Un hecho que corresponde a los avatares de la lucha en la Banda Oriental fue el combate de San Lorenzo, al norte de Rosario. El dominio de los ríos, necesarios para obtener víveres para la plaza sitiada, hizo posible numerosas expediciones que culminaban en desembarcos, ataques, combates y sa¬queos en las poblaciones ribereñas.
Cuando se supo la llegada de refuerzos de la península y la importancia de algunas de las expediciones preparadas en Martín García, el gobierno de Buenos Aires sospechó que Vigodet se disponía a un ataque contra las baterías de Punta Gorda, contra Santa Fe o contra Buenos Aires mismo.
En enero de 1813 se tenía información de la preparación de una escuadrilla al mando de Rafael Ruiz, con tropas de desembarco a las órdenes de Juan Antonio Zabala, probablemente para destruir las baterías de Punta Gorda y de Rosario y remontar el río hasta el Paraguay. Se ordenó entonces desmontar las baterías de Rosario y se encomendó al coronel San Martín la protección de la costa occidental del río Paraná desde Zárate hasta Santa Fe.
Una bala de cañón mata al caballo de San Martín que queda aprisionado mientras varios enemigos se acercan para ultimarlo , pero la intervención de Cabral interponiéndose entre las bayonetas que matarían a su jefe, mientras hace esfuerzos para destrabarlo del caballo, le cuesta la vida salvando para la historia argentina, al Ilustre Gran Capitán, que libertaría a Chile y Perú, ayudando a liberar Ecuador y Bolivia y asegurando la independencia Argentina
A mediados de enero la escuadrilla realista penetró por las bocas del Paraná Guazú y el 28 pasó frente a San Nicolás. El mismo día salió San Martín de Buenos Aires con 250 hombres y un cañoncito (125 eran granaderos a caballo). Tenía intención de situarse en San Nicolás. Al llegar a Santos Lugares no encontró caballos para la infantería y dejó allí la mitad de sus hombres. La escuadrilla ancló frente a Rosario el 31 de enero y en la misma noche remontó el río y se detuvo frente a San Lorenzo, donde desembarcaron 100 hombres y llegaron al convento de San Carlos en demanda de víveres, habiendo tenido un encuentro con 50 milicianos de Rosario al mando de Celedonio Escalada.
En la noche del 2 al 3 de febrero llegó San Martín con sus granaderos a la posta de San Lorenzo, siendo informado de la proximidad del enemigo por Escalada; cambió los caballos y penetró a media noche en el convento.
Al alborear el 3 de febrero desembarcaron los españoles y avanzaron en dos columnas con un total de 250 hombres.
San Martín dividió sus fuerzas, una mitad a las órdenes del capitán Bermúdez y la otra a sus órdenes directas y se lanzó por sorpresa desde ambos lados del convento contra los realistas en una carga envolvente; éstos intentaron retirarse, formaron el cuadro sobre las barrancas y fueron arrollados en una segunda arremetida de los patriotas; el combate duró tres minutos.
Los realistas dejaron en el campo 40 muertos, 14 prisioneros, 50 fusiles, dos cañoncitos, una bandera; los granaderos tuvieron 15 muertos, entre ellos el capitán Bermúdez, y 17 heridos; el propio San Martín resultó con un hombro dislocado y heridas en la cara al caer su caballo, alcanzado por la metralla, apretándole la pierna izquierda. Fue en esa oportunidad cuando, a punto de ser ultimado por un soldado realista, se interpusieron el soldado Baigorria y el sargento Cabral; echado éste en tierra, pudo salvarlo, a costa de su vida.
Después de esa acción hubo un cierto período de tranquilidad, pero no por eso terminaron las incursiones enemigas.