Tras el derrocamiento de Perón en el golpe de Estado de 1955, el Gobierno dictatorial dirigido por el general Pedro Eugenio Aramburu, adquirió un préstamo externo para financiar importaciones desde Europa comenzando así un círculo de endeudamiento
El período 1947-1951 indica una tendencia a la baja en las tasas de interés ―en consonancia con la estabilidad económica― y una marcada disminución de la deuda externa que se salda completamente en 1952, con el pago de m$n 12 649 471 perteneciente a las dos últimas cuotas semestrales del empréstito argentino-británico contenido en el convenio Roca-Runciman (1933). [cita requerida] Se gestó entonces una situación inédita en la historia argentina desde el préstamo Baring Brothers de 1824.
El rescate total de la deuda externa argentina se logró en 1952. El Estado peronista destacó entonces que el país deudor de 12.500 millones de m$n (pesos moneda nacional) se convirtió en acreedor por más de 5.000 millones de m$n.
La gran existencia de divisas en el país al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945 y el supéravit de la balanza comercial entre 1946-1948 se aplicaron a la repatriación de la deuda externa. Así mismo la deuda interna disminuirá un 17.8 % entre los años 1945-1952.
En materia económica, la dictadura de Aramburu adquirió un préstamo externo para financiar importaciones desde Europa es así que se contrata con varios bancos europeos un crédito de 700 millones de dólares, que se suponía podría ser amortizado en el transcurso de un año. Durante su régimen apareció el efecto inflacionario, que había sido casi inexistente durante la primera mitad del siglo XX.
En 1956 resulta evidente que era imposible para el gobierno militar cancelar el préstamo. Ante esa situación, el ministro de Finanzas francés invitó a los 11 países acreedores de la Argentina a reunirse en París, de esta reunión surgió el Club de París.
El Club de París, es un espacio de discusión y negociación entre acreedores oficiales y paises deudores, está integrado por los siguientes países acreedores permanente: Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Corea del Sur, Dinamarca, EE. UU. España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Rusia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia, Suiza e Israel.
Su función es renegociar en forma coordinada y conjunta las deudas externas de los países deudores con dificultades de pago. Su creación, que es la primera reunión informal, es de 1956 cuando Argentina estuvo de acuerdo en efectuar un encuentro con sus acreedores públicos. Acuerdo concluido el 16 de mayo.
A pesar de ser un grupo informal tiene los siguientes principios:
Raúl Prébisch entre octubre de 1955 y enero de 1956 elaboró, un plan denominado Plan Prébisch para el gobierno de facto de la Revolución Libertadora, un diagnóstico de la situación económica de Argentina y un plan de acción para resolver los problemas económicos. La propuesta, que incluía la incorporación del país al Fondo Monetario Internacional produjo un rechazo generalizado de todas las fuerzas políticas.9 Tal vez su único resultado fue la creación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Al respecto Arturo Jauretche publica el ensayo El Plan Prebisch: retorno al coloniaje, refutando el informe que Raúl Prebisch había escrito a pedido del régimen de Pedro Eugenio Aramburu. La dureza de su oposición le valdría la persecución política y el exilio en Montevideo.
El Club de París es un foro informal de acreedores y deudores que surgió a raíz del caso argentino en 1956 y reúne a 19 países, con los que el Estado nacional contrajo diversas obligaciones. El Estado nacional logró avances en 1962, 1965, 1985, 1987, 1989, 1991 y 1992, y se cayó nuevamente en incumplimiento como consecuencia de la crisis de 2001. Al 30 de abril de 2013, Argentina debía al Club de París 9.700 millones de dólares, ese año se saldo la deuda en forma completa durante el gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner.
El 19 de abril de 1956 la Argentina, por iniciativa del presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu, ingresa al Fondo Monetario Internacional, contrayendo así su primer préstamo con dicho organismo internacional. La incorporación argentina fue recomendada por el entonces asesor del gobierno, Dr. Raúl Presbich, quien en su “Informe preliminar acerca de la situación económica”, instó a que la Argentina se endeudara con el exterior.