enviado por el propio Perón en octubre de 1973, que ampliaba la definición (tipo penal) de "asociación ilícita" y que potencialmente podía aplicarse a los integrantes de Montoneros y el resto de las organizaciones de la Tendencia.
El 22 de enero de 1974, apenas dos días después de que el ERP realizara el intento de copamiento del Regimiento de Azul, Perón convocó a la treintena de diputados que se oponían a las reformas, los recibió rodeado de las más altas autoridades del país y transmitió el encuentro en vivo y en directo por televisión, sin que ellos lo supieran con anterioridad. Durante el mismo Perón desairó a los diputados presentes, reafirmó la necesidad de endurecer la ley penal para reprimir los actos de violencia política y cuestionó duramente la postura de la Tendencia, advirtiéndoles que si no acataban la decisión de la mayoría del bloque debían irse del mismo. Dos días después, el 24 de enero de 1974, ocho diputados del peronismo revolucionario renunciaron a sus bancas (Armando Croatto, Santiago Díaz Ortiz, Jorge Glellel, Aníbal Iturrieta, Carlos Kunkel, Diego Muñiz Barreto, Roberto Vidaña y Rodolfo Vittar). El 25 de enero el Congreso aprobó la reforma del Código Penal y ese mismo día el Consejo Superior Peronista expulsó a los ocho diputados renunciantes.
Entre los diputados que asumieron en reemplazo de los renunciantes se encontraba Rodolfo Ortega Peña, perteneciente al Peronismo de Base, que decide no formar parte del bloque del Frejuli, constituyendo un unipersonal Bloque de Base.
Entre febrero y marzo se produjo un importante desprendimiento de la Tendencia, dando origen a la JP Lealtad y su correspondiente organización guerrillera Montoneros Soldados de Perón. La JP Lealtad agrupó a gran cantidad de miembros de la Tendencia que discrepaban con el curso confrontativo contra Perón que había tomado Montoneros, desde el asesinato de Rucci.
El 8 de marzo se inició una huelga con toma de fábricas y apoyo popular masivo en el polo metalúrgico de Villa Constitución, conocido como el Villazo. La huelga fue exitosa y logró la reincorporación de los delegados despedidos y el llamado a elecciones sindicales, que finalmente ganaría la lista Marrón, de tendencia combativa, conducida por Alberto Piccinini.232
Finalmente el 1 de mayo de 1974, se produjo en la Plaza de Mayo un hecho de importantes consecuencias, cuando durante el acto por el Día de los trabajadores, Perón acusó duramente a los integrantes de la Tendencia, de "estúpidos" e "imberbes", en respuesta a los insistentes cánticos de los jóvenes peronistas que criticaban al gobierno: "¿Qué pasa, qué pasa, qué pasa General, que está lleno de gorilas el gobierno popular?" La Tendencia respondió a su vez a las acusaciones de Perón retirándose masivamente de la plaza, abriendo una brecha con Perón que no volvería a cerrarse.